Ahí estaba ella, justo enfrente de él, Karen de los Seis Lords, la famosa Shinigami, sus ojos no dejaban de mirarse mutuamente, una chica sumamente hermosa, su cabello castaño oscuro a la altura del cuello, sus ojos color gris oscuro brillan como un par de lagos bajo la luz de la luna llena, piel de tez blanca que a simple vista se puede notar que es suave como piel de bebé, todo en ella la hace irresistible para las miradas tanto de hombres como mujeres a su alrededor, hasta su baja estatura la hace tierna a la vista. Tsubaki y Hanna están sorprendidas con lo hermosa que ella es, mientras que Pierre y Guilian están totalmente hipnotizados por su belleza.
—Pero qué hermosa es esa chica, totalmente mi tipo. —susurra Guilian hipnotizado.
—¿Acaso tienes fetiche por las caras de bebé? —pregunta Tsubaki irritada por el poco decoro de su compañero —Ella sería prácticamente una niña, si no tuviera la misma edad de Chris.
—Bueno, claro que no intentaría nada, la Shinigami tiene reputación de viajar por el mundo para evitar estar en su propia nación recibiendo propuestas de matrimonio todos los días que pasa ahí. —relata Guilian aún sonrojado y babeando un poco —Escuche que algunos no aceptaron un no por respuesta y al retarla a un duelo terminaron incinerados. Ni siquiera quedaron cenizas de ellos.
Chris, sin embargo, tiene una mirada vacía, el silencio se hace notar incómodo mientras pasan los segundos, ambos tienen cosas qué decir, pero no sale palabra alguna. Después de procesar la presencia de la persona justo frente a él, lo primero que piensa es en saludarle, pero las palabras salen antes de notarlo:
—¿Qué haces aquí? —la pregunta de Chris tiene tono algo agresivo, poniendo tensión en el ambiente.
—Vi la noticia del torneo, conociéndote te dirigirías aquí después de tan gran victoria. —Karen conoce a Chris a la perfección —¿Ellos son tus amigos?
—«¿Qué te importa?» —dice Chris dentro de su cabeza mientras intenta mantener la compostura, pero Hanna empieza a notar lo alterado que se está poniendo.
Chris de inmediato se lleva a Karen con él a su habitación para hablar a solas, mientras el resto del grupo se quedaron todavía pasmados en el pasillo. La habitación reservada para Chris, una sola cama, a oscuras, los dos están sentados, en silencio, mientras formulan cada uno qué decir. Él vuelve a hablar dominante hacia ella, era obvio que quería hablar con él por lo que la obliga a decirle sus intenciones, ella no pone resistencia.
—¿Por qué estás aquí? No me hagas repetirme. —pregunta Chris conteniéndose a como dé lugar.
—Solo quería verte, tengo tanto que decirte, las cosas que he pasado, seguro tú también tienes mucho que contar. —la sonrisa incómoda de Karen delata que ellos dos tienen asuntos sin resolver.
—No tienes derecho alguno a ello, tú fuiste quien se fue y no volviste en absoluto. Nos abandonaste, ME abandonaste, y aunque no fuera el caso, en estos cuatro años tú y yo nos hemos vuelto personas muy diferentes, ¿no es así, Shinigami?, hemos tenido nuestras propias vidas. No hay nada qué hacer. —las palabras de Chris son contundentes, afectando a quien fue una vieja amiga.
A ella se le empieza a romper la voz y le da la razón, pero le pide, le ruega saber si hay oportunidad de estar en buenos términos. Ni él lo sabe, depende de lo que suceda, ella comprende y se retira en silencio y al salir de la habitación todos la ven caminando con la mirada baja, cubriéndose con su fleco para ocultar el llanto.
Todo el grupo se asoma por la puerta para ver a Chris y se siguen preguntando qué tipo de relación tienen los dos, mientras recuerdan sus palabras con Lillian en Vodheim, “es mi amiga de la infancia, pero nos separamos hace 4 años”. Nunca lo habían visto de esa forma, pero Chris los manda a dormir y que lo dejen solo un tiempo, su mirada llena de sentimientos reprimidos.
Esa noche fue difícil para todos conciliar el sueño, Hanna decide ir por un bocadillo nocturno para relajarse y mientras exploraba la recepción puede escuchar unos sonidos muy familiares, llanto descontrolado. Es nuevo para ella escucharlo de otra persona, por lo que tiene sentimientos encontrados y decide investigar de quién viene, por lo que revisa los alrededores.
Al salir del recinto ella encuentra la persona responsable, Karen está llorando a cántaros en una banca del jardín junto al estanque. Hanna puede ver claramente cuánto está sufriendo ella, pero una duda la detiene, ¿qué debería hacer? Por más que ella quiera consolarla y animarla, no es un asunto que le incumba, pues es una persona muy cercana a Chris y el asunto es con él.
Inmiscuirse significaría indagar en el pasado de Chris, algo que aún no le confía a ella, su anterior vida personal, más allá de su entrenamiento. Ella decide retirarse mientras sigue escuchando el llanto desconsolado, cargando un gran arrepentimiento en su pecho.
Todos tenemos un pasado, es nuestra decisión volverlo una carga, descartarlo, enfrentarlo o convertirlo en una fuente de motivación e inspiración.
Mientras Karen llora descontroladamente, Chris puede percibir el escándalo con el ki mientras está recostado en su cama. Él cierra sus ojos y reposa su antebrazo izquierdo sobre su cabeza y su mente se nubla hasta revivir el pasado.
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Editado: 11.07.2023