Solo tú

54. JoMin

Me despierto con los primeros rayos de luz que entran por el ventanal de la habitación y contemplo a la chica que sigue dormida entre mis brazos. 

Le dejo un leve beso en la punta de la nariz y la pego más a mi cuerpo. No quiero levantarme aún y, mucho menos, cuando puedo tenerla para mí solo por más tiempo. 

Cierro los ojos para volver a dormir, pero mis párpados se elevan cuando ella se mueve para darme la espalda. 

Mi brazo la aferra con firmeza para que no se aleje mucho más de lo necesario y le dejo un beso en la sien. 

El sol alumbra por completo la estancia y EunSu vuelve a moverse para mirarme con los ojos medio abiertos para acostumbrarlos a la claridad.

—Buenos días —me dice con una sonrisa en los labios y arrastrando las palabras. 

—¿Has dormido bien? —Le pregunto pegándola a mí y acariciando su espalda con mi mano. 

—De maravilla. ¿Has descansado? 

—Mucho. 

—¿Quieres desayunar ahora o después? 

Noto ese tono travieso en su voz y le sonrío dejando un beso en la comisura de sus labios. 

—Después. Habrá que reponer fuerzas —mi mano se desliza por debajo de la camisa del pijama para tocar su suave y cremosa piel y siento el escalofrío que recorre su cuerpo de la cabeza a los pies.

—Tienes mucha razón. 

Sus labios se pegan a los míos con pasión y deseo, y nos dejamos llevar durante los siguientes minutos. 

***

Nos levantamos de la cama, nos vestimos y caminamos abrazados hasta el salón donde ya están algunos de mis compañeros despiertos.

Saludamos con unas sonrisas de oreja a oreja y cogemos algo para reponer la fuerza y la energía que hemos gastado en nuestra batalla mañanera de besos. 

—¿El equipo ya se ha ido? —Le pregunto a Jan, el mayor de nuestro grupo, que está sentado en el sofá y mirando su teléfono. 

—Hace una hora. Podemos quedarnos hasta las siete —responde con demasiada seriedad en su voz para ser él. 

Miro a NamYoon que está en el sillón y le hago un leve movimiento de cabeza para preguntarle en silencio qué ha pasado. 

Mi compañero escribe en su móvil y mi teléfono suena cuando me llega un mensaje. 

Lo leo y comprendo la seriedad de Jan: «Al parecer Belinda ha salido para hablar con su prometido. De eso hace casi una hora. No está muy contento»

Asiento para que sepa que estoy de acuerdo con él y veo que la aludida entra por la puerta acristalada que lleva al jardín trasero. 

Ella tampoco parece estar muy contenta y observo cómo le echa un vistazo a mi amigo para, luego, marcharse hacia la casa de al lado donde ha dormido todo el equipo de producción del programa. 

«¿Han discutido? Esa mirada decía “lo siento”», le escribo al líder de nuestro grupo. 

Éste no tarda en responder: «No han tenido una conversación agradable, aunque se han callado cuando he entrado en el salón».

EunSu se acerca para leer la respuesta y mira a Jan con la lástima reflejada en sus ojos. Agarra mi móvil y escribe algo que me enseña antes de enviarlo: «No puedo imaginar cómo se siente al estar enamorado de una chica prometida con otro hombre»

Ambos asentimos y nuestra charla acaba cuando Elenor y JK hacen acto de presencia riendo abrazados, tan enamorados como la primera semana de su noviazgo. 

En cuanto la pareja se sienta en el sofá junto a Jan, éste se levanta y se marcha a su habitación con una botella de agua. 

—¿Qué le ocurre? —Nos inquiere JK sorprendido por la espantada tan repentina de nuestro compañero. 

—No ha comenzado el día con buen pie —contesto no muy contento de ver a mi amigo tan decaído. 

—Ha discutido con Belinda esta mañana. No sé exactamente por qué ni de qué —agrega NamYoon nada cómodo con la situación. 

—Ya sabía yo que estos dos me darían dolor de cabeza —murmura Elenor llevando sus dedos índices a las sienes para masajearlas. 

—No podemos dejar que esta situación continúe o será muy difícil para todos trabajar juntos. ¿Podrías hablar con ella? Yo me encargo de él —le propone nuestro líder a la editora. 

Ella asiente con un suspiro, se levanta del sofá y sale de la casa para dirigirse a la habitación que ocupa su prima mientras NamYoon se encamina hacia el dormitorio de Jan. 

***

Las horas pasan y la relación amistosa de Jan y Belinda parece estar decayendo a cada minuto que pasan juntos. 

Los demás intentamos distraerlos para que se olviden de sus diferencias, pero es complicado cuando ninguno coopera para que la tensión se esfume. 

Cambiamos de juego cada hora y, mientras los demás reímos con las trampas y bromas que nos hacemos, mi amigo y la camarógrafa están sentados, uno en cada esquina, serios y con los brazos cruzados a la altura del pecho o mirando la pantalla de sus móviles. 

Cuando la hora de marcharnos llega, me acerco a Elenor y le pido un favor:



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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