Narra Rose
21 de Junio, 2017
Creo que siempre pensé que este momento no llegaría. Estar frente a mis padres y que a unos minutos tendré que decirles quién es el padre de Asher, es de mis más peores miedos.
Cuando quedé embarazada todo fue caótico, no por mi familia, sino por mí misma. Escuchar como la gente me criticaba y decían que era una cualquiera porque mi hijo no tenía un padre. Fue difícil, pero mis padres siempre estuvieron conmigo, nunca me juzgaron, ni tampoco me obligaron a decir quién era el padre de mi hijo. Siempre respetaron mis decisiones y es por ello que tengo tanto miedo de decepcionarlos.
—Hija, ¿ya nos dirás cómo está Asher? —mamá pregunta.
Remojo mis labios antes de dar la noticia, estoy más que segura que será nuevamente un golpe muy duro para mi familia. Asher es la luz de sus ojos.
—Sí mamá, temo que no son noticias buenas —intento buscar las palabras para que entiendan—. Harry, quiere hacerle un cambio de médula ósea, hasta el momento es lo único que lo podría mantener con nosotros. La Leucemia está trabajando muy rápido —explico lo más breve posible.
—Rose, pero si ninguno de nosotros somos compatibles, igualmente Asher estará sufriendo en la espera.
Tomo un suspiro muy profundo porque el momento ya ha llegado.
—De eso les quería hablar —comienzo—. Con Harry tenemos una última opción que puede hacer está espera totalmente innecesaria.
Ambos me miran extrañados.
—No entiendo hija, ¿qué intentas decirnos? —ahora es papá el que está inquieto.
—Lo buscaré, buscaré al padre de mi hijo —suelto por fin.
La sala queda en total silencio
—¿Nos dirás quién es? —mamá habla después de unos segundos.
—Solo no quiero que se decepcionen —digo afligida.
—No lo haremos cariño, nunca nos podrías decepcionar. —Papá me da una de esas sonrisas que intentan transmitir que todo está bien.
Camino hasta unos de los ventanales antes de hablar.
—Es un hombre muy importante, en realidad él más importante —rio con ironía—, lo conoces, todos lo hacen. —Me doy vuelta y miro a mis padres temiendo por lo que diré— El padre de Asher es Amos Maxwell.
Escucho el grito ahogado de mi madre y la maldición de mi padre.
Ya está, lo dije y sin nada de anestesia.
Ahora, ¿quién es Amos Maxwell?
Amos Maxwell, con veintinueve años es uno de los hombres más importantes de New York —el Magnate de New York como muchos dicen—. De tres hermanos, es el mayor y quién heredó la mayoría del trabajo de su padre. Dueño de la más grande aerolínea, como también tiene diferentes casinos y restaurant alrededor de toda Europa. Se dice que está comenzando a tratar negocios en algunos países de Latinoamérica. Y sí, un hombre totalmente soltero, que cuida demasiado su imágen. No recuerdo haber leído algún escándalo de su vida.
Pero esto no solo queda aquí, le sigue uno de sus hermanos menores. Austin Maxwell, con veinticinco años, sigue lo mismos pasos a su hermano mayor y tiene la mejor cadena de hoteles a nivel mundial. Totalmente soltero, siendo así también muy codiciado por las jovencitas.
Y por último, el menor de los hermanos. Ansel Maxwell, con tan solo once años, es un niño muy encantador y la pequeña luz de la familia Maxwell. Se dice que los señores Maxwell trabajaron mucho en tenerlo, ellos querían un tercer hijo y lucharon hasta que lo lograron.
¿Y cómo fue que ese hombre terminó pasando una noche conmigo?
La creación de Asher fue de una noche con mucho alcohol, recuerdo haberlo visto desde las esquinas de ese club vestido con un traje azul totalmente formado a su cuerpo. En ese momento no lo reconocí, intento culpar al alcohol que corría por mi organismo ya en ese instante, solo sé que al otro día amanecí totalmente desnuda al lado de ese hombre.
Habíamos tenido sexo y estoy segura que no solo una vez porque en la mañana el cuerpo me dolía de una manera horrible. En ninguna de ellas nos cuidamos, lo comprobé al no encontrar ningún condón tirado en la habitación, ni en los basureros, sin saber que hacer tome mis cosas lo más rápido y desaparecí de la habitación. No sé que sucedió con el al despertar, si recordó algo o si simplemente no le importó lo que sucedió, solo me fuí sin mirar atrás y deseando no volver a verlo en mi vida.
Lo que pasó después ya se lo imaginan, al mes supe que estaba embarazada y no porque se me había cortado la menstruación, fue por una caída que me llevó al hospital. En ningún momento del embarazo hubo náuseas, mareos e incluso antojos, solo veía mi vientre crecer y crecer.
Nunca lo busqué para decirle sobre el embarazo, no estaba segura de hacerlo y tampoco sé cómo lo hubiese tomado. Una joven de dieciocho años embarazada de un hombre de veinticuatro, le hubiese arruinado la reputación. En ese momento estaba en el mejor momento de su carrera, su nombre se escuchaba en todos lados —aún es así—, pero para ese entonces comenzaba y la noticia hubiese sido un escándalo.
Veo a mi padre ponerse de pie, mientras pasa las manos por su rostro una y otra vez con desesperación. Mamá por otro lado mueve sus ojos por la sala con frenesí y retuerce sus dedos, quizás intentando tranquilizarse.
—Amos Maxwell, de ¿Aerolíneas Maxwell? —pregunta aún desconcertado.
—Sí, papá, justo de esa persona.
—Yo... No sé cómo sentirme. Aunque no lo creas, siempre ví ese parentesco, pero nunca lo asocié. —Desordema su cabello— ¿Cuándo fué? Estaba convencido de que ustedes no se conocían.
—Y no lo hacíamos, fue para mí viaje a las Vegas.
—Tu cumpleaños número dieciocho —murmura mamá.
—Si, para mí cumpleaños. Sé que ustedes no se esperaban esto, pero es necesario que lo haga, que lo busque. Asher está muy mal.
Papá se acerca y toma mis manos con mucha fuerza.
—¿Estás segura de querer hacer esto? —Sonrío. Como siempre, Calev Black buscando el bienestar de todos y más el de sus hijos.