Prologo

Liz se encontraba mirando por la ventana, es algo que siempre hacía durante su tiempo libre. Trabaja en una librera muy vieja y grande, llena de polvo y colores apagados. Por suerte la tienda tenía un ventanal enorme, que miraba hacia la calle.

Los días de lluvia como hoy eran sus favoritos,para ella eran pacíficos. Podía ver las luces de los autos,de las tiendas, la gente pasando con sus paraguas de colores, la nueva tendencia de moda.

Ella no sabe que puede cambiar su futuro. No sabe la verdad. No sabe nada.Sólo es cuestión de tiempo.

De repente, entra un cliente,saluda a liz con un buen día, y se dirige hacia la sección de historia. Liz ya lo conoce ,es un cliente habitual, su rutina siempre es la misma, leer libros de la sección academica y luego irse. Lo único raro del cliente, que por cierto es un hombre de mediana edad, era el horario en el cual concurría a la librería, 15:00 pm. Para liz, eso es curioso porque casi nadie estaba en ese momento, pero no le dio mucha importancia. Grave error no?

Ese día era diferente, para ella o por lo menos lo sentía así. Las nubes eran cada vez más negras, oscureciendose de una forma rápida, la lluvia más espesa, impidiéndole ver la calle, los edificios o las personas.Pero definitivamente tuvo miedo cuando las luces se apagaron sin razón algúna, y lo que afuera era de día, no había más que oscuridad. La noche era negra, Liz no entendía como podía pasar eso,entró en shock, pensó que todo no era real, solo un mal sueño. Sin embargo,por más que se pellizcara no podía salir de esa realidad. Su corazón latía a mil por hora, era como si lo tuviera en su garganta.

El miedo se hizo presente en oleadas cada vez más fuertes. Así que comenzó a llamar al hombre de mediada edad que estaba en la librería con ella pero no obtuvo respuesta. Poco a poco, la lluvia fue apagándose dejándola en el absoluto silencio.

Segundos después sintió un que un líquido emanaba de su cuello, cada vez en mayor cantidad. Cuando se toco el mismo, pudo sentir la piel irregular del cual brotaba todo ese líquido. Instantáneamente pensó que era un corte, uno profundo y la sangre era demasiada.