Mi relación con Alessio en estos dos días se había vuelto más íntima físicamente y emocionalmente. Le estaba mostrando tanto que el temor que algo malo pasara me estaba presente en mí. Nunca me había expuesto a alguien para enseñarle mi cuerpo y alma de la manera en que lo había hecho con él. No había pensado en hacerlo.
La intimidad que hemos llegado a desarrollar, ha respetado mucho mis cláusulas de boda. Me ha enseñado a explorar mi cuerpo de una manera sorprendente, y he conocido el suyo como si fuera el mío. Aunque sigue dándome vergüenza que me vea desnuda.
Desayuno lo más normal posible, hasta que él aparece y siento como mis mejillas se tiñen de rojo. Las imágenes de ayer asaltan mi mente, he sido una princesa mala.
Su boca sobre mi coño, mientras sujetaba uno de mis pechos, la fricción de nuestros sexos y el miedo que sentí por ser penetrada. Como después de que ambos terminamos tomamos un baño de espuma de una hora. Terminando con ambos abrazados en la cama mientras pasaba sus dedos por mi cabello.
Me saluda con un beso en mi mejilla y se sienta a mi lado apretando mi mano. Sé que le divierte, que me ponga roja, pero a mí no me hace gracia, para nada.
—¿Estás lista para hoy? —Rompo el contacto visual con Alessio y miro a Lucia
—¿Lista para qué?
—Hoy iremos a la empresa de tu madre —La miro —¿No leíste lo de ayer?
—Lo de ayer, sí —Solo vi el título —Espera ¿Quieren que venda? —Asiente —Mierda yo, ¿por qué lo vendería?
—Las ventas no son tan buenas y creen porque los diseños son obsoletos
Me da el informe que se supone que debí leer ayer. Lo reviso a la velocidad de la luz mientras desayuno.
—¿Quién exige? La empresa es mía, a menos que haya una Rouses Alessandretti que piense que no puedo manejar esto y créeme que si la hay
—Los directores de las áreas
—Llama a Cookie, dile que lo veo en dos horas, escucharemos ofertas
—¿Piensas venderlo?
—No lo sé, no me convence
—Por otro lado, Rouses, Los Prince se han declarado en banca rota, dice que la suma la pagara Emilia Prince
—¿Suma?
—Tu tío…
—Lo olvidé. Que se encarguen los abogados, no quiero discutir de algo que no solicite, Ciro debe saber también. No pienso meterme en eso.
—Pues, Camila lo hizo, y la unica forma que pueden pagar es con su empresa
La miro, y se hace el silencio. Los Prince poseían varias cosas que me interesaban, mal administrados, claro está, como recursos petroleros y de uranio.
—Te ha brillado la cara —Dice Camila
—¿Cuánto se devaluó su empresa?
—Bastante, no tengo número exacto
—Lo pensaré, te lo digo cuando lleguemos
—Por otro lado —Me pasa su dispositivo electrónico —Victorie quiere que participes en el baile de invierno que se acerca, es la primera semana de diciembre. Tu abuela dijo que participes siempre y cuando obtengas el estelar
—¿Qué es? —Las miro
—De ángel
Alessio se ríe a mi lado, Lucia y Camila sonríen.
—Es una historia antigua, muy famosa —Las miro —¿No la recuerdas? Siempre te la contábamos
—No, no recuerdo
—Es sobre un pequeño ángel que se enamoró de un demonio, sus almas fueron condenadas a bajar por la eternidad, a encontrarse por un breve momento hasta que el ángel reencarnado muriera. Dicen que el tiempo cada vez es menor, y que tal vez la siguiente vida ni siquiera podrán encontrarse, por lo cual les permiten almas piadosas, les permiten tener un baile final.
—Okay —La miro —Es solo una historia ¿No?
—No, la gente está muy convencida que puede ser real, se toman esto en serio y aunque muchos dicen ser la pareja. Se puede comprobar.
—¿En serio?
—Por registros, siguiendo la historia, además dice aquí —Me indica en la pantalla —Que quien decidirá quién es el ángel será un experto. ¿Suena interesante?
—Hasta da miedo —Me mira —¿Por qué quería ser un ángel que morirá cuando conozca al demonio que ama?
—Deberías volver a leer la historia, era tu favorita
—¿Lo era?
—Si
—Está bien. No pierdo nada más que mi dignidad —Sonríen —¿De qué es el baile?
—De gala, se lleva a cabo en el centro de Roma, lo realizan cada cuatro años, esta temática. Que bonito
—Supongo
—Simplemente, usted no puede cerrar la empresa y despedir a cientos de personas —llevaba sentada tres horas frente a estos sujetos —Será una crisis, a nivel nacional
—¿Qué sugiere que haga?, ver como pierdo millones, en minutos, además si quisiera todos ustedes, estarían despedidos, por no saber llevar bien mi empresa, son los directores de las diferentes áreas, no una junta directiva; no veo asociados en el nombre. —Todos se callaron —Oh, tal vez eso es lo que necesitan un cambio —tome las carpetas y comencé a leer, los índices de productividad. Seré la carpeta y me pare, ellos se quedaron callados; no podía dejar sin comida a tanta gente —Creo que será más difícil de lo que imagine, supervisar cada área; espero encontrarme con algo mejor, pueden retirarse.
—Su alteza real
Comenzaron a salir en silencio, cuando no hubo nadie, me volví a sentar y comencé a darme masajes en la cabeza, un vaso de agua apareció en mí delante con dos aspirinas, mire al que me las ofrecía era Alessio.
—Gracias
Las tomé y bebí el vaso de agua, le devolví el vaso y él se dirigió a llenarlo, no habíamos hablado desde el desayuno. Me saqué la chaqueta y Alessio dejo otro vaso en la mesa.
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Editado: 27.05.2024