Creo que la luna ya te reconoce, pues le he hablado tanto de ti, que por la noche cuando aparece, suele buscarte entre las miles de personas que se detienen a observarla.Creo que ya sabe aquello que te duele y lo que te hace feliz, lo que te atemoriza y también lo que te hace suspirar.Le hable tanto de ti, que estoy casi segura que no me conoce ni un poco a mí.
Le conté de tus sueños, de tus miedos, de tus días grises y de esas sonrisas que iluminas sin darte cuenta.
Le dije cómo tus ojos reflejan estrellas que ni siquiera ella ha visto,
y cómo en tu risa se esconden los secretos que ni el viento se atreve a susurrar.Cada noche, cuando ella asoma su rostro en el cielo,
sé que te busca entre las sombras, esperando encontrarte,
porque en ti, ha descubierto un brillo que rivaliza con el suyo.Y aunque ya no sé si la luna me escucha cuando hablo de mí,
sé que sigue esperando por ti, como yo lo hago,
porque en ti encontró algo que ni las estrellas pueden ofrecerle:
una razón para quedarse, para seguir brillando.