No puede ser
Apenas abro los ojos me siento desubicada por un momento. Luego recuerdo a Cooper trayéndome y siento una sonrisa boba formarse en mi rostro. Miro la cobija y supongo que en algún momento él vino a colocármela. Aprieto la tela en mi mano y muerdo mi labio inferior tratando de evitar una risa.
-Por lo que veo no has estado mal cuidada-dice Katy viéndome con una ceja enmarcada.
-Y esa sonrisa no creo que no signifique nada-murmura Pamela sentada en una de las camas.
-Me gusta Cooper-suelto y siento mi cabello deslizarse por mi rostro.
-Y yo te dije que le gustas a él-Katy sonríe con suficiencia-lo que hizo hoy...
-Puede ser producto de la apuesta-le interrumpo.
-¿Puedes solo dejar de pensarlo y vivirlo? ¿Qué tal si le gustas? ¿Lo has pensando? Eres guapa y él no es ciego-frunce el ceño-Y si lo es, pues que se vaya a buscar lentes para que vea lo que se pierde.
Me río y me estiro antes de sentarme.
-¿Qué hora es?-pregunto con voz adormilada.
-Ya mismo se acaba clases-dice Katy-Mejor arréglate para cuando venga tu Romeo.
-¿Romeo?-arrugo la cara.
Prefería Bad boy o pared andante.
-No me mires así. Él se lo gano con traerte en brazos-se ríe-mejor vete a lavarte la cara.
Ruedo los ojos pero hago lo que me pide y me mojo el rostro. Estoy menos pálida y ojerosa. No me veo como una diva pero tampoco sigo siendo un fantasma. Antes estaba tan blanca que seguro Casper habría tenido envidia de mi color.
Me seco la cara y cuando voy a salir oigo murmullos de ambas.
-... ella por momentos parece perdida, como si estuviera en otro mundo. Por momentos se apaga y tú la has visto, cuando lo hace es muy diferente a ella misma.
-Todos somos diferentes cuando estamos tristes.
-Lose, pero ella cuando lo está, es como si derrumbara sus jodidos muros y actuara como ella se siente en ese momento.
No sé de qué hablan, trato de apegar más mi oído a la puerta pero mi mano se resbala y la chapa se abre. Rayos, cierro los ojos y abro la puerta para disimular mi torpeza.
Ambas me regresan a ver y sonríen.
-¿Estás mejor, Abi?-pregunta Pamela.
-Sí-le sonrío tratando de tranquilizarla-Solo tenía que dormir un poco para tener energías.
-Creo que deberías dormir una horas más-opina con voz suave.
-Estoy bien-trato de insistir.
-No, no estás bien
-Katy…
-No-le interrumpe a Pamela-mira tú harás esto Abigail. Llegaras a tu jodida casa, comerás la delicia de almuerzo que suele hacer tu madre, te pondrás la jodida pijama de osos que tienes y te meterás en tu cama a dormir. ¿Oíste?
-Sí capitana-digo dejándome caer en la cama.
-Bien, ahora que dije eso. Dime ¿Qué hacías ayer que estas así?
Mierda sabía que en algún momento ella me lo preguntaría. Pero no esperaba que fuera tan directa, a quien engaño de cualquier manera yo no sabría que decirle. Juego con mis manos y trago saliva antes de verlas.
-Nada-digo y me encojo de hombros tratando de sonar indiferente-me desvele viendo una serie que me gustó mucho.
Mentira-suelta mi cabeza-diles la verdad.
No.
-¿Enserio?-pregunta sin creerme-¿Cuál?
-N-no recuerdo el nombre exactamente-tartamudeo sintiendo que me estaba atrapando-otro día te lo diré.
Me miraron sin creerme. Te lo dije: Más rápido cae el mentiroso que el ladrón.
Maldita suerte.
Vi las intenciones de ambas y estaba por esconderme bajo las sábanas y gritar “no te oigo, no oigo. Tengo orejas de pescado” Pero la puerta es abierta y las tres regresamos a ver.
Ellas habían bromeado hace unos segundos sobre el viniendo pero no se esperaban que el viniera. Yo tampoco. De inmediato mi pulso se acelera y mi corazón late con fuerza. En este momento le agradezco de corazón a Katy haberme ordenado lavar mi cara.
-¿Estás mejor?-pregunta viéndome fijamente a los ojos.
Voy a responder pero mi garganta se seca cuando se acerca y se sienta en la cama.
-Sí…-mi voz suena seca así que aclaro mi garganta-gracias Alan.
Se encoge de hombros y mueve un estuche en sus manos. Bajo la mirada y siento que mi estómago se contrae. Extiende su mano y abro los ojos.
-Cógelo-dice al ver que no hago nada-lo compre para ti.
¿Para mí?
Siento mis mejillas sonrojarse con fuerza y con nervios estiro mis manos para tomar el recipiente. Rueda los ojos y yo abro míos cuando sus manos toman las mías y con seguridad pone el recipiente de frutas en ellas.
Lo cojo con más seguridad y siento un impulso por abrazarlo pero me contengo.
-Gracias.
-Tienes que comer-dice y se encoge de hombros.
-Bueno eso fue extraño-murmura Katy viéndonos con una sonrisa-pero lo ignorare porque soy hermoso ángel rubio, así que Abi, aquí están tus cosas para irnos, ponte los zapatos y vámonos a tu casa.
Se lo que hace y quiero negar la cabeza pero es tarde. Cooper lo ha oído.
-No, yo la llevaré-dice él sin saber que fue un truco mental de la rubia.
Ella aprovecha que él me ve y me guiña el ojo.
-¿Seguro Romeo?-pregunta ella con una sonrisa.
-Sí.
-Está bien-suelta un suspiro como si la decisión de dejarme le pesara. Se acerca y besa mi frente-Te veo más tarde.
-Claro-le digo entrecerrando los ojos.
-Hasta luego Abi-dice Pamela y me abraza por la espalda.
-Adiós…
-Espero llegar a su casa y encontrarla en una pieza bad boy.
Él se ríe de su comentario mientras yo quiero utilizar el tenedor de la fruta y arrojárselo a la cara para que se le enrede su cabello rubio.
-Tranquila estará sana y salva.
-Eso espero.
Salen de la habitación dejándonos solos. Él las mira irse mientras yo vuelvo a ver el recipiente con fascinación. No puedo creer que él supiera que me gusta esto. No recuerdo haberlo mencionado cuando él ha estado presente.