Aún te escribo, aunque no me leas. No me culpes, culpa a mis sueños que cada noche te traen a mí. Que me recuerdan cada una de tus imperfecciones. Culpa a mis sueños, porque no saben lo que yo sí sé, y tu recuerdo me obliga a escribirte, aunque no quiero que me leas. Por qué eso, me destrozaría de mil y un maneras.Culpa a mis sueños por querer que todo lo pasado vuelva, culpa a mis tontos sueños por haber perdido la cabeza.Esos sueños que insisten en revivir cada momento, en pintar tu sonrisa en cada rincón de mi mente, en hacerme sentir tu presencia, aunque estés lejos, en traer de vuelta cada caricia, cada susurro, cada promesa rota y cada esperanza perdida.Culpa a mis sueños por mantenerte vivo en mí, por no dejar que te vayas del todo, por mantener la herida abierta y el corazón dividido. Son ellos los que me arrastran a esta melancolía, a esta danza eterna entre el amor y el olvido.Aún te escribo, aunque sé que no me lees, aunque sé que es inútil, aunque sé que es doloroso. Pero son mis sueños, no yo, los que te buscan en la noche, los que se aferran a tu sombra y a tu memoria, los que insisten en recordarte, en no dejarme seguir adelante.Culpa a mis sueños, porque yo, al igual que tú, solo quiero paz, solo quiero olvido, solo quiero despertar un día sin tu nombre en mis labios, sin tu imagen en mis pensamientos.Pero hasta entonces, seguiré escribiéndote, seguiré soñándote, seguiré culpando a mis sueños, porque son ellos los que no me dejan olvidarte, los que no me dejan seguir.