Quédate esta noche, abrázame fuerte y no me sueltes, por favor, no lo hagas.
Ya no soy tan fuerte, mil batallas he perdido y han acabado lentamente conmigo.
Mi alma sangra por aquellas palabras que quedaron atascadas en mi garganta.
No me sueltes, hoy no, porque mis rodillas no creen aguantar el peso de mi cuerpo,
aquel que poco a poco deja de respirar.
No me abandones esta noche, quédate hasta que en los sueños me pueda quedar.