Había deseado con el alma que todo fuera diferente, que lo que había hecho no fuera tan malo, deseaba desaparecer.
El maldito clima, maldito cambio climático, maldito nosotros los humanos.
El invierno daba inicios de que se avecinaba con tormentas y estragos.
Estaba que mordía, hoy no era un buen día.
El cielo lo sabía, veía los rayos caer, iluminándolo y la habitación que estaba a oscuras.
Mientras miraba por la ventana tomaba mi zumo de naranja, hace cuatro meses cumplí diecisiete años, lo que significaba que en cualquier momento alguien cruzara esa puerta diciendo que debía retomar los odiosos deberes que deje hace cinco años.
Había decidido desaparecer del ojo público, quería ir a vivir en uno de esos edificios antiguos de Roma, el palacio era tétrico y oscuro. Me sentí más sola. Me senté en uno de los sillones de la sala del siglo XIX.
La partida de ajedrez que estaba jugando estaba aburrida, no era nada interesante jugar con uno mismo, hoy no había tenido mucho que hacer más que practicar mi forma de debatir.
—¿Qué quieres hacer mañana?
Pregunto mi una de mis nanas, observando mi cara de aburrimiento total.
—Más que ahora sería bueno, estoy muy aburrida, esto no está llegando a ningún lado
Camila miró el tablero de ajedrez y dejo un nuevo vaso de jugo
—Has pensado en....
—Si y la respuesta es no —Moví una nueva ficha
—Rouses...
—Quiero tener un tiempo conmigo, apenas acabo de llegar y quiero acostumbrarme a esto —Señalé alrededor —Este silencio, este vacío atroz y la soledad
—Yo estaré contigo —La miré
—Lo sé —Sonreí y ella tocó mi mejilla
—Voy a dejar esto y ver que puedo conseguirte, ¿bien?
—Bien
Salió dejándome con el jugo y el juego de ajedrez, mire por la ventana, el cielo parecía más oscuro, el verano estaba por terminar, supongo que era eso, después de las olas de calor vendrían los fríos intensos.
Observa el juego de ajedrez, mientras que la habitación volvió a iluminarse con un rayo que parecían caer justo en el jardín. Tome un poco del jugo y mire la pila de periódicos que estaban en la mesa a un lado.
Me había apartado del mundo, no por decisión propia, sino porque mi padre así lo había decidido. Según él no estaba listo para ser mi padre y yo solo me fui.
Conocí el mundo de arriba abajo, mientras me acostumbraba a la soledad y a las habitaciones de hoteles vacías.
Deje el jugo de lado y tome uno de los periódicos, y empecé a leer sus titulares, nada nuevo. Delitos, muerte y un alza en crímenes que parecía crecer en mi país. Hice una lista mental para revisar mañana en los papeles nuevos que me enviaban del municipio sobre esto, ya que en el último informe no había nada de ello.
Cambie de páginas leyendo sobre diversos temas hasta toparme con lo internacional, había un título muy grande y en negrita. "Monarquía usurpadora" Una foto mía de hace cinco años y otra de la familia Prince. Empecé a leer, a ver que era ahora el escándalo que estaban inventando y mientras lo hacía el dolor de cabeza surgió al leer de lo que se trataba y de lo que decía la otra familia de mi madre.
En mi ira por descubrir lo que estaba pasando, bote el ajedrez y el jugo tomando los otros periódicos, observando que le faltaban páginas.
Camila entró mirando el desastre y luego Lucia.
—¿Pero qué paso?
—¿Qué es esto? —Sostuve el periódico —Lo sabían —Dejé el periódico a un lado y ellas asintieron —¿Por qué no me lo dijeron?
—Se nos ordenó no decir nada —Entreabrí los labios, había una sola persona que podía ocurrírsele, ocultarme cosas
—Mi abuela —Asintieron, me pare y comencé a caminar de un lado a otro
—Llamen a Clark. Camila, por favor tráeme la carpeta marrón que te di cuando Alysa murió —tome los periódicos y los lance a la papelera —¡Mierda! —Grité
Clark y mi tía trabajaban juntos, sabía que si llamaba a mi abuela no respondería, en cambio, el novio de mi tía, que trabajaba con ambas, sí que me atendería.
Sabía lo que esto significaba, lo que pasaría si todo lo que decía ese periódico era cierto, debería volver al ojo público después de pasar desapercibida desde la muerte de mi padre. Era algo que no quería, porque no habría marcha atrás después de ello y debería regresar a las tediosas actividades que no eran de mi agrado por la gente con la que me tenia que relacionar.
—Se conectará vía FaceTime
Camila dejo la computadora sobre la mesa central, yo me senté frente a ella mientras se conectaba la videollamada, pase mis manos por mi cabeza desesperadamente, Camila me entregó la carpeta y Clark apareció en la pantalla.
—Buenas Tardes, Rouses puedo ayudarte...
—Sí, puedes decirme qué está pasando, ¿por qué no me han dicho nada? Me he tenido que entrar por el maldito periódico
—Tú decidiste irte, además la situación...—Lo corté
—La situación. Esto es terrible, una locura, debemos hacer algo, mi madre me dejó la copia original de su testamento y en ningún lugar estipula que Emilia Prince deba recibir la mitad de la herencia —Tome un respiro
—La corte solicitó tu presencia para el juicio que se llevará a cabo —Lo miré y negué con la cabeza —Tarde o temprano, tú debes tomar el lugar de tus padres, es el momento, Rouses es difícil, lo sé, pero... —Se quedó callado
—No es difícil, es imposible —Apoyé mi cabeza en el respaldo del sofá, era lo último que quería
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Editado: 27.05.2024