En el pueblo corría el rumor de un supuesto flautista que se sentaba todos los días en una piedra bastante grande a la hora que el sol se estaba marchando.
Mis padres como todos los demás adultos decían que era el flautista del diablo el cual con su música atraía a los niños hacia el infierno , pero yo y mis amigos siempre pensamos que todo era un cuento para asustar nos y que jamás nos acerquemos a ese lugar, aunque un día lo hicimos y al llegar lo vimos sentado en su piedra favorita tocando una melodía súper dulce pero no todo era perfecto ya que cuando nos íbamos acercando a él empezamos a notar como su aspecto comenzaba a cambiar , le empezaron a salir unos cuernos y patas de cabra.