Sobreviviendo con un corazón roto.

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Querida ansiedad:

Eres la sombra que nunca se va,el eco de pensamientos que no callan.

Eres los latidos alterados de mí corazón en plena madrugada y las lágrimas que ruedan por mí cara.

Eres el peso invisible que dobla mi espalda,
el susurro constante que ahoga mi calma.

Eres la duda que se enreda en mis sueños,
el miedo que se esconde detrás de mis anhelos.

Eres la bruma que nubla mis días,
el espejo que distorsiona mis alegrías.

Eres la tormenta que nunca se aquieta,
la prisión de pensamientos que me inquieta.




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