POV: Isaac.
Un respiro. Era todo lo que necesitábamos después de estas semanas de exámenes. Como se acostumbra, el instituto ha dado una semana de vacaciones, en la que nadie se salva de querer salir volando a algún lugar relajante.
Llamo a la señora Regan, cómplice del viaje que vamos a hacer con Allie.
Llamada telefónica
I: Buenos días Myrtle, ¿está todo listo? — digo con respeto. Aún no tomo toda la confianza para tutearla.
M: Ya tengo las maletas aquí — me confirma y enseguida tomo las llaves de mi auto.
I: En veinte minutos estoy allá, gracias por su ayuda — anuncio y se escucha una pequeña risa del otro lado de la línea.
M: No es nada, hasta entonces — dice antes de colgar.
Fin de la llamada
Me despido de mamá con un fuerte abrazo, para luego besar la mejilla de Gina. Papá dice que tenga cuidado y que si tengo algún problema, que no dude en llamar. Es claro que tienen miedo de que pase otra vez algún accidente, por eso, a pedido muy insistente, llevo el auto de él. Es más amplio que el mío, y por supuesto, más moderno.
Salgo de casa y agito la mano cuando estoy dentro del auto. Sandy imita mi gesto y se acomoda con Zach.
Debo admitir que ese par al principio no me daba buena espina, y como hermano, desconfiaba y celaba a Sandy. Poco a poco se ganó el cariño de toda mi familia, y hoy en día acepto y hasta bromeo con él. Si Sandy está bien, pues la apoyo con sus decisiones.
Conduzco emocionado, ignorando todos los comentarios sarcásticos de Zach. Apenas llegamos timbro efusivamente, encontrándome con la señora Regan abriéndome la puerta. Me hace pasar.
— Allison ya está vestida, aún no tiene idea de nada — me comenta cuando me adentro con mis acompañantes. Les presento como se debe y a continuación Myrtle les indica las maletas de Allison, que llevan inmediatamente al auto.
Con permiso, salgo hacia la habitación de ella. Golpeo la puerta.
— Mamá, ya voy a la sala, no sé que manía con apurarme hoy — comenta algo enojada. Abro la puerta lentamente para asegurarme que no esté en una ... situación incómoda.
— ¿Y tú que crees? — me apoyo contra el marco de la puerta, cruzado de brazos. Ella suelta la almohada que iba a acomodar en su cama.
Cuando corre hacia mi, la recibo con los brazos abiertos. Es un abrazo muy confortante. Se separa un poco, haciendo que le mire directamente a los ojos.
— ¿Tan temprano has venido a visitarme? — pregunta sorprendida. Son las ocho de la mañana y sé que no le gusta que la levanten a estas horas en un sábado.
— No es precisamente una visita — le doy la pista para que su curiosidad se encienda. Alejándose de mi, termina por poner la almohada. Da una vuelta para que admire su look. Posee un vestido sencillo amarillo y tiene el cabello recogido en una trenza. Sonrío y le doy una mirada pícara.
— Lo ha elegido mi mamá, imagínate como me siento — comenta tomando mi mano, para dirigirnos a la sala. Me pica la lengua por decirle a donde vamos, pero me contengo.
Observa que su mamá tiene un bolso y la mira emocionada. Ella la contempla extrañada y recibe la maleta.
— Cuídate mucho, cualquier cosa no duden en llamar — son las palabras que dice Myrtle a Allie, antes de abrazarla y darle un beso en la frente. No le doy tiempo a preguntar cuando la llevo apresurado hacia el auto. Sonrío cómplice una vez que estamos dentro y de la misma forma, agitamos nuestras manos en señal de despedida.
Allison va de copiloto con los brazos cruzados. Ha saludado cortamente a Sandy y Zach, y también ha visto la ropa que ellos llevaban. Muy parecida a la que cargaba.
— ¿Se puede saber a dónde nos dirigimos? — pregunta algo cansada. Nadie le responde.
— ¿Te gusta el mar? — otra pista es revelada, y no puedo evitar ver su reacción. Su cara se arruga un poco, frunce sus cejas.
— Hace mucho que no iba allá — comenta luego de un rato. Manejar hasta allá nos tomará casi todo el día, pero dará el tiempo suficiente para contemplar el atardecer.
La mitad del viaje consiste en conversar sobre anteriores... viajes. Allison acota muy poco a la conversación que hay. Dice que principalmente no le gustaba mucho salir porque no quería entusiasmarse más de la cuenta, porque al siguiente día se irían del lugar.
Hacemos un paro cuando vemos un restaurante, y también aprovecho para acomodarme en el asiento de atrás con Allie, para que Zach continúe manejando.
Allison come despacio, observando cada detalle del local, y yo la miro a ella, embobado. Cuando me regresa la mirada, hago como si nada, obteniendo unas risitas. El flash de la cámara interrumpe la conexión que habíamos formado. Ha sido Sandy. Allie en un movimiento rápido le quita el aparato y me muestra la foto.
Era yo, con cara de idiota mirándola.
Allison me mira burlona y me encojo de hombros, dándole una sonrisa inocente.
Después de comer voy abrazado con ella. Está dormida y puedo contemplar cada facción de su rostro. Se ve tan serena y cómoda.
Allison Regan, ¿Qué me has hecho?
No podría evitar en ningún momento futuro hablar de ti. Me imagino tantas cosas cursis junto a ti, que por supuesto no te gustaría saber de golpe. Me sentaría en una silla mecedora e invitaría a todos mis nietos a oír uno de los mejores momentos en mi vida. Probablemente queden encantados, o simplemente me dirían que tengo una gran imaginación. Y también me encantaría hacerles saber que fue su abuela la única persona que amé de verdad, pero me estoy adelantando mucho a los hechos. Dejo todo eso en mi mente y deseo cada día con muchas fuerzas que pase.