Alessio
Rouses sale con un vestido color vino de tirantes, lleva una corona de olivos dorada. La parte de tras era más larga que la de adelante, tenía un escote en forma de corazón con encaje en el borde al igual que el borde del vestido y se extiende hasta arriba unos ocho dedos. Se acerca a mí y me extiende un collar, quiere que se lo ponga. Se voltea y me deja ver las tiras cruzadas que están sobre su espalda.
Cuando termino ella se da la vuelta y sonríe, de la habitación sale el tipo que siempre la viste y que no recuerdo su nombre, pero creo que es Mateo. Le trae una caperuza que se la pone.
Rouses se mira en el espejo y pasa sus manos por su vestido alisándolo.
—Es hora
Anuncia Camila, quien al ver a Rouses sonríe. Me acerco a Rouses y extiendo mi brazo. Ella me sonríe.
—Cuando quieras irte me dices y saldremos disparados de ahí
—Estaré bien —Me acomodo la corbata
Ella aparta mis manos y me la ajusta mejor y limpia mis hombros. Me mira y besa mis mejillas.
—Sé que no te gustan estos eventos, solo será un ratito. Después regresaremos al palacio y comeremos papitas —Sonríe
—¿Solo los dos?
—Solo los dos, claro que cuando tenga que trabajar o tu tengas que trabajar podremos salir un rato —La miro —Bien invitaré a Maritza a que pase por el palacio
—Solo es hasta que todo pase...
—Promételo
—Lo prometo —Respondo —Debemos irnos
Asiente.
Llegamos a Venecia la noche anterior después de que Zayden, mejor conocido como el duque, se marchara. Nos estábamos quedando en uno de los palacios de la familia Alessandretti. El carnaval comenzaba hoy con un baile de máscaras que nos colocaron al subir al bote que nos llevaría hasta donde se realizaba el baile de inauguración de las fiestas.
El Fondaco dei Tedeschi estaba rodeado de paparazzi en el muelle y en botes listos para tomar la mejor foto. Las preguntas que hacían variaban desde nuestra edad hasta la cercanía del trabajo. Rouses y yo los ignorábamos, mientras nos fotografiaban como estaba previsto y luego entramos.
Esperamos un salón contiguo a que nos anunciaran. Jeff se estaba encargando de todo, hasta que posicionara el siguiente jefe de seguridad, no podía seguir siendo el jefe de seguridad de Rouses por obvias razones. Aún no se lo decía.
—Es hora —Dijo Camila
Salimos hasta que llegamos hasta unas puertas.
—Señor Caruso, no olvide que debe estar a dos pasos por detrás de la princesa
Me recuerda uno de los jefes de protocolo. Rouses me mira y extiende la mano y la tomo. El tipo la mira y ella no se inmuta y se para a mi lado.
—No me sueltes
Pide y yo niego, cuando la anuncian.
—Con ustedes su Alteza Real Rouses Primera del Reino de Italia y África Oriental Italiana, princesa de Atenas y Esparta, Duquesa de Creta y su prometido el señor Alessio Caruso
Rouses no me deja que le suelte la mano y entramos así. La gente nos ve y evalúa, debo quitarle la capa y lo hago dejando a la vista el vestido que lleva puesto. Sostengo su mano mientras bajamos las gradas hasta llegar a la pista donde todos hacen reverencia.
Sé que debemos ir hasta el centro de la pista donde empezara un baile de salón que me hicieron repasar con Rouses unas diez mil veces. Cuando la canción termina hacemos la reverencia otra canción suena, ella me mira y la hago girar.
—¿Tu elegiste esta canción?
—Si
Nos volvemos a mover por la pista mientras Fire on Fire suena. No dejo de ver a Rouses en ningún momento mientras movemos en la pista, sintiendo cada parte de la letra de esta canción.
Sobre todo la parte que dice
But this much desire, together, we're winners
They say that we're out of control and some say we're sinners
La canción está por terminar y atraigo a Rouses hacia mí y le susurro las ultima estrofa de la canción, frente a todas esas personas.
—You are perfection, my only direction, It's fire on fire
La gente aplaude mientras Rouses me ve por medio de ese antifaz, me acerco a besarla fundiéndola en mi pecho, el mundo desaparece para nosotros y solo la siento a ella. Cálida, aferrada a mi cuello. Provocándome ondas de corriente que nadie más es capas de hacerme sentir y que no quiero dejar de volver a sentir.
Cuando regresamos a la realidad, no hay sonido en el aire, más que nuestras respiraciones, hemos roto el protocolo y para nuestra sorpresa los presentes vuelven a aplaudir.
El evento es largo y a la media noche se da por finalizada al fin el evento y el inicio del carnaval. Regreso con Rouses al castillo. La cargo en brazos hasta la habitación después de que se quejara por los pies y le ayudo a quitarse el vestido.
Cuando tiene el pijama puesta y se sube a la cama. Me espera hasta que voy a su lado. Me abraza y es cuando me doy cuenta de que las cortinas están abiertas dejando ver la luna. Apago la luz y le cuesto a su lado.
No tardamos mucho en quedarnos dormidos.
Unos golpeteos en la puerta me pusieron alerta, mire a Rouses que seguía acurrucada mi lado y me pare hasta ver quién era encontrándome con Paco.
—Alessio, tienes que venir, ha pasado algo en París —Luce, muy asustado—Es la Princesa Arabella, tuvo un accidente, está en el hospital
Salgo de la habitación. Cerrando la puerta y esperando que Rouses no se despierte.
—¿Se lo has dicho a los demás?
—No, pero Alessio, su condición es grave —Responde
—Está bien, despertaré a los demás, no le diremos a Rouses, hasta tener información concreta —Indico
Toco la puerta de Victorie. Me dan permiso de entrar y la luz se enciende.
—Victorie, Arabella, tuvo un accidente, su condición es crítica —Ella, se levanta, Clark sale del baño —Aún no tenemos un informe sobre lo que pasó
—Hay que llamar a alguien de la embajada, pero por Dios, ¿qué paso?
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Editado: 27.05.2024