-Felices veintidós, Alessandro.
Sonreíste.
-Gracias, pequeña Nicole.
-No soy pequeña, tengo veinte años- refunfuñé.
-Lo sé. Pero a pesar de eso, te quiero.
Reí ante tal tontería.
-No se puede querer a alguien con el cuál tan solo has intercambiado palabras.
-Pues yo noto como si te amase.