Capitulo 5

Todavía me repetía en mi cabeza la estupenda noche que había pasado junto a Luka, había perdido la poca cordura que tenía a causa de dormir junto el y eso me carcomía los pensamientos.

No podía dejarme llevar de esa manera, el era mi enemigo. El cual me había secuestrado y obligado a casarme con el sin poner en discusión mi opinión.

La puerta de la habitación se abrió mostrando a Dominico vestido como siempre con sus camisa desajustada y sus jeans oscuros.

—Es Hora de Salir — Hablo el sin quitar su mirada de mi cuerpo el cual llevaba puesto un vestido color blanco corto hasta las rodillas con encaje.

—¿A dónde? — Pregunté caminando hasta donde se encontraba el.

—El señor no quiere que permanezca todo el día en su habitación — Aclaro dejándome el paso libre hacia el pasillo.

Al llegar a la sala principal de la mansión me encontré con Luka sentado en el enorme sofá con un vaso de lo que al parecer parecía Borbón junto a unos cuantos papeles. Su mirada se iluminó de una extraña manera al notar mi presencia en la habitación.

—Me alegro que hayas salido de tu habitación — Exclamo con alegría dejando los papeles a un lado.

—No es que tenga muchas cosas que hacer — Respondí irónicamente.

El río por lo bajo para luego mirar mi cuerpo completo con deseo lo cual me intimido bastante. Se paró del sofá caminando hacia mi de manera peligrosa obligando me a retroceder varios pasos, al estar frente a mi pasó su dedo índice por mi mejilla. 

—Es irónico — Susurro a mi oído.

—¿Que es lo que te parece irónico?

—Que me intentes  negar — Respondió pasando sus labios por mi cuello erizando mi piel —Ambos sabemos que somos la perdicion del otro — Concluyo alejándose de mi para luego dirigirse a su oficina.

Me volvía el alma al cuerpo el saber que se encontraba lejos de mi pero el sentimiento de recorre todo mi cuerpo cuando esté lo toca es increíble.

Las siguientes horas me la pase leyendo algunos de los libros que se encontraban en la enorme biblioteca de la casa. Al parecer Luka era fan de la literatura lo cual agradecía ya que no me sentía muy útil en esta grande casa.

Unos guardias pasaron corriendo por la biblioteca camino hacia la oficina del idiota  lo cual me alarmó, me acerque hacia la puerta de está esperando escuchar algo. Logré escuchar que el hermano de Luka estaba en la sala principal esperándolo.

Camine lentamente hacia la sala principal quedándome en las escaleras. El hombre era obviamente mayor que Luka, su mirada fija en el suelo daba miedo, tenía un cuerpo exelente mente cuidado cubierto por un elegante traje color vino.

A comparación de mi supuesto marido este tenía cabello castaño claro y unos ojos celestes. No entendía  por qué se encontraba aquí pero parecía ser importante ya que los guardias corrieron a contarle a su jefe.

Cuando Luka se hizo presente en la sala el otro se levantó del sofá fulminando lo con la mirada a lo que este se vio confundido por su acción.

—¿A qué se debe está visita? — Pregunto Luka sentandose en unos de los sofás.

—Me entere sobre tu boda y el hecho de que no me hayas invitado — Contesto el otro irónicamente.

—Fue una boda inesperada — Respondió.

—¿Y a la novia la conozco?

—Espero por su bien que no — Hablo entre dientes.

—Ay lo dices como si fuera un pecado conocerme — Expreso Riendo.

—Baltazar sabes perfectamente que es lo que pasa con cada mujer en tu cama — Aclaro Luka serio.

Baltazar parecía ser más bestial que Luka lo cual me hacía temblar del miedo pero tenía algo en mente lo cual no podía sacar y era que de alguna parte yo lo conocía. Su cara me parecía demasiado familiar.

Al parecer entre ellos había un climax algo tenso el cual no podía explicar con palabras. Ambos se miraban con odio pero detrás de todo ese odio había amor, amor de hermanos ese el cual es increbratable 

—Katherina por favor pasa — Pidió Luka sin quitar su mirada de su hermano.

No entendí como fue capaz de saber que me encontraba ahí pero igual tuve que bajar aquellas escaleras con absoluta tranquila. Tratando de no mostrar el simple echo que las piernas me temblaban del miedo.

Cuando me hice presente en la sala principal los ojos de Baltazar cayeron en mi provocando que mi cuerpo se tensara. Sus ojos quedaron fijos en mi de una manera terrorífica.

—Baltazar te presento a mi esposa Katherina Lehmann — Presento Luka con una sonrisa de punta a punta.

—Un placer conocerte — Expreso poniéndose de pie tomando mi mano con delicadeza para dejar un beso en ella.

—El placer es mío — Respondí tímidamente.

—No eres tan malo eligiendo pretendientes — Soltó el maldito mirando mi cuerpo como si fuera un pedazo de carne.

—No me creo un pedazo de carne para que me anden eligiendo — Conteste firmemente.

La sonrisa de este se borró inmediatamente cambiando su mirada de diversión a una de enojo absoluto. No podía dejarme pisotear por un tipo el cual estaba acostumbrado a tener todo cuando el quisiera, yo no era un juguete con el cual podrían jugar libremente sin protestar.

—¿No te han enseñado modales? — Pregunto Baltazar levantándose del sofá caminando peligrosamente hacia donde yo me encontraba.

—Oh claro que me lo han enseñado pero a solo que a los que se la merecen — Reproche acercándome hacia el sin miedo.

—Ser tan contestona te llevará por un mal camino princesa — Insinuó con una sonrisa de lado.

Sabía lo que se venía y no me rendiría  por nada del mundo pero justo cuando pensé que el vendría a golpearme Luka se puso de pie inmediatamente.

—Si la tocas te mato — Amenazó el mafioso.

—Pero  que aburrido — Expreso con cansancio Baltazar mientras volvía a sentarse en su lugar —Nuestras mujeres de vez en cuando necesitan un buen golpe — Escupió mirándome con odio.