Suspiros del Alma

El camino de las espinas

“Déjame que haga de su voz una canción,

De bellas coplas y delicadas escalas,

Para que la brisa de ellas se haga y se aleje,

En sibilante vuelo cuan dotada de alas,

Contra un atardecer en rojo avergonzado,

Pues de sus suaves ases hice las partituras,

Y por tus notas de sangre se ha entintado.

Dulce encanto de sirenas son sus conjeturas,

Penoso, acalorado,

Ni el cielo ni la tierra podrían culparte,

A ti que por ella mueres encantado.

 

Así es, bien has acertado,

Ahora sabes la alegría que me causa oírla,

Pues aunque lejos esté, muy cerca puedo sentirla,

E impulsa mi corazón con tu mismo resplandor,

Tonos que tu natural virtud experimenta.

Permite que mis pinceles atrapen tu color,

Con tu paleta de luz quiero plasmar su belleza,

Y su mirada se vuelva la mejor estrella,

A cuya magia un deseo insomne pido,

Antes que el alba se vuelva en demencia,

Oh gloria divina, dame paciencia,

Pues muy duro el camino hasta ella ha sido,

Persiguiendo estas ganas de verla.

 

Lo siento, nunca podrás tenerla,

Tras un horizonte de fuego el sol murmura,

Aunque en agonía arde, su verdad es cruda,

Solo habrás de sufrir y llorar asegura,

Cada paso que das hacia ella así lo confirma,

Espinas que se clavan en tu alma desnuda,

Confía pues he visto por penas hallar la muerte,

Intrépidos seres enfermos de amor sin suerte,

Más te conviene renunciar y volver,

Un vacío de angustia solo encontrarás adelante,

Y como otros tu corazón roto no quiero ver,

Sin ganas de vivir tu afán habrá de dejarte.

 

No le hagas caso, él nada sabe de amor,

Un susurro a mi espalda disuelve el concejo,

Por el este la luna nace cuan doncella,

Seguida de su séquito de bailarinas estrellas,

Su cara enamorada parece resolver el complejo,

Que el apático y cruel día me ha causado.

Yo te he oído en las noches cantar pausado,

Y en las sombras dibujar su sonrisa bella,

Me dice desbordada de emoción y encanto;

No desistas,

Enfrenta al mundo en singular querella,

Pues nadie entiende que el amor a veces duele,

Pero olvidar el amor por no sufrir es un espanto,

Mucho peor que la misma muerte.

Sigue tu camino tras aquella que amas,

Y si enfrente hay un vacío imposible al salto,

No temas, pensar en ella te dará las alas,

Para no caer rendido y sin esperanza.

 

Para ti, reina nocturna, esta alabanza rezo,

Tú sí entiendes lo que mi corazón siente,

Él sabe lo que quiere y no miente,

Con ella estar aunque duro sea el camino,

Ni las espinas ni las heridas ladearán la balanza,

Menos pesan que un solo suspiro,

Y si estar juntos no ha resuelto el destino,

Más le vale dejarme morir esta noche,

Porque se ha hecho de un enemigo indomable,

Que elige luchar que aceptar su capricho,

Pues es para mí un error imperdonable,

Rendirse al amor para no sufrir,

Y aunque al hombro lleve mi alma cansada,

Solo a su lado sabré lo que es vivir...”



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En el texto hay: pasion, amor, tristezas

Editado: 15.12.2018

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