"AMARILLO"
—mi nombre es Felipe, mucho gusto hermosa dama— dijo con una sonrisa, de esas que enamoraría a cualquier, pero no a mí. A mí la sonrisa de Matías ya me tenía encantada.
"Te gusta" me dijo mi conciencia. "Te gusta te encanta la sonrisa de Matías"
—hola Felipe, fue un gusto conocerte, pero ya tengo que irme, pasa buena noche— dije sin importancia y ya estaba a punto de ponerme de pie
—venga mujer, dime tú nombre— hablo y con su mano impidió que me pusiera de pie, este hombre sí que era insistente.
—bien me llamo Elisa, ¿Feliz? ¿Contento?— dije rodando los ojos.
—Elisa— dije sonriendo —me encanta tu nombre, es la primera vez que lo escucho y si, si me hace feliz, venga aún es temprano, quédate un rato más la noche aún es joven, por favor, además sé que llegaste con Steven y por lo que vi se alejó de ti, no sé por qué lo hizo, una chica muy guapa cómo tú no debe estar sola y alguien debe cuidar de ti y ese quiero ser yo— dijo casi suplicando pero sabía que estaba jugando.
—está bien tienes razón— dije de mala gana — solo no me dejes sola, suficiente tengo con Steven— ahora la que suplicaba era yo, como tan rápido se voltearon los papeles.
—veras que te divertirás—me sonríe y tomo mi mano.
Dicho esto, entramos en la casa, la casa estaba con muchas más personas que afuera y estaban entre tomando y besándose y un grupo de personas nos rodeó, al parecer eran sus amigos de Felipe, todos guapos.
—les presento a mi nueva amiga, ella es Elisa, la mujer de carne y hueso— dijo riendo y abrazándome por los hombros.
—hola— respondieron todos al unísono y me sonrieron.
—mi nombre es Ximena, mucho gusto Elisa, espero te diviertas bien esta noche y ya somos amigas— dijo una pelirroja muy hermosa dándome una sonrisa cálida
—hola, gracias por ello, amiga— respondí en un susurro y reímos.
—ahora vuelvo muchachos, ven que no le pasa nada, o los mato — dijo Felipe y se marchó y a los segundos una rubia con un cuerpo despampanante la siguió. todo se tornó en un silencio incómodo y si no fuera por la música de la fiesta, se podrían escuchar nuestras respiraciones.
—y Elisa ¿tomas?— dijo un moreno ofreciéndome una copa con un líquido amarillo, ese era el líquido que me habló Matías, parece gelatina.
—no gracias, no tomo— dije de inmediato
—venga es solo un trago— volvió a insistir la pelirroja.
—bueno si insisten, está bien— dije agarrando la copa y la bebí de un solo trago
Era agridulce y muy adictivo.
—quiero otra— dije de inmediato rieron y me dieron otra.
—¡shot! ¡shot! ¡shot! — empezaron a gritar.
—¡esto es divertido!— grité riendo.
copa tras copa yo seguía tomando. No sé cuánto bebí solo sé que ahora estoy encima de una mesa bailando algo sensual o intentándolo nunca bailo sensual y ni se hacerlo, la música de fondo de the weeknd y si no me equivoco es earned Id, es la misma canción de 50 sombras de Grey
—¡Elisa!- gritaron a lo lejos y cuando levanté la mirada vi a Matías y a Steven muy enojados, mientras tanto Felipe solo me miraba coqueto y sonreía de manera orgullosa.
—vengan— les grite.
los tres llegaron casi corriendo.
—ven Elisa, fue muy mala idea venir— dijo Steven tomándome del brazo para que bajara de la mesa.
—si Elisa ve a casa— le dije Matías dando apoyo a Steven
—No— dije decidida —tú me dejaste sola.
—¿tomaste ese líquido amarillo?— pregunto Matías.
—si— sonreí de manera extraña y el solo dio la vuelta, pero antes de eso le lanzó una mirada asesina a Steven.
—te dije que no lo tomaras— me grito.
—y yo te dije que no me dejaras sola, como la ves.
—tienes razón Elisa, no debí dejarte sola, pero ahora nos vamos— dijo Steven. con cuidado me ayudó a bajar de la mesa, pero forcejeo con él, no me quería ir.
—déjala hombre, necesita distraerse— respondió Felipe tratando de que Steven me soltara.
—¿ Y tú quién eres? ¿Cómo te atreves a tocarla? no la toques— preguntó Steven más que furioso.
—soy una persona de carne y hueso, así que déjala en paz— dijo sonriendo.
Y recordé mis palabras, yo le dije eso y una sonrisa triunfante se posó en mi rostro.
—me voy con Felipe— dije sin más, este sonrió y me dio la mano. Steven estaba más que furioso, pero no dijo nada ni hizo nada, solo que quedó ahí parado, estaba molesta con él así que no le di importancia, ya después arreglaría las cosas con él.
y en cuanto a Matías, el solo se quedó con la Barbie mirándome, Matías me miraba muy enojado o decepcionado, no lo sé, lo que si sabía es que al parecer mi vecina le estaba reclamando algo, pase por alto eso.
ya en la calle Felipe me habló.
—y bien señorita ¿ A dónde la llevo?, ¿a dónde quiere ir? — preguntó Felipe. —yo seré su chófer el día de hoy.
—eso suena bien, déjeme pensarlo— hice un gesto de cómo si estuviera pensando— ya se, joven vayamos a la playa- respondí como niña pequeña.
—como usted desea, vamos a la playa, pues nos vamos a la playa— respondió y nos subimos a su camioneta.
—y dime Elisa ¿cuántos años tienes?— me preguntó Felipe.
—tengo 17 y tú.
—19.
—19 eh ¿estás en la universidad? — pregunte curiosa
—no, aún no decido que estudiar.
—¿en qué eres bueno?
—soy bueno en matemáticas.
—tal vez ingeniería sería lo tuyo, o matemática pura, o algo relacionado con números.
—tal vez, ¿y tú qué vas a estudiar?
—tal vez contabilidad aún no lo sé.
y así nos pasamos entre preguntas y respuestas, al parecer estaba lejos la playa.
—¿tan lejos estás?— le pregunté.
—no bueno si, pero este lugar es hermoso y todo lo mejor para ti— me guiñó un ojo y sentí los colores subiendo a mi rostro.
el efecto se ese líquido amarillo ya había pasado y solo así, me di cuenta que estaba haciendo mal. pero decidí arriesgarme
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Editado: 16.01.2021