El ciego la agarró con tanta fuerza que consiguió sacarla del ducto. La llevo con violencia a una oscura habitación. Era tan deprimente, las paredes eran grises y tenían manchas rojas y moho, el piso estaba cubierto de polvo y para colmo había pequeñas jaulas con ¡Niños! ¿Que va a hacer con ellos?
El viejo con una malvado sonrisa saco una llave y abrio una jaula. Metió dentro a Sofía, antes de irse cerró la puerta con llave. Tal vez para Sofía era la primera vez que sentía tanta tristeza y miedo.
Sofía se sentó y se agarró las piernas. Estaba esperando que algo pasase para terminar con todo esto. Aún metida en sus pensamientos vio que las jaulas se movían, Sofía no perdió tiempo, rápidamente empezó a empujar su jaula. Con algunos golpes la jaula cayó al piso y se abrió.
Fue a las demás jaulas, pero no consiguió abrirlas. Un chico llamado Martin le dijo que se fuera. Ella era lo más importante para salvarlos. ¿Porque yo? ¿Porque confían tanto en mi?
Tenía tantas cosas que preguntarle, pero empezó a escuchar los pasos del ciego. Rapido, le susurró Martin ya vienen.
Sofía se fue rápido.