Prólogo
Y ahí estaba, una despampanante mujer, en un glamuroso vestido rosa pálido, sosteniendo una copa de champagne, mirando por la ventana del 98vo piso del edificio Miracles, observando a la lejanía las calles de New Heathon, mientras el resto de los invitados, ellos encorbatados de pies a cabeza y ellas en trajes igual o más glamurosos que el de aquella chica; se dedicaban a disfrutar de la velada criticando la vida de todos los demás entretanto que ninguno se daba cuenta... o quizás... simplemente cerrando más negocios capitalistas, como de costumbre.
—¿Todos parecen tan insignificantes desde aquí no es así? Sin embargo, nos preocupamos tanto por destacar y conseguir cosas... — Le dije acercándome por detrás tratando de desviar su atención de tan apetecible ventana.
Ella me miró de reojo, luego levantó la cabeza y me miró a los ojos, con una mirada seria.
— ¿Así que eso opina de todos ellos? — Me contestó mirando hacia las diminutas personas que pasaban las calles, todos con prisa, muy ocupados, mirando sus teléfonos, contestando llamadas "importantes", trabajo, negocios, ventas...
—¿Acaso no lo opina usted? ¿Por qué no está con el resto de los invitados? ¿Compartiendo la infinidad de basura que sale a diario de nuestras bocas? No lo sé... tal vez ¿Cerrando negocios o abriendo otros nuevos?— Le dije en tono irónico — ¿Por qué estaría sola viendo por una ventana como si tan poco fuéramos el resto en esta sala como para compartir su tiempo con alguno de nosotros? - Terminé de decir sarcásticamente mientras levantaba una ceja.
Ella se quedó mirándome, como si tratara de leer mi mente, siempre fui muy malo para leer a las personas, así que tampoco pude entender su expresión, no sabía si aquello lo había interpretado como una forma de iniciar charla, un sarcasmo o una tremenda crítica hacia ella.
Ella se quedó pensando un momento y simplemente dijo;
— Lo que piense yo no tiene porque importarle a nadie más que a mí, si eso es lo que le interesa saber. Pero... si ese es su modo de pensar, en algo si concuerdo con usted, nos preocupamos demasiado, por tonterías y muchas veces no somos capaces de ver lo que es verdaderamente importante. —
— ¿Y qué es lo verdaderamente importante? — Le pregunté.
— Aún estoy en busca de ello, pero algo si tengo seguro, ni el poder, ni la riqueza... lo es. — Dijo mientras bajaba la mirada.
Esbocé una media sonrisa, mientras la observaba fijamente, a la que ella me contestó de igual manera.
— ¿Me concedería esta pieza? — Le dije.
Ella me miró, mientras bebía un sorbo de champagne, la cual quedó con la marca de su labial. La dejó en una de las mesas y me ofreció su mano.
— Supongo que no tengo alternativa. — Me respondió mientras sonreía.
Y así comenzó la noche...
#3158 en Novela contemporánea
#27980 en Novela romántica
#4625 en Chick lit
dorama, dinero de por medio, amor amistad secretos tristeza romance
Editado: 16.02.2024