2: Mía

Mia viajo incomoda en medio de Liam y Luck durante todo el camino. La irritaban las bromas infantiles de Liam y la manera en que Luck no dejaba de hablar y hablar. Por momentos sostenía las ganas de llorar. Definitivamente no estaba en su zona de confort. Todavía no llegaba a su nueva casa y ya se arrepentía de haber abandonado todo lo que tenía, por más poco que fuese. Aunque el viaje no supero las dos horas, había parecido una eternidad.

Después de desempacar, Mía decidió leer un poco antes de acostarse a dormir. En la noche, pese a estar sumamente agotada, no logro conciliar el sueño hasta muy entrada la noche. Su corazón estaba por estallar, le daba mucho miedo comenzar las clases en una nueva escuela.

En la mañana, Luck se encargo de cocinar el desayuno. Preparo uno gofres los cuales estaban bastante aceptables. Mía comido como pudo, sentía el estomago revuelto pero tenía hambre aun, ya que la noche anterior no habían cenado. Después se lavo los dientes y se amarro el pelo en un rodete ajustado. A las ocho en punto el colectivo escolar paso a buscarla.

Le hubiese gustado comenzar las clases aunque sea un Lunes, pero los cálculos no salieron bien y si no quería retrasarse debía comenzar cuanto antes para ponerse al día con las materias. Para el recreo llevo un libro así se mantendría ocupada evadiendo la mirada de cientos de rostros que no conocería. De todos modos lo leyó a medias porque un chico comenzó a hablarle y aunque ella quería estar sola para acomodar su mente y alejar el miedo, entendió que aquel joven, llamado Rafa, era muy amable al evitar que pasase sola su primera jornada en la escuela. A la salida de clases Rafa la invito a su casa para hacer los deberes juntos. Mia al principio quería rechazar la oferta alegando que estaba ocupada, pero una alarma en su interior le recordó que este era su nuevo momento y debía dejar a un lado la timidez y aprovechar cada oportunidad que se presentase.