CAPÍTULO 62: MARY
PARTE II
(***)
Actualidad
— ¿Mary? — parpadeo y miro a mamá a los ojos. — ¿Segura que todo bien? Sabes que puedes decirme lo que sea cariño, siento que estos últimos días nos hemos acercado más... — ella se acerca y acaricia mi cabello. — Me recordó a lo unidas que éramos antes, cuando me acompañabas a todas partes. — se me estruja el corazón de solo pensarlo, y entonces me envuelve con sus brazos, su perfume me invade y por un breve segundo recuerdo ese calorcito y cariño de mamá de antes. — ¿No quiero que malinterpretes nada sí? Soy tu madre, puedes confiar en mí y contarme todo.
No, no lo eres.
Grita mi mente y aquello me duele, algo dentro de mí se ha roto, y no sé si seré lo suficientemente fuerte como para superar todo.
— ¿Y tú confías en mí, mamá? — se me hace un nudo en la garganta, y ella suspira.
— Lo hago, jamás lo entenderías... no soy perfecta MaryAnne, nunca lo he sido, pero te juro por mi vida, que eres lo más importante que tengo... nunca pude ser madre. — musita. — Tú fuiste el regalo más perfecto que me dio la vida.
Mis ojos se humedecen y puedo sentir como una lágrima suya cae sobre mi frente, ella se separa y me sonríe.
— Eres MI hija, Mary. Aunque no te haya concebido, eres mi hija y eso, jamás... nadie podrá cambiarlo. — termina con un beso en la frente y se separa de mí.
La observo por largos segundos en los que siento que el corazón se me parte. Sé que no ha sido la mejor madre, pero es la única que me enseño lo que es tener una mamá y que te amen de manera incondicional... así fue.
— Mary, princesa. — ambas nos separamos cuando vemos a papá acercarse. — Nina.
— Hola. — saluda de mala gana.
— ¿Todo bien?
— Pues Si Daniel, solo estoy teniendo un momento madre e hija por si no lo notaste. — gruñe con molestia.
La frialdad y enojo con el que se hablan es latente, incluso pareciera que se odian. A veces pienso en cómo pudieron estar juntos tanto tiempo o en qué momento todo se rompió... quizá simplemente papá nunca la amó o viceversa-
— Me alegra, yo debo salir, pero vendré a cenar, ¿te parece Mary?
— Si, nos vemos en la noche papá.
— Nos vemos princesita. — me da un beso en la frente y hace un ademán hacia Nina. Luego él se marcha.
No puedo negar que no añoro los días en que éramos felices, en que teníamos cenas donde papá se la pasaba haciendo bromas y yo no dejaba de reír hasta que me dolía el estómago, mamá siempre era bastante calmada inclusive fría, pero le gustaba la compañía le gustaba que estuviéramos los 3 juntos.
Después de algunos minutos, mamá recibe un mensaje de texto, tarda unos segundos en revisarlo y noto como por un breve segundo sus ojos parecen oscurecerse más de lo debido, por su rostro hay algo que no le ha agradado. Diría que hasta parece enojada.
— Eh… yo también saldré cariño. Tengo que arreglar un asunto.
— ¿Quieres que te acompañe?
— No.— Se apresura a decir y luego a sonreírme. — No quiero fastidiarte con mis cosas que sé que pueden aburrirte, mejor ve a ver a Nate, sé que a Daniel no le gusta que salgas sola, pero alguno de los guardias puede acompañarte.
Aquello claramente llama mi atención, su actitud pasiva y aparentemente sutil hace que solo levante mis sospechosas.
— Vale. — Asiento con la cabeza y ella se despide de mí.
Considero la idea de ir a casa de Nate, al fin y al cabo necesito hablar con Enzo de mis sueños… pero hay algo, mi intuición me dice que debo ir tras mamá, y esta vez no pienso dudar de mí misma.
Escucho el sonido de mi teléfono en cuanto me llega una notificación. Me detengo un instante al ver que se trata de Damien.
<<<Desconocido:
Creo que hoy se reunirán, debes seguir a Nina.>>>
Paso saliva y eso solo significa que estaba en lo correcto, algo está tramando.
Me apresuro a salir sin que Nina lo note, trato de escabullirme aprovechando que el auto está en la entrada y me meto a la maletera, cruzando los dedos porque nadie se dé cuenta.
Tengo el cuerpo tembloroso e intento concentrarme para no perder el control en todo esto. Puedo oír las voces desde afuera, y luego los tacones de Nina que suben al auto, nos ponemos en marcha sin saber a dónde, ni que rumbo tomaremos.
Esta vez, decido escribirle a Nate, le envío un rápido mensaje compartiéndole mi ubicación. Aunque ni si quiera sé si lo leerá.
Nate decidió apoyarme aún sin saber toda la verdad de lo que está pasando y eso me demuestra que es una persona en la que puedo confiar sin pensarlo dos veces, pero sé que le molesta saber que puedo estar exponiéndome tanto... que corra peligro.
Pasan uno 10 minutos en el auto, he oído a Nina hablar con audios con una mujer, parece fastidiada pero la mayoría del tiempo permanece callada y texteando. Trato de hacer el menor movimiento posible, me fastidia estar doblada en la cajuela, aunque agradezco ser lo suficientemente menuda y pequeña para caber.
Después de un par de minutos, siento que el auto va disminuyendo la velocidad, me preparo inmediatamente ante cualquier situación que pueda ponerme en peligro.
— Espérame aquí. — Escucho la voz de Nina, con algo de eco y por el sonido de alrededor parece que estamos en un estacionamiento.
— Señora no desea que...
— Te dije que me esperes aquí. No tardaré. — ordena irrefutable.
Puedo oír sus pasos, aproximadamente unos 15 pasos y luego camina a la derecha. Soy muy buena percibiendo sonidos e interpretándolos, pero he de decir que no me está resultando tan bien.
El que mamá camine en vez de usar sus poderes para desaparecer rápido me hace pensar que no quiere llamar la atención.
Con demasiado cuidado abro despacio la maletera, me percato que el guardia de mamá no esté cerca, de hecho, se ha acercado a un tacho de basura mientras mira algo en su móvil.
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Editado: 04.07.2024