Hanna, la chica de cabello largo y oscuro, tímida, tartamudea siempre que habla con las personas, su atuendo de blusa de mangas largas y pantalón, dando una apariencia conservadora, su cabello ocultando gran parte de su rostro y llegando hasta su cintura, no importa si está parada, sentada o caminando, siempre inspira inseguridad. Desde la perspectiva de Chris, por lo que ha llegado a observar, ella es una persona introvertida, insegura y hasta inestable, pero eso no le importa en absoluto.
Lo que Chris ve en ella es una chispa, una que puede encender un futuro muy brillante, mientras ella claramente agarra determinación desde cualquier lugar Chris solamente se limita a aceptar cualquier cosa que ella vaya a pronunciar con su pequeña boca. Después del ritual de preparación para hablar tan largo que podrías cocinar una comida completa, ella empieza a hablar:
“De niña era normal, asistía a la escuela, me juntaba con otros niños, siempre ayudaba a mis padres en las tareas de la casa. Nada fuera de lo normal, hasta que desperté mi poder elemental. Siempre tuve muchísimo más poder elemental que los otros niños, tanto que los maestros de la escuela hablaban constantemente con mis padres sobre entrenarme para que llegara a la grandeza… Mi madre siempre se negaba. Ella me defendió de todo el acoso y mi padre me decía que hiciera las cosas a mi propio ritmo, que lo tomara con calma.
En verdad me sentía segura en mi casa y eventualmente dejé de asistir a la escuela y mis padres no se preocupaban por ello, al contrario, se sentían más seguros conmigo dentro. Pero un día todo acabó, el Lord de aquel entonces vino hasta la puerta e intentó convencerlos y de nuevo se negaron. Mis padres estuvieron toda la noche discutiendo sobre qué iban a hacer, eventualmente el Lord iba a llevarme por la fuerza y ellos iban a terminar sufriendo.
Siendo tan joven y en ese ambiente, terminé cayendo dormida y tuve pesadillas y para cuando desperté la casa estaba envuelta en llamas. Entre más me alteraba y asustaba más se avivaban las llamas, mis padres entraron a mi habitación y me resguardaron, y entonces perdí el conocimiento. Para cuando desperté estaba cubierta de vendajes y los curanderos me dijeron que mis padres me salvaron del fuego. Se sacrificaron por mí, el fuego era tan intenso que su poder elemental no fue suficiente para salir con vida.”
Ella, con su mano derecha temblando, evidenciando que su corazón late bastante fuerte y rápido, descubre su rostro en su totalidad, mostrando piel cicatrizada en poco más de la mitad derecha de su cara y con la luz de la fogata se ve claramente que su mano derecha y su cuello también se encuentran en esas condiciones.
Chris mantiene la compostura, mientras escucha con atención solamente pasa por su mente la posibilidad casi certera de que ese estado se extiende por toda la mitad derecha de su cuerpo. Mientras tanto, Hanna, gradualmente llenándose con un nudo en la garganta, empieza a hablar más fluidamente:
“Desde ese entonces pasé a vivir con mi abuelo y nadie volvió a intentar acercarse a mí, los niños me trataron muy mal, diciendo que maté a mis padres, la única persona además de mi abuelo que me trató como persona fue Lillian, ella me quiso ayudar a curar mis cicatrices, pero nunca pudo. Pero sí aprecio que ella me trate bien desde hace tanto.
A ella ni siquiera le importa mi apariencia, pues nació con ceguera. Incluso después de obtener el liderazgo de la nación siguió mejorando sus habilidades para curar mis cicatrices y hace tiempo para estar conmigo. En verdad es la mejor persona que he conocido.”
Chris se mantuvo firme y le pide que se detenga, que no tiene que forzarse tanto. Él simplemente pone una mano en su hombro y le dice que es suficiente, no tiene que decir más. Ella empieza a soltar en lágrimas y él termina consolándole por un buen rato, hasta que quedó dormida.
Mientras duerme Hanna, Chris se queda viendo su rostro, más tranquilo que el bosque donde la sorprendió y empieza a estremecerse un poco, claramente teniendo un mal sueño. Chris solamente pone una mano en su frente y la calma un poco, y se despierta gradualmente. Apenas está amaneciendo y está hecha un desastre, y solo le da una leve sonrisa despreocupada.
—Será mejor que te prepares, será un arduo primer día. —dice Chris con motivación que intenta transmitir a Hanna. —«Te ayudaré, te lo prometo. No quiero volver a verte llorar así, como solía hacerlo Karen.»
Con una cara llena de sueño y balanceándose medio dormida Hanna está de pie a la luz del alba y Chris se posiciona en frente de ella a una distancia corta.
—«¿Qué me hará hacer?» —es lo único que pasa por la mente de Hanna mientras intenta mantenerse despierta, golpeándose los cachetes para despabilarse y terminar de despertar, poniendo una mirada de determinación insegura.
De una bolsa Chris saca lo necesario para hacer una fogata y un pedernal y un pedazo de fierro. Las coloca en el suelo y le pide a Hanna que lo encienda, y con una expresión corporal de total incomodidad se dispone a hacerlo. Con un poco de la guía de Chris llega a encenderlo y avivarlo. Una vez encendida Chris le pide que se siente frente a la fogata y él se sienta del lado opuesto.
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Editado: 11.07.2023