Prohibir, esa palabra que en estos últimos tiempos suena con mayor fuerza, el poder que uno tiene de imponer o impedir que el otro haga ciertas cosas.
Muchas veces el prohibir no sólo se trata de terceras personas, ya que a veces nosotros mismos nos prohibimos el realizar ciertas acciones o modos de pensar, por eso ¿quién nos prohíbe?
Quién nos prohíbe a ser nosotros mismos.
Quién nos prohíbe, a pensar distinto.
Quién nos prohíbe amar.
Quién nos prohíbe elegir lo que queremos.
Quién nos prohíbe vestirnos como querramos.
Quién nos prohíbe a callar.
Quién nos prohíbe a no tener miedo, si es un sentimiento que todos tenemos.
Quién nos prohíbe ayudar a los desamparados, a los que con solo una mirada gritan auxilio, sin emitir palabras.
Quién nos prohíbe a creer en algo, si con eso nos da esperanza.
Quién nos prohíbe reflexionar sobre temas o hechos que nos marcan y nos convierten en lo que hoy somos.
Quién nos prohíbe llorar, si con eso demostramos que tan rota está nuestra alma. Si con eso buscamos una forma de desahogo.
A vos, quién te da derecho a prohibir, si con eso limitas a aquel al que decís Amar o Amar a uno mismo.
Que nadie te prohíba a ser quién SOS.
Que nadie te prohíba a ser FELÍZ.