Llegó la noche de navidad y la ansiedad puede conmigo. Solo quiero hacer feliz a mi esposa e hijo y si esto los hace felices, soy feliz yo también.
Me dispongo a guarda los veintetres regalos en el auto y me encamino al hogar de niñas.
Todo sea por hacer feliz a mi amada esposa. Ella ha pasado por mucho este último año, la pérdida de nuestro hijo, su situación psiquiátrica y luego enfrentar la muerte de su madre, eso la dejo devastada. Pero me tiene a mi para tomar su mano y levantarla cuando cae.
Hace casi dieciocho años la conocí en la casa de una prima, y el amor fue inmediato, nos enamoramos y tres meses despues nos casamos. Nadie podía creer que tan jóvenes tomaramos tamaña decisión, y fue la mejor desicion que pudimos tomar, y aquí estoy hoy cumpliendo el deseo de veintitrés niñas de todas las edades, para llevarles un poco de felicidad. Llevo todo al comedor, dónde estarán las niñas en unos minutos y preparo todo como me pidió mi esposa. Allí se encuentra ella con un brillo especial en los ojos y esa mirada que hace mucho no veía en ella. Ella tiene una luz que traspasa el alma cuando te mira. Solo puedo decir, que yo me pierdo en sus ojos cada vez que me mira con tanto amor. ¿ Y como no amarla? Ella es esa mitad que a mí me falta y cuando me dijo que quería adoptar la ame aún mas que antes. Ella es mi mundo,y doy todo lo que soy y tengo por hacerla feliz.
Mi hijo me ayuda a dejar los regalos bajo el árbol, y me dedica una sonrisa.
-¡Gracias papá! Por lo que haces por ella. Tienes todo mis respetos y admiración , mi deseo es que en mi vida de adulto sea un tipo como tú. Y sin más nos fundimos en abrazo de padre e hijo.
Editado: 03.01.2023