(Sue)
En cuanto Nick y yo llegamos al centro comercial, comenzamos a caminar por los atestados pasillos del centro comercial, mientras íbamos hablando de las posibles opciones para el regalo de Madie. Recorrimos muchas tiendas tratando de buscar algo que fuera perfecto para la niña, porque no quería comprarle la primera cosa que viera. Debía ser especial.
Pasamos casi dos horas recorriendo las tiendas, hasta que finalmente dimos con una juguetería. Terminé comprándole una muñeca de Star vs las Fuerzas del mal que me recordaba a ella.
Nick festejó en cuanto salimos de aquella tienda, ya que al fin podríamos hacer otra cosa, que fuera más divertida que pasearnos por tiendas de niños.
—¿Podemos pasar? —le pregunté con ojitos de gato con botas en cuanto pasábamos por una librería. Él me observó divertido y asintió con la cabeza, por lo que lo tomé del brazo y lo guie al interior.
Comencé a recorrer estante por estante de aquel lugar, viendo cada título de cada libro, mientras Nick me seguía, ojeando algunos libros que tomaba.
Mi misión era dar con un libro que no encontraba. De hace mucho que quería leerlo, pero no lo encontraba, o al menos no en papel. Me lo había leído por PDF, pero no era lo mismo. Quería y necesitaba poder llorar aquel libro, sintiendo sus paginas en mis dedos.
—No está —balbuceé luego de haber hablado con una mujer que trabajaba allí.
—¿Qué cosa? —preguntó Nick detrás de mí, ojeando un libro negro.
—Mi libro favorito. Lo leí en PDF hace un tiempo, pero jamás lo he visto en alguna librería. —hice un puchero, apoyándome en uno de los estantes que estaban allí, de brazos cruzados y completamente decepcionada.
—¿Cómo se llama? —dijo, devolviéndolo a su lugar, para tomar otro.
—"El día en que supe que ya no te necesitaba" —le quité el libro de las manos, viendo de qué se trataba—. ¿Lees mucho?
—No tanto como me gustaría, pero sí. —sonrió, recuperando el libro—. Es algo que papá quiso heredarme, si es que se puede decir de alguna forma. —sus ojos seguían leyendo la contraportada—. Mañana te ensañaré algo que te va a gustar. —hizo una pequeña pausa—. Este suena bastante interesante.
—¿De detectives?
—Es interesante tratar de descubrir el misterio con los personajes. —se encogió de hombros—.¿Qué tipos de libros lees? —apoyó su espalda contra el estante—. No. Espera. Déjame adivinar.
—Adelante, señor adivino ¿Cuáles son los libros que me gustan? —me volteé quedando frente a frente de Nick, cruzando mis brazos en mi pecho, mientras que él me miraba con los ojos entrecerrados, como si estuviese analizándome.
—Por los pocos minutos que llevamos acá y recordando que entre a tu habitación y vi tu estante de libros, podría decir que estas obsesionada con las historias de amor. Aunque no es lo único, claro. Te gustan los de terror y suspenso, pero las historias de amor son tu debilidad. ¿No? —lo observe impresionada—. Y dado eso, estoy casi seguro de que lees en Wattpad. —esta vez solté una carcajada. Al parecer era demasiado predecible.
—Muy bien, señor West. Adivinó. ¿Acaso ha investigado mi vida? —bromeé.
—Nah. Soy muy observador y te pongo atención.
Lo miré por un largo rato, sintiendo que mis mejillas dolían por tanta sonrisa.
—Impresionante —admití, enganchándome de su brazo—. ¿Vamos a comer algo?
—Vamos.
Terminamos yendo a una cafetería, ambientada en los años 60's. Era un lugar muy hermoso y animado, con muchas personas sentadas comiendo alegremente. Bueno, con la energía que había en el lugar y el ánimo, dudaba que alguien pudiera estar de otra manera.
Apenas nos sentamos en una mesa, una chica llegó a tomar nuestro pedido, clavando la mirada en Nick, quien se dedicaba a observar el menú con atención, casi sin enterarse de la presencia de ella.
Luego de un rato la chica regresó con nuestra comida y la colocó en la mesa, de una manera que dejaba bastante claro que buscaba la atención del chico que me acompañaba. Pero lo único que consiguió fue una sonrisa de agradecimiento y una leve mirada que decepcionó a la chica, de seguro.
O era muy ciego o la ignoraba.
—Le gustas —dije con una sonrisa.
Nick clavó su mirada azulada en mí, alzando una ceja.
—¿A quién? —sonrió.
—A la mesera —dije con obviedad—. ¿O acaso no sabes ver cuando una chica te coquetea? —lo observé con los ojos entrecerrados—. Porque tampoco notaste las insinuaciones de Alison. ¿Es que no ves lo obvio?
—Si lo hago. ¿Quién no podría notar algo así?
—¿Hans?
El chico sonrió, volviendo a poner su atención en su comida.
—Pero no lo entiendo. La chica esa y Alison son muy hermosas ¿o no tanto como para llamar tu atención?
—Son muy lindas, pero no me gustan —dijo como si nada. Apoyó sus codos sobre la mesa, mirando nuevamente, pero esta vez se sentía diferente—. Estoy interesado en alguien más y la verdad, no me interesa estar con otra que no sea ella. Eso es lo que pasa, Risitas. —finalizó su comentario con una encantadora sonrisa.
Una corriente eléctrica cruzó mi cuerpo ante sus palabras.
Sus hermosos ojos azules transmitían muchas cosas: sinceridad, seriedad y... dolor. Nos quedamos así por un largo rato. Me estaba perdiendo en aquellas ventanas que daban al más hermoso océano que haya visto en mi vida, hasta que el sonido de mi celular nos interrumpió.
Rápidamente el quitó su mirada, dirigiéndola hacia la ventana, mientras que yo sacaba el aparato con ganas de golpear al responsable de aquella garrafal interrupción.
De David [18:16]: Pasaré por tu casa a las 9:00 ¿bueno?
De Sue [18:16]: Gracias por avisar.
—¿Quién es? —él me observó como si no entendiera mi pregunta—. La chica que te gusta.
Editado: 25.06.2022