Me pase todo el dia hecha un manojo de nervios, tuve mil pensamientos en mi cabeza que iban y venían de lo bueno a lo malo. Jimena , la chica que me había quedado mirando el primer día, se había vuelto mi mejor amiga y, según ella, debia tranquilizarme.
-De seguro no es nada grave- me repetía.
- Sí, seguro- yo no sabía que pensar.
No quería saber nada de nada sobre el tema. Así se pasaron las dos horas de clases y muy pronto sonó la campana que indicaba el primer recreo.
Yo quería desaparecer, no quería enfrentar la realidad.
¿Y si ya no quería ser mi amigo?
Estaba decidida a no ir a verlo pero.
Debes ser valiente Ángel, si el quisiera ser más tu amigo no te hubiera abrazado por la mañana. Tranquilízate, respira. Ahora, comportarte como una niña grande y ve.
Eso hice, cogí mi lonchera y bajé las escaleras hasta llegar al segundo pateo. Él estaba ahí, esperando.
Respiré.
Ni bien estuve sentada a su lado dijo
-¿Quieres estar conmigo?
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Editado: 26.04.2020