Le informamos que su solicitud para Sheffield ha sido aceptada.
Tenía algo en el pecho, lo sentía, era algo pesado, lo podía sentir en la garganta sentí un cosquilleo en las manos sentía un poco de cosas a la vez, no podía creerlo, lo conseguí, lo conseguí y…
—¡Lo conseguí! —grité emocionada.
Mi mente no quería procesar otra palabra que no se la lo conseguí escuchaba pasos apresurados por las escaleras incluso a jefe lo escuchaba.
—Lauren ¡Por Dios que está pasando! —dice mi papá.
Me mordí el labio inferior y lo mire negando y con tantas ganas de llorar, de reír y de saltar.
—Pero ¿Qué pasa? —se acerca mi mamá a mirar lo que está en la computadora —. Oh cielos —se tapa la boca con sus manos y comienza a reír también —. Miren esto, miren todos.
Mi mamá comenzó abrazarme fuerte diciéndome que lo mucho que se alegraba de mí y que todo esfuerzo que hice ahora lo tengo en esta pantalla, mi tía, Rosme, incluso hasta Justin me felicitaron, y con celebración de esto nada como comer leche con cereal a las dos de la madrugada. Hasta jefe se ganó el premio, a Johnny y Chasse les hubiera encantado pero creo que ni me escucharon cuando grité, pero es mejor que sigan descansando.
—Después de todo, Lauren —dice rosme digiriendo lo que tiene en la boca —. No te ha ido mal, digo, después de esas miraditas con Ethan.
Comencé a toser de lo que dijo Rosmery. Pero esta si tiene la lengua bien floja.
—Con las miradas se empieza una gran historia —dice mi tía.
—No me parece mal muchacho —comenta mi mamá.
—Melva, a ti nadie te parece mal muchacho —dice mi papá —. Si así se comienza con esas miradas depende ya de ti, Lauren, pero eso sí, no permitiré que nadie más te haga daño.
—Es increíble —dije con dificultad —. ¿Qué miradas con Ethan? Solo hablamos de cosas sin importancia como ¿de dónde salió Duque? De su amigo Ryan y… —los miraba y esas caras ya sabía lo que significaba —. Como ¿no me creen? —la cara de Justin era aún más cómica que la de los demás.
—Creo que si has visto esa película que dice Evitando al amor, verdad —dice Justin con mirada pícara, lo mire extraña y confusa.
Mis padres y mi tía solo reían, era como ser la piñata de la fiesta, o mejor aún, de la madrugada.
—Lo que decir Justin es que… —Rosme se levanta de su asiento y se dirige hacia mí, enredando su brazo en mi cuello y hombro —. Entre más evites el amor…
—El amor sabrá donde encontrarte y tal vez sea de mirada azul esta vez —termina de decir Justin, y ahora él también me enrolla entre su brazo igual que Rosme.
—Están viendo muchas películas en estas vacaciones y los están volviendo locos —me zafe de sus agarre, para terminar de comer mi leche con cereal —. Y saben que, mejor me iré a descansar. Vamos Jefe —gire camino hacia las escaleras pero luego recordé un dato importante y regresé a la cocina —. No se olviden de lavar los platos. Adiós.
Ya se quien lavaría los platos y esa seria Rosmery, seguro que cuando llegue a la habitación me estará golpeando una y otra vez con la almohada hasta que sus fuerzas se le vayan de las manos. Duque aun duerme tranquilo, esta vez ya no llueve pero la noche sigue siendo igual de hermosa como siempre.
—Jefe, ¿Crees que sea verdad que él habla con Golfo? —jefe lo único que hizo fue morderme la mano —. Ya a dormir —me acomode como nunca antes de la forma más tranquila, ya había tenido la solicitud de aceptación de la universidad, que más emoción que esa.
—¿Piensas que te liberaste de mí? —abrí los ojos y sentí como un golpe duro pero suave se asentó en la parte izquierda de mi oído —. Me dejaste… —otro almohadazo –, Lavando los… –otro almohadazo más –, Platos… –daba gritos ahogados porque tenía que proteger mi cabeza –, Sola… –tienen que ver su cara, esta roja.
Gritaba para que traten de auxiliarme pero es claro que nadie vendrá a mi rescate.
Los días en Johnny’s coffee pasaban rápidamente y ahora era cada vez menos la importancia que le daba a Ethan si venia o no, la universidad me equilibró totalmente, y aunque falta solo horas para entrar, en mi pecho aun no cabe tal emoción.
—No harán travesuras, yo me entero de todo —les advertí a Jefe y a Duque.
Escuché el llamado de mi papá y ya tenía que bajar. Tome mis cosas que tenía preparada hace más de quince días, la emoción es mucho más grande es como ir a la escuela por primera vez.
—No comerás nada de ningún extraño —decía mi papá en el transcurso a la universidad —. Tampoco iras a lugares alejados, guíate con google maps si te llegas a perder porque eso es un lugar muy grande y tú eres media torpe y a veces...