El lugar era totalmente perfecto, habíamos decidido celebrar esa magnifica ocasión en uno de los palacios encontrados en el centro de la ciudad, su estructura tan colonial hacía que luciera cada uno de los detalles en la decoración. Asomada por una ligera abertura en la puerta, podía observar como hacían juego la decoración de flores grises y rosa palo con las sillas vintage tipo opera en color marfil, los listones que separaban el camino de las filas y el hermoso arco de flores que estaba hasta el frente de la enorme habitación, realmente mi hermana menor se había esmerado, se dedico a escoger toda la decoración para evitarme problemas y vaya que lo había pasado mal, pero todo le había salido a la perfección, me sentía como una princesa en un hermoso cuento de hadas.
- ¿Nerviosa? – dijo mi padre acercándose por mi espalda haciéndome pegar un ligero brinco, realmente me encontraba nerviosa, pero no era tiempo de entrar en pánico, aunque creo que mi mirada de susto le había convencido de que lo estaba –. Tranquila, te prometo que todo saldrá a la perfección.
- ¿Tú crees? – pregunté dudosa a lo que mi padre me miró con una cara de extrañeza que estaba segura no volvería a verla tan constantemente –. Aún no puedo creer como terminé tragándome todas mis palabras.
- Calma – dijo mi padre dándome un fuerte abrazo –. Yo sabía que esté día llegaría, por más que dijeras que esto no estaba en tus planes siempre visualice este momento y sé que lo harás realmente bien, siempre has sido buena para todo.
De alguna manera sus palabras me reconfortaban, habíamos pasado tantas cosas juntos que supo encontrar el momento indicado para decirme eso, pero era imposible ocultar mi nerviosismo, saber si la decisión que había tomado era la correcta, todo el tiempo que pasamos, más de doce años y ahora estaba ahí para concluir una etapa que me había hecho madurar de maneras sorprendentes, sufrí como muchas personas, me arrepentí, llore y ame de tantas formas que aun así me hacían inexperta en tantas cosas de la vida.
Esa melodía que jamás pensé escucharía en mi vida me hizo salir de todo tipo de pensamiento mientras mi padre aun me abrazaba, se separo lenta y cuidadosamente de mí para no estropear ningún adorno de mi persona, me beso la frente, me sonrió y me ofreció su brazo para que lo tomara, las puertas que me habían permitido observar ligeramente lo que ocurría, se abrieron en su totalidad, la hermosa luz de un soleado atardecer me deslumbraron mientras atravesábamos la puerta, pero eso no impidió ver a ese hombre con mirada hermosa y penetrante, luciendo extremadam
El lugar era totalmente perfecto, habíamos decidido celebrar esa magnifica ocasión en uno de los palacios encontrados en el centro de la ciudad, su estructura tan colonial hacía que luciera cada uno de los detalles en la decoración. Asomada por una ligera abertura en la puerta, podía observar como hacían juego la decoración de flores grises y rosa palo con las sillas vintage tipo opera en color marfil, los listones que separaban el camino de las filas y el hermoso arco de flores que estaba hasta el frente de la enorme habitación, realmente mi hermana menor se había esmerado, se dedico a escoger toda la decoración para evitarme problemas y vaya que lo había pasado mal, pero todo le había salido a la perfección, me sentía como una princesa en un hermoso cuento de hadas.
- ¿Nerviosa? – dijo mi padre acercándose por mi espalda haciéndome pegar un ligero brinco, realmente me encontraba nerviosa, pero no era tiempo de entrar en pánico, aunque creo que mi mirada de susto le había convencido de que lo estaba –. Tranquila, te prometo que todo saldrá a la perfección.
- ¿Tú crees? – pregunté dudosa a lo que mi padre me miró con una cara de extrañeza que estaba segura no volvería a verla tan constantemente –. Aún no puedo creer como terminé tragándome todas mis palabras.
- Calma – dijo mi padre dándome un fuerte abrazo –. Yo sabía que esté día llegaría, por más que dijeras que esto no estaba en tus planes siempre visualice este momento y sé que lo harás realmente bien, siempre has sido buena para todo.
De alguna manera sus palabras me reconfortaban, habíamos pasado tantas cosas juntos que supo encontrar el momento indicado para decirme eso, pero era imposible ocultar mi nerviosismo, saber si la decisión que había tomado era la correcta, todo el tiempo que pasamos, más de doce años y ahora estaba ahí para concluir una etapa que me había hecho madurar de maneras sorprendentes, sufrí como muchas personas, me arrepentí, llore y ame de tantas formas que aun así me hacían inexperta en tantas cosas de la vida.
Esa melodía que jamás pensé escucharía en mi vida me hizo salir de todo tipo de pensamiento mientras mi padre aun me abrazaba, se separo lenta y cuidadosamente de mí para no estropear ningún adorno de mi persona, me beso la frente, me sonrió y me ofreció su brazo para que lo tomara, las puertas que me habían permitido observar ligeramente lo que ocurría, se abrieron en su totalidad, la hermosa luz de un soleado atardecer me deslumbraron mientras atravesábamos la puerta, pero eso no impidió ver a ese hombre con mirada hermosa y penetrante, luciendo extremadamente apuesto en un traje gris que me sonreía tan ampliamente mientras con pequeños pasos me acercaba junto con papá hasta donde él emocionado me esperaba.