8 años después...
_Miranda, deja esos papeles que luego no encuentro nada—digo con tono de severidad. En el fondo esa chiquilla hace lo que quiere conmigo.
_No seas mal agradecido JB, te estoy ayudando.
_Ayudando? No me digas M&M.
_No me llames así tonto!_dice Miranda sin poder ocultar una sonrisa. En el fondo le encanta que la llame así, es como la llamo desde que llegue a trabajar con su padre y la conocí, hace 8 años, ella apenas tenía 9 años, ahora tiene 17 y se ha convertido en una hermosa jovencita.
_Ahora soy un tonto niña malcriada?, ya verás!—me lanzo a hacerle cosquillas y no resiste la risa, sin darnos cuenta rodamos por el suelo y cuando paramos de reír, su cuerpo está muy pegado al mío. Me quedo mirando esa carita tan linda, inocente y brillante, pienso que es tan hermosa que duele. En ese instante mando mis pensamientos a otro lugar y me pongo de pie para seguir trabajando. Nos encontramos en el despacho del señor Francisco, quedé de encontrarme con él aquí.
_JB?—dice Miranda.
_Dime M&M.
_Algún día voy a conquistarte.
Esa declaración me causo inquietud y me remuevo un poco en la silla.
_No me digas mocosa—respondo sin mirarla
_Ya verás seré tu novia—en ese momento se levanta y me observa con una sonrisita tonta en su rostro, antes de salir de la biblioteca. No puedo dejar de observar esos hermosos ojos claros, del color del otoño, pienso nuevamente en lo hermosa que es esta niña. Sacudo la cabeza creyendo que debo estar bien loco al sentirme atraído por Miranda, la hija del hombre que ha sido mi mentor y una de las personas que más admiro.
Francisco Ferrer me dio mi primer empleo y siempre confió en mis capacidades, confiaba en mí más de lo que yo mismo lo hacía. Todavía recuerdo la primera vez que me presenté en su oficina, la señora de Recursos Humanos me había dicho que el mismo presidente de la empresa me iba a entrevistar y fue sorprendente para mí enterarme de que el señor Francisco y mi maestra Elena eran hermanos.
_Tienes algún tipo de experiencia?—me preguntó el señor Francisco_mi hermana Elena te admira mucho, me dijo que eres el mejor de su clase y que quiere que te de una oportunidad en mi empresa.
_Señor Francisco, primero quiero agradecerle que usted me recibiera personalmente y segundo, le prometo que daré lo mejor de mí. En cuanto a la experiencia, solo he trabajado de manera formal el verano pasado, fui una especie de asistente y mensajero en una oficina de abogados. Me encargaba de llevar la correspondencia y de hacer algunas digitaciones de contratos y otros documentos. Aparte de eso, he ayudado a la maestra Elena como monitor en algunos trabajos y mensajero ocasional para algunos vecinos que tienen negocios.
_Mira Jackson, así te llamas, cierto?—asiento con la cabeza—eres muy joven y por lo tanto tu experiencia seguro que no es muy amplia, pero soy de las personas que cree en la juventud y las ganas de crecer y aprender. Te daré una oportunidad, no solo porque estas recomendado por mi hermana, sino porque realmente veo potencial en ti y ahora mismo necesito a alguien que me ayude con varias cosas. Ya tengo una asistente, pero tu serás como un ¨multi-tareas¨, tendrás que realizar tareas variadas y en algunas ocasiones ayudarme desde mi despacho en la casa, te parece bien?
Me quedé mudo de la impresión, no podía creer que eso me estaba pasando, era mucho más de lo que me esperaba. Reaccione e inmediatamente respondí la pregunta de mi nuevo jefe.
_Por supuesto que me parece bien señor Francisco, yo daré y haré cuanto pueda para cumplir con mis tareas y ayudarle. De verdad muchas gracias por la oportunidad.
_Hay una condición muchacho, la cual debes cumplir o no podre ayudarte
_Qué condición es esa? Dígame lo que sea y lo haré—respondí efusivamente
_Tienes que asistir a la universidad, si mi hermanita se entera que te di un horario a tiempo completo me mata, y ahora que nos estamos acercando nuevamente no quiero hacer nada que la enoje.
_Por supuesto que asistiré a la universidad, ese es mi más grande sueño, poder graduarme y obtener un título.
A partir de ese momento el señor Francisco se convirtió en mi mentor. Al ver el interés que ponía en todo lo que hacía, fue delegando otras responsabilidades en mí, me enseñaba con mucha paciencia y yo aprendía todo lo que podía, porque quería demostrarle que no se había equivocado al darme una oportunidad. Al cabo de un año y medio me ascendió como su asistente personal.
Desde esa posición aprendí el manejo de la empresa, se puede decir que soy la mano derecha de mi jefe, razón por la cual paso mucho tiempo en su casa. Ahí fue donde conocí a la luz de sus ojos, a Miranda Ferrer. Siempre ha sido una niña alegre, simpática y muy inteligente. Ya casi cumple sus 18 años y no puedo negar que me siento muy atraído hacia ella. No ayuda que la condenada vive coqueteando conmigo, siempre he creído que lo hace en broma, pero también tenemos muchas cosas en común; como los libros, la música y la comida.
Algo que me ha quedado claro es que debo frenar este sentimiento por Miranda, ella está prohibida para mí. Actualmente salgo con una chica, pero no es nada serio, salimos a comer y tenemos una relación abierta que incluye el sexo, pero nada más. No hay ningún tipo de compromiso más allá de eso. Mi meta es seguir avanzando y algún día ser socio del señor Francisco o tener mi propia empresa.
#41941 en Novela romántica
#4169 en Novela contemporánea
amor incondicional, felicidad y tristeza, diferencia de edad
Editado: 10.08.2019