Teach me to love (libro #1)

Capitulo 37

El jardín del paraíso. Así lo llamaba. Incluso la valla del pequeño pero cómodo espacio estaba hecha de flores. En concreto, rosas rojas. Las favoritas de la madre de Lizbeth. Ella había construido éste jardín hace años y todavía había alguien que lo cuidaba como debía ser. En su interior habían plantadas varios tipos de flores. De margaritas a lavanda, que daban una hermosa imagen y un olor maravilloso a las personas que ingresaban a la mansión Heat. En la esquina del pequeño jardín estaban plantados grandes árboles para que el sol no quemara al que escogería explorar ese lugar mágico. Era el lugar especial de la chica, en el que iba para pensar o para hablar con alguien acerca de un asunto importante.

 

 

“Señorita, ¿vendrá?” Le preguntó Christian alejando a la chica de sus pensamientos y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que ya se encontraba dentro del jardín y había comenzado a hablarle de nuevo en plural.

 

 

No respondió, simplemente asintió con la cabeza. Avanzó hacia el interior del jardín y una sonrisa apareció en sus labios. Quedó deslumbrada, observando las flores. Había echado de menos a éste lugar, era lo que le recordaba a su madre. Éste lugar mágico y el colgante de Alicia Heat era lo único que mantenían la figura de la señora en la mente de Liz, lo único que le recordaba que estaba viva y que un día la encontraría.

 

Pregunta a Nicholas, él sabrá más…puede incluso saber el lugar que vive.

 

Dejó el aire salir de sus pulmones, no se dio cuenta de que hace rato no estaba respirando. Clavó la mirada en Christian, quien la estaba mirando preocupado.

 

 

“Éste lugar me recuerda a mi madre. Ella lo construyó, con el infinito amor que tenía por dentro.” Susurró con los ojos llenos de lágrimas.

 

“Ya lo verás, mi niña, la encontrarás.” Dijo sonriendo y Lizbeth frunció el ceño.

 

“¿Lo sabias?” Su boca se abrió ligeramente y sus ojos se desorbitaron. El silencio de Christian la hizo continuar: “¿Sabías que mi madre está viva?”

 

“Un momento Lizbeth, no dije eso. Comencé a sospechar como lo hacías tu cuando encontramos el colgante en el sótano, y luego, Erika me habló de todo lo que pasó.” Le explicó para que no hubiera ningún malentendido.

 

“¿Te informaba Erika de todo esto?” Christian había desaparecido de su vida después del accidente, pero no dejó de preocuparse y querer saber todo sobre ella, aunque de otros.

 

“A pesar de que me alejé de ti, no dejé de pensar en ti. Me preocupo por ti Lizbeth, y me horroriza solo pensar que Mariano podrá aparecer por aquí.” Dijo y al mismo tiempo movía las ruedas hacia adelante para lograr quedar frente a su chica.

 

“Christian…” Pronunció su nombre en voz baja. Él estiró la mano hacia ella y agarró la suya.

 

“Mis sentimientos no han cambiado, mi pequeña.” Susurró y por un momento Liz se quedó aturdida debido a su intensa mirada.

 

“Sobre esto, yo…” Quiso decir, pero la interrumpió.

 

“Lo sé, sientes algo por Freezer.” Cuando notó la mirada triste de Christian, la chica de repente sintió un nudo en su estómago. “Pero, no me importa. Yo de ahora en adelante, estaré a tu lado para lo que necesites. No me voy a quedar con los brazos cruzados, intentaré ver si sientes algo por mí y si no, si de verdad amas a Nicholas…me alejaré.”

 

 

Su mano derecha fue colocada en su mejilla para que pudiera acariciar su piel. Ella bajó la mirada. No quería lastimarlo, entonces, ¿cómo le diría que estaba locamente enamorada de Nicholas y que nunca miraría a otro hombre?

 

De repente, mientras había un silencio absoluto, la atrajo con fuerza hacia él y la chica terminó sentada sobre sus rodillas, que estaban paralizadas.

 

 

“¡Christian!” Gritó sorprendida y en ese momento, sin que nadie supiera, Nick los estaba mirando desde la ventana del salón.

 

 

Sintió como su corazón se rompía en mil pedazos. Lizbeth con mucho esfuerzo, después de tanto tiempo, había logrado curar las heridas de su corazón herido y ahora, solo en un minuto lo ha destruido por completo. Lo hizo cenizas.

 

Tienes que acercarte al jardín, déjala explicarte. Además, no hacen nada malo, solo se abrazan.

 

Quedó concentrado, mirando a su niña, quien tenía las manos envueltas alrededor del cuello de Christian mientras él subía y bajaba los dedos sobre su espalda.

 

Estaba seguro…casi…de que Liz lo veía como un amigo pero, su ex escolta estaba enamorado de ella.



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En el texto hay: peligro, mafia, secretos

Editado: 28.09.2019

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