En si la cena con Ares no estuvo tan mal, en realidad podría llegar a decir que fue divertida, entretenida y algo educativa... por así decirlo. Discutimos el tema que trataríamos mañana con los niños y decidimos hablarles de la cortesía; se ofreció a dejarme en la puerta de mi casa y se quedó un rato afuera conmigo hablando de cosas sin sentido.
-eres todo un caso.- susurre, más para mí que para él.
-lo dice la chica que está loca.- respondió
-¿yo, loca?
-sí y por poco te considero una psicópata.
-haber idiota, dime, ¿Por qué?- la molestia en esas palabras era notoria y no me importo.
-por donde empiezo.- dijo "pensativo".- ya se, eres una loca porque esta mañana no te fijaste en el metro ochenta que tenías enfrente, porque me llamaste idiota, loca por cómo te tratas con tu hermano, psicópata por las caras que hacías cuando mirabas a Luca.- abrí la boca para protestar.- y ni se te ocurra negármelo, ¿Quién en su sano juicio les dice ángel y demonio a sus amigos? Y por último hiciste que perdiera un polvo esta noche.
-te los responderé uno por uno... perdóname por no fijarme en ti pero es que tu maldito ego me segó. Te llame idiota porque eso eres...
-retráctate.- hablo serio, pero como la niña obediente que soy no lo hice y seguí hablando.
-yo trato a Alex como yo quiera. Que culpa tengo de que tu hermano este bueno. Yo, yo soy esa persona que les dice ángel y demonio a sus amigos... y si quieres saber la razón es esta, esos son sus apellidos. Y ¿en realidad estas molesto por lo de esa plástica? Deberías de agradecerme por evitarte una enfermedad venérea o algo peor.
-lo de la chica no me interesa ya que puedo conseguir a las que quiera.
-ego hablando.
-¿disculpa?
-te disculpo, Ares
-eres una tonta, ¿no sabes con quien te metes?- dijo molesto.
-si lose, pero no me interesa
-pues debería
-¿Por qué?- le hable molesta.
-porque yo puedo hacer de tu vida una miseria.
-quiero ver que lo intentes, eso no me da miedo.
-oh créeme, lo intentare... Por algo me llamo Ares.- dijo con un aire de superioridad.
-mira falla de condón, no me interesan tus advertencias o amenazas como quieras llamarlas.- dije aburrida de la situación.- pero si quieres guerra, guerra tendrás dios griego. Ares se levantó del suelo, se subió a su moto y se fue, yo solo observe cada uno de sus movimientos y cuando se perdió de mi campo de visión solté un suspiro. La puerta tras de mí se abrió dejándome ver a mi madre.
-oye, entra... tu papa quiere hablar contigo.
-si.- dije poniéndome en pie y encaminándome hacia el despacho de mi padre. Toque la puerta.
-pasa capullito.- dijo mi padre desde adentro de ese lugar, sonreí al recordar que el me llamaba así cuando era una niña de trenzas y sin dientes. Abrí la puerta y me desplome en uno de los sillones.
-dijo mamá que me buscabas
-si... necesito hablar contigo, acerca de... lo de tu madre.- todo en mi cuerpo se tensó, ¿abra regresado? ¿Por qué me viene a hablar de ella después de tanto tiempo? Y muchas otras preguntas surgieron de mí.- otra de las razones por las que te trajimos a esta ciudad fue para que estés más cerca de ella, pero es tu elección si quieres hablar con ella o no.
-si.- fue lo único que dije y Salí de ese lugar dejando a mi padre con la palabra en la boca, subí las escaleras y entre a mi habitación, cerré la puerta y me desplome al suelo, un líquido salado entro a mi boca y es allí donde note que estaba llorando. MI MADRE, MI MADRE, MI MADRE, eso era lo único que pasaba por mi cabeza, ella vive aquí... eso quiere decir que en cualquier momento de mi vida me la puedo encontrar y... ¿Qué are si eso sucede? Aun no estoy lista para verla.
Verán, Alex y yo solo somos hijos del mismo padre, lo raro de esta historia es que él y yo nacimos el mismo día, el mismo mes, el mismo año y en el mismo hospital, mientras que su madre entraba en labor de parto la mía ya me tenía en sus brazos. Si damas y caballeros así de raro es todo esto, mi papá no estaba casado con mi mamá, al parecer mi madre era su amante y la de Alex era su verdadera esposa. Unos golpecitos en la puerta me hacen volver en sí, me limpio los ojos con las mangas y abro la puerta, al otro lado se encuentra un preocupado Alex.
-oye, ¿quieres dormir en mi cama?- pregunto tímido.- es que le tengo miedo al monstruo debajo de mi cama.-buena excusa para acompañarme hermanito, pensé; el más que nadie sabe lo que pase con mi madre todos esos años. No me contuve y me lance a sus brazos me atrapo y gustoso me devolvió el abrazo que le di, me cargo hasta su habitación y me acostó en ella.
-¿te traigo tu pijama de abejas?-solo me limite a asentir con la cabeza. El salió de su habitación y en cuestión de segundos regreso, me los pasó y me dio mi espacio para cambiarme.
-iré a buscar algo de comida, ¿quieres?- negué con la cabeza, mire preocupación en su rostro.- está bien, pero no te suicides con el papel higiénico mientras no estoy, ¿ok?- sonreí
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en el texto hay romance, en el texto hay corazones rotos, en el texto hay diversion
Editado: 01.05.2018