Sueños de un Futuro

Capítulo 2. Intento de Asesinato.

Capítulo 2.

Intento de asesinato.

29 de febrero.

El día era lluvioso, el clima perfecto para un mal día. Ese día se había llevado a cabo el entierro del rey de Moon Blue. El rey Arnold Warrior. Nadie se esperaba que el mismo día en que su pequeña hija, la princesa del reino cumplía 15 años, él muriera.

Ese día Sakura, cual nombre era con el que representaban a la princesa, se encontraba completamente vestida de negro, un sombrero pequeño que mantenía una ligera tela de algodón negra para que evitaran verle el rostro. Pues había sido una dictadura del Rey fallecido, el que nunca dejaran que vieran su rostro hasta el día en que heredara el reino.

Uno de sus guardias que la acompañaba abrió un paraguas debido a la incesante lluvia, asegurándose de que no se mojara permaneció a su lado a pesar de que la lluvia lo mojara a él.

Al terminar el entierro los habitantes de su reino que habían asistido comenzaron a acercarse y a darle sus condolencias, entre aquellos iban los miembros de las familias reales de los otros cuatro reinos. Después de escuchar a muchas de las personas decidió irse del lugar, subió al carruaje que la esperaba y regresar al castillo. A pesar de que el castillo se encontrara en lo más alto, el cementerio de la familia Warrior se encontraba a 2.5 kilómetros de este, justamente en la otra colina.

En el transcurso del camino ninguna palabra salió de sus labios, dedicándose únicamente a mirar el paisaje. Uno frondoso y en ese momento mojado pero hermoso. La lluvia hacía que la naturaleza mostrara una belleza sin igual, cosa que para alguien que había recibido clases de arte desde pequeña era un deleite.

Al llegar al castillo el conductor rápidamente bajo para dirigirse a donde la puerta y abrirla, permitiendo así que la menor bajara, con pasos cortos y una postura perfecta entro en aquella que era su casa. Con la misma calma comenzó a subir las escaleras con dirección hacia sus aposentos, acción interrumpida por un hombre de la guardia real, el mismo que sin esperar a que la menor le dirigiera la mirada se incoó ante ella.

–Princesa –hablo casi gritando.

La pequeña princesa sin dar la vuelta solamente se limitó a girar su cabeza a 140 grados–. ¿Qué pasa?

El hombre se levantó rápidamente–. Disculpe que la moleste pero, hay cosas por hacer, cosas que su padre en paz descanse dejo pendientes.

La chica libero un suspiro un tanto frio, para después volver a mirar hacia enfrente–. Hágame favor de cancelar todo por hoy. Todo lo que sea que mi padre tuviera que tratar lo hare el día de mañana –respondió retomando su camino–. Por ahora no quiero ver a nadie.

La princesa continúo su camino, mientras que el hombre solamente respondió,  “como diga majestad”. Al término de la gran escalera paso unas cuantas habitaciones más. Llego a su habitación se desabrocho su vestido, lo dejo caer al suelo, el mismo que de la parte de abajo se encontraba completamente mojado, dejando al aire su lencería: una camiseta negra con un bordado delgado de la parte de arriba y abajo, unas bragas negras con un pequeño moño negro de la parte de enfrente, unas medias negras, las misma que le quedaban por arriba de la rodilla, y teniendo en las orillas un bordado de flores.

Camino a su cama hasta llegar a ella para recostare, tomo su almohada y cerró los ojos, después de unos cuantos segundos se quedó dormida, al mismo tiempo que una lagrima recorría su mejilla.

Mientras tanto en el salón principal, llego un hombre de una altura de 1.80, cabello castaño oscuro, ojos café oscuro y piel apiñonada, quien se encontraba vestido con una camisa blanca, pantalones azul oscuro y una capa cuyo forro por dentro era color azul turquesa y siendo por fuera negro. Aquel hombre era acompañado por un hombre de una altura de 1.85, cabello castaño claro, ojos negros, piel morena clara, quien vestía con una diferencia de capa, pues está en lugar de que el forro fuera de color turquesa era de un color gris.

Entraron en el salón principal, siguieron caminando hacia las escaleras en dirección a los aposentos de la princesa Warrior, cuando aquel hombre de la guardia real, aquel que detuvo un momento a la princesa se interpuso en su camino colocándose frente a ellos.

–Lo siento mucho Max pero, –hablo dirigiendo la mirada hacia el castaño de 1.80–, la princesa me pidió que no dejara que nadie la molestara y con todo respeto comandante, eso los incluye a ustedes también.

El hombre de cabello oscuro cuyo nombre era Max quito de enfrente al hombre siguiendo así su camino–. La princesa es ahora la reina de Moon Blue, pronto se llevara a cabo su coronación a pesar de aun no serlo tiene que hacerse cargo de los asuntos pendientes, algo que no puede dejarse para mañana.

Ambos hombres siguieron avanzando. Caminaron hasta llegar a la habitación de la princesa. Una vez ahí tocaron la puerta, seguido por entrar, para posteriormente ambos hincarse frente a la cama de la chica.

Poco después de arrodillarse frente a la cama, Max bajo la mirada–. Princesa. Necesitamos de su presencia en el salón principal para tratar asuntos relacionados con la seguridad del reino y los habitantes.




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