Hoy hemos salido hacia el convento para ver con nuestros propios ojos como había quedado. Cuando llegamos estaba todo muy destrozado, ya me lo habían contado, pero no me termine de creer.
Me di cuenta de que faltaban vehículos y algunas radios, revisé todo. Cuando llegar donde hacían las reuniones, era de los pocos sitios que estaba intacto.
Revise las grabaciones, y pude ver con mis propios ojo cada instante del ataque, en ellas observé algo raro, en unas de las cintas se veía claramente, como uno de los atacantes hablaba tranquilamente con uno de los habitantes. Hizo zoom, para verles mejor las caras, pero no me resultaban familiar ninguno de los dos.
-Está claro que era un infiltrado.-Dijo Leo.
Me sobresalte del susto que me dio, no me había dado cuenta de que él había entrado.
-Tienes razón, quizás es así como lo hacen. Consiguen que a uno de los suyos entre y cuando ven el mejor momento les avisa.-
-Lo mejor será, que no aceptásemos a nadie sin estar seguro de que son de fiar, de lo contrario acabaremos como ellos.-
Me dolía lo, pero tenía razón. Ya no nos podíamos confiar tanto. Cuando íbamos a salir de la sala, recibimos un aviso por radio. Era Susana, al parecer estaba intentado contactar con el resto de su grupo.
Estuve un rato hablando con ella, por lo que me conto pudo salir con algunos, pero de puro milagro. Le dije que Saúl estaba con nosotros y que estaba bien, se alegró mucho al saberlo.
Le dije lo que habíamos descubierto, se extrañó mucho, ya que hacía meses que no habían encontraron a nadie nuevo, salvo a nosotros, pero no nos quedamos con ellos .Entonces ya hacía meses que lo tenían planeado, solo tenían que esperar la oportunidad.
Nos dijo dónde estaban, le dijimos que iríamos a buscadlos, pero que deberían de tener cuidado, no sabíamos quién podía estar escuchando.
Ella me dijo que estaban donde tuvimos nuestra primera reunión, no dio más detalles, pero no hacía falta.
Cuando llegamos allí estaba ella, pero no estaba sola, tenía a otros supervivientes escondidos, cuando salieron, se notaba que aún estaban algo asustados.
Subieron a los coches, aunque muchos iban muy apretados, pero no les importaba mucho.
Nos pusimos en marcha, había que dar varios rodeos para evitar chocar con el coche que estaban en medio de la carretera. Ya estaba hecho ese recorrido varias veces y no me fije en que había una caravana que antes no estaba allí. Pero Susana vio a alguien asomase por una de las ventanillas y me hizo para el coche.
-¿Qué ha pasado? ¿AS visto algo?-Pregunte algo confusa a Susana.
-¿No lo has visto?-
-No, ¿El qué?-
-Allí, en esa caravana, hay alguien escondido.-
-Puede alguien que necesita ayuda o también es una trampa.-
Después de discutir un rato, decidimos ir a mirar, pero habíamos tomados unas medidas.
Rodeamos la caravana, con sumo cuidado abrir la puerta. Con una mano sujetaba la puerta y con la otra tenía el machete, no baje el brazo con que lo sujetaba hasta que vi quien era el que se escondía en el interior, era el pequeño Raúl, hacía varios meses que no lo veía, desde el ataque en la urbanización.
-¡Raúl!- Exclame.
-¡Ana! ¡Estas viva!-
-¿Dónde estabas?- Le pregunte.
- Bueno, he estado por allí. Deberías de tener cuidado, hay unos tipos, muy peligrosos.-
- Ya lo sabemos, venga ven con nosotros.-
Raúl salió conmigo y les presente a todos, Susana se sorprendió mucho, al ver como un crio se las apañado para mantenerse con vida hasta hoy.
Cuando regresamos, todos se alegraron a ver a Raúl que venía con nosotros, él se vio de repente rodeado por todo el grupo y empezó a explica cómo consiguió salir y mantenerse con vida. También nos habló de los caníbales y de cómo los había estado evitando, también menciono a los de la secta, creo que les tenía más miedo a los primero.
-Creo que ellos están en el centro comercial, al menos vi cómo se diría allí.-Dijo Raúl se refreída a los caníbales.
-Se habrán instalado allí hace poco, porque la última vez que estuvimos allí, no estaban.- Le dije.
Por lo que comento, reduje que ellos habían llegado hacia relativamente poco tiempo, e imagino de cómo cada vez es más difícil encontrar comida, decidieron comerse a la gente. Nunca entenderé como se puede llegar a esto, siempre existe una alternativa. Como nosotros que cultivamos las verduras.
Bueno lo importante es que podemos hacernos una idea de donde pueden estar y eso es importante.
Ahora había que decidir que íbamos a hacer a partir de ahora, se podía esquivar a los caníbales o deshacemos de ellos.
-Si sabemos dónde están, les podemos atacar.- Sugerido Susana.
-Pero, esta vez no podemos dejar a nadie con vida.-Dije.
-Antes de nada, hay que asegurase de que están allí y cuando son.-Dijo Antonio.
Él tenía toda la razón, no nos podríamos permitir tener dos veces el mismo error.
Había que planearlo mucho mejor que la vez anterior. Pero no teníamos mucha información, tampoco estábamos seguros de que estuvieran allí.
Pero no había otra opción, que habían atacado a un aliado, y estábamos amenazados y no nos lo podríamos ignora. Había que habla con los de la base y los del castillo, para poder organizadnos.
Me dirigir, hacia la sala de reuniones, porque allí teníamos la radio.
No conseguir contactar con la gente del castillo, eso era preocupante. Ordene que siguiera intentadlo, podía ser que tuvieran problemas con la radio, no sería la primera vez que eso ocurría. Al cabo de rato recibimos una señal de ayuda, eran ellos, los infectados habían conseguido entra al castillo, los que consiguieron salvase, estaban encerrados y no tenía medios para defenderse, no sabían cuando tiempo conseguía aguantar.
Avisamos a los de la base, ellos se estaban preparando para ir en su ayuda, nosotros tardaríamos algo más en llegar, estábamos a varios kilómetros de distancia, pero ellos solo estaban a unos metros.