Alessio
Mónica se queda callada después de lo que le cuento, no dice nada, parece que está meditando la información.
—¿La amas?
—Si
—¿Y nunca se los has dicho?
—No —Respondo —Pero ya no es solo eso, sino el hecho que yo dije eso.
—La negaste ¿Por qué?
—Porque estaba asustado, yo, cuando se trata de ella me aterro Mónica, quiero que todo sea perfecto y quiero que todo esté bien. La quiero solo para mí y es por eso que deje el club. No puedo compartirla con nadie.
—Y es obvio que a ella no le gusta compartir —Dice —Es menor que tú
—Si
—Te gusta. No pensé que fuera ella, la manera en que la describes, pensé que era un año menor para ti, no cuatro. Sabes que es una adolescente. —Asiento —Y que habrá veces en que se comporte como una
—Si lo sé —Me mira
—Pero te gusta que lo haga
—No lo niego —Sonrió
—Vaya, vaya. Alessio Caruso le gusta consentir a la princesa.
—No sé cómo arreglar esto
—Es obvio que no va a querer hablar, yo tampoco te hablaría. Trata de decir lo más que puedas en una discusión, provócala un poco. Y espera a que se le pase el enojo.
—¿Y si no se le pasa?
—Se le pasará, ahora debo saber lo otro ¿Cómo es eso que Emilia te drogo?
—No lo recuerdo, amanecimos juntos. No tome ese día, pero ella me dio un vaso con jugo, o una bebida, lo tome y no recuerdo más
—Joder. Te lo dije. Te dije que te alejaras de esas locas —La miro —Intentaré sacarle algo. Aunque sabiendo como piensa, debe creer que quiero robarte de sus brazos, aunque ni siquiera estás en ellos. Deshaste de esas dos Alessio te pueden causar muchos problemas.
Cuando llegamos al comedor para el desayuno, Rouses no está. Llega dos horas después con su amigo inglés. Mónica le hace la conversa y les platica como nos conocimos. El amigo de Rouses le pregunta si salimos y Mónica lo niega, le aclara que somos amigos, los mejores, lo invita a jugar póquer con nosotros.
El duque sabe jugar bien, y gana algunas manos. Rouses está con la quijada sobre el hombro de el viéndolo jugar. Me molesta un poco su cercanía. Mónica les pregunta sobre su relación y el duque contesta que solo son amigos, los mejores.
Cuando la partida termina, Anthony llega con una chica que presenta como Melania, la directora de marketing de la empresa de Rouses, bueno de una de las muchas empresas. Ella empieza hablar del proyecto, y propone que Rouses sea la cara de los dos productos que se lanzarán. Rouses le informa que esta tarde hará la última prueba de uno de los productos y que estará listo. El duque pide que no reparen en gastos y me entero de que son socios, junto a Anthony, Mía, Sebastián, Rouses y él tienen una empresa que está ganando popularidad y el siguiente paso para que triunfe será explotar la imagen de Rouses.
Camila también le informa a Rouses que esa noche se lanzaran los nuevos productos en la tienda de su madre y además que es la razón principal por la que Mónica esté aquí. Ella me dijo que modelara los nuevos productos de la tienda de ropa de la madre de Rouses. Mónica se sorprende al saber que Rouses se ha encargado ella misma en hacer los anuncios para la marca de ropa y participa en las propagandas.
Luego de eso, Rouses se va dos horas más con el duque y la chica de la cocina. Nos quedamos Mónica, Camila y yo. Yo adelanto trabajo, Mónica escucha música y lee sus correos y Camila prepara todo para su boda.
Rouses regresa en la tarde sola, Anthony y Mía, llegan con el doctor. El chico no pasa mucho por aquí, pero se ve que tiene una buena relación con Rouses. Camila deja lo que está haciendo y anuncia que el comercial se estrenara pronto.
—Veámoslo, ahí lo comentaré con Melania
—¿Saldrás? —Le pregunta Rouses
—Tengo una cita —Rouses y Mía chocan los cinco
—Aún puedo arruinarlo
—Más vale que no —Lo amenaza Mía
Camila los hace callar cuando el comercial comienza. Dura apenas ocho minutos, pero he quedado con la boca abierta, miro a Rouses con orgullo y con ganas de besarla por el video. Ella en traje de baño, promocionado ropa interior es algo que no se ve todos los días.
—Joder, a que es buena —Dice Mónica —Es muy bueno, si sigues así me quedaré sin trabajo
—Solo fue esta vez
—Oh, no, debería repetirse —Dice Mónica —Tienes un don, nadie puede pararse así frente a una cámara y cautivarla, sé lo que digo, estoy en esto desde que era una niña
—No es que Rouses no quiera hacerlo —Dice Mía —Es que tal vez no la dejen.
—Rouses debe casarse, y tal vez su esposo no le guste eso
—Hay por favor, las mujeres no necesitamos de hombres, facturamos solas
—Para ella es una obligación casarse
—Entonces cásate con alguien que te deje hacer lo que quieras —Me codea —¿Verdad? —Me mira
—Sí —Respondo sin saber que más decir
—A veces me avergüenzas —Susurra Mónica, pero Rouses logra escucharlo
Nos mira con el ceño fruncido. Mónica sonríe.
—Estuvo increíble —Dice Arabella que está sentada junto a Luciano —La abuela morirá de un paro, pero estuvo increíble
—Ella lo autorizó, todo el parlamento en realidad
—Por cada vista o cada vez que se reproduzca el video será una forma de recaudar fondos para diferentes causas benéficas
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Editado: 27.05.2024