Paso entre percha y percha buscando que ponerme, dentro de hora y media será el partido y todavía no estoy lista.
-¿El vestido que mi mama me compro para una cena? no es muy elegante-
-¿Este vestido de donde salió?... ahhhh si el vestido para la funeral de una tía-
Los vestidos quedan descartados.
¡Quiero lucir bien! luego de la desastrosa salida al cine con Nadia y Daniel aprendí una de esas lecciones de vida, si soy más cuidadosa con mi imagen no volveré a sentirme de la misma manera. No quiero andar comparándome con Nadia, y quizás si me pongo más bonita podré llamar la atención de Daniel y no ir llorando por los rincones.
El resto de la semana paso corriendo, después del casi beso, Daniel y yo no tocamos el tema. Es como si ese momento nunca hubiera pasado. El jueves y viernes fui a su entrenamiento donde me senté al lado de Dana y pude conocerla más, me cae muy bien esa chica es muy graciosa y está verdaderamente enamorada de su novio, siempre hace comentarios acerca de lo fabuloso que es y me pregunto si yo sueno igual cuando me expreso de Daniel.
Luego de los entrenamientos de Daniel, solo me acercaba para saludarlo y me iba, casi siempre estaba cerca de Nadia.
Tampoco he dejado de soñar con él, cada vez que estoy durmiendo el aparece en mis sueños interactuando conmigo o solo haciendo acto de presencia, se sienten tan reales.
No me doy un respiro de la cara de Daniel y hoy no será la excepción, le prometí que iría a su juego y eso haré, aunque terminé siendo yo quién pidió permiso.
Me decido por unos shorts deportivo que en alguna ocasión mi bien intencionada mamá compró para que empezará una rutina de ejercicios pero no funcionó termine usándolos como pijama.
-¿Mamá puedes ayudarme?- encuentro a mi madre sentada en su cama, su habitación es tan pulcra y limpia, muy diferente a la mía que hasta me da escalofríos, ella baja su libro prestándome toda su atención. -hoy es el partido de Daniel y no sé qué ponerme, tengo estos shorts que me regalaste pero es todo.-
Nos adentramos en el elegante closet de mi madre y me asusto >no fue buena idea pedirle ayuda<, quiero verme bien, no como una ejecutiva. Antes de que pueda retractarme mi madre se va al fondo de su closet y me muestra prendas de su juventud, luce tan emocionada que hasta se me hace raro este momento, la amo pero no compartimos tanto tiempo juntas y menos con un objetivo común. Aunque supongo que está cumpliendo alguna especie de fantasía al ayudarme con mi imagen.
Estoy subiendo las gradas, obviamente no iba a venir con Daniel, él debe haber llegado hace rato y en mi retraso solo faltan 15 minutos para que empiece el juego, si encuentro a Dana podre sentarme con ella sé que sus comentarios acerca del juego serán muy divertidos y amenos. Pero mis planes no son así cuando una voz conocida me llama.
Allí está toda la familia Acker, la mamá de Daniel me da un saludo de mano y con la otra palmea el asiento a su lado. A su izquierda está su esposo y la pequeña Rosie.
-Estoy tan feliz de verte mi niña- le sonrió mientras me siento a su lado, no veré a Dana pero la compañía de la señora Acker no es mala opción.
-Mira a mi niño ¿no se ve guapo en ese uniforme? estoy tan contenta por él. Aunque le dije que se cortara el cabello, pero no me hizo caso- busco entre los chicos que están calentando y encuentro a Daniel en ese uniforme amarillo neón y se me ocurren tantas bromas que decirle. Si se pierde con ese uniforme será fácil encontrarlo, parece un faro encendido. Su cabello está largo en la parte de arriba que tiene que atarla con una liga de cabello, pero eso no le quita lo atractivo, en cambio le da más estilo.
Su camisa muestra el N°14 y me siento orgullosa de él. Es la primera vez que la usa.
El jueves en la noche pasó por mi casa, me dejo algo de comer y se fue, no hubo abrazos, ni ningún tipo de contacto. Pero lo entiendo, yo también estoy confundida, en la vida real nunca antes tuvimos un acercamiento así, ni parecido. Ayer viernes estuvo ocupado en su entrenamiento, no pasó por mi casa y hoy mucho menos lo hará.
Las animadoras animan, los jugadores calientan. El otro equipo también está en la cancha y lo identifica el color blanco.
Las tribunas están repletas de gente que gritan y comparten sus energías competitivas.
La vibra del lugar se me contagia y mis pensamientos me dan risa, >el otro equipo va a tener que buscar una buena lavadora para dejar limpios su uniformes luego de la paliza que le van a dar<.
-¡¡Damas y caballeros sean bienvenidos a este encuentro!!-
El narrador hace aparición y por su juvenil voz supongo que es algún estudiante del periódico escolar.
Cómoda al lado de la señora Acker y con un paquete de palomitas que me dio me preparo para disfrutar del partido y aunque no soy fan de este deporte, soy fan de Daniel.
-El equipo local los chacales de West High vs el equipo visitante las gacelas de South High-.
Cuando el narrador nombra a los chacales, la tribuna que esta frente a nosotros y donde las gacelas se instalaron empieza a abuchear y zapatear el piso.
-Los eternos rivales se enfrentan esta noche dando inicio a la temporada y todos estamos emocionados de saber quién ganará- el narrador le da emoción al partido y tanto es así que la señora Acker grita –¡Eso es!, mi niño les va a dar una patada en el trasero a todos ustedes-