“Ahora, todos no me ven...debería estar contenta, ¿cierto?”
El camino a la escuela volvió a ser solitario; y solo podían escuchar mis pasos sobre la banqueta en donde caminaba, en fin, muchas cosas han ocurrido y me asusto de lo bien que pude procesar el “sueño” (más bien es como si fuera a una dimensión paralela) ...es decir, procese todo muy rapido, ¿debería ser normal? Bueno...nunca me he considerado “normal”. Siempre fui una persona un tanto extraña, tanto mentalmente como físicamente, y eso ha quedado muy claro dado a los acontecimientos pero no puedo cambiar la forma en que me veo, ¿Qué puede hacer una niña de 11 años? Es raro pensar que alguien que ha vivido una corta vida como yo, pase lo que solo un adulto con problemas psicológicos pasaría. Pero esto no me lleva a ninguna parte, no puedo revertir mi yo de ahora...si hubiera una máquina del tiempo, tal vez podría ser posible, pero incluso si volviera el tiempo atrás...es imposible cambiar el pasado, pues pasado es y solo queda un presente. Aunque ahora que soy invisible supongo que una máquina del tiempo no suena tan descabellada... solo debería desearlo, pero por alguna razón este deseo no es tan fuerte como para que quiera que sea cumplido...es extraño pues debería desearlo con fuerza, solo que no tengo una intención verdadera por la que mi corazón deba desearlo.
Y sin tener en cuenta el tiempo que llevaba caminando, el grito de un niño me hizo levantar la vista sorprendida
—¡Hey, chicos! ¡Espérenme! —
En el momento que escuche la voz me gire rápidamente asustada pues era la voz de Cristian, pero en cuanto gire, vi como Cristian que estaba prácticamente corriendo en línea recta sin parar, me había empujado a un arbusto cerca de la banqueta donde estaba, y sin percatarse un poco, siguió corriendo. Me sorprendí mucho por la acción de Cristian pues pensé que se giraría a burlarse de mí o algo por el estilo, pero no...el simplemente me ignoro...? Y cuando me “empujo” no pareció intencional, más bien era como si no me hubiera visto. Con un ligero punzante dolor trate de levantarme del arbusto donde estaba, pero al levantarme note que tenía algunos rasguños no muy profundos en las pantorrillas, me dolían un poco pero no sangraban, así que no me preocupe mucho por eso, pues sabía que en algún momento ocurriría, supongo que es una desventaja de ser invisible. Me sacudí mi uniforme, las rodillas y seguí mi camino sin problema, y a pesar de que sentí el camino de casa a la escuela eterno, sin fin, por fin había llegado a tiempo. No era la primera ni la última así que todo estaba como siempre, al entrar por la puerta principal que daba al pasillo donde se encontraban los casilleros, pude notar que ningún compañero me miraba o susurraba al que tenía al lado, fue un momento que describiría como “glorioso, lleno de paz” por fin podía pasar por los pasillos sin ser juzgada con la mirada, y mi felicidad solo aumento aún más al pasar a un lado de Cristian y sus “secuaces” ya que él ni se inmuto cuando pase al lado suyo, pase sin problemas, sin humillaciones en público, sin insultos, ¡sin nada! Así que como toda una reina camine entre saltos y risillas. Y esto solo era el comienzo, pues al llegar a mi salón, nadie, absolutamente nadie me vio entrar, ¡Era como un auténtico fantasma! Bueno...casi, ya que mi profesor si podía verme. Casi olvidaba por completo que solo quienes compartan mí mismo deseo, no podrían verme. Así que tan pronto como el profesor me vio me hablo con amabilidad, notando una leve satisfacción en mi rostro.
—¡Buenos días Cristal! Te noto muy contenta, ¿te ha sucedido algo bueno? —
—¡Buenos días, profesor! Algo muchísimo mejor, ¡algo increíble! —conteste con emoción—.
—¡Vaya! Me alegró mucho Cristal—expreso el profesor un poco sorprendido—.
Nunca pensé que podría saludar a mi profesor de esa manera...! Es increíble como mi deseo se volvió mi fortaleza, tiene sus desventajas claro, pero creo que era el deseo que necesitaba que se volviera realidad...ojalá pudiera contarles esto a mis padres, pero eso sería una tontería para ellos. No me preocupare de eso ahora solo viviré mi vida como siempre la he vivido con el ligero cambio de que soy invisible para algunos. A decir verdad durante la clase si el profesor preguntaba algo, aunque quisiera participar pues conocía la respuesta a la pregunta, nunca participaba, pero ahora tome el valor necesario para levantar la mano enfrente de toda la clase, algo nerviosa al principio, pero ahora nadie me volteaba a ver, nadie comentaba nada, incluso Joshua quedo callado durante toda la clase, eso ya era mucho. Tanto el profesor como yo estábamos sorprendidos de mi participación, pero no de la mala manera si no positivamente y el profesor estaba muy contento de verme participar, algo que nunca había hecho por miedo. Ahora el miedo poco a poco se desvanecía de mí...pero creo que fue muy precipitado haber pensado eso. Pues mis compañeros empezaron a susurrar de nuevo, y lo pude notar rápidamente, así que dejé de responder a las preguntas del profesor y claro el profesor se dio cuenta y se extrañó, no entendía lo que pasaba hasta que Joshua corto el silencio incómodo.
—¿Profesor...con quien está hablando? —
—¿Acaso está empezando a delirar, tan temprano? —
—¿De qué hablas Joshua? No estoy delirando, estoy en perfecto estado—respondió el profesor confundido—.
—Entonces ¿por qué está hablándole a la nada? —pregunto Joshua—.
—¿Hablándole a la nada? ...Estoy hablando con su compañera Cristal—dijo el profesor apuntando a mi asiento en donde estaba—.
En ese momento todos mis compañeros miraron hacía donde apunto el profesor, y sentí una gran presión sobre mí pero todos seguían aún más confundidos que nunca.