– Gaby levántate.
– Mmmm.
– Debemos ir al instituto
– No quiero
– Yo también quisiera quedarme, pero no podemos.
– Por un día que no vayamos no se va a caer el mundo.
– No señorita, te espero abajo ya lista en 15 minutos
– Ni que fueras mi papá_ Me tapo la cabeza con la colcha pero él tira de ella desde abajo haciendo que me destapara completamente, me coge en brazos y camina hasta el baño, abre la puerta de este, me mete a la ducha y abre la llave haciendo que me empape completamente.
– ¡¡ESTA FRÍA!!!
– Mejor, así te despabilas_ ¿Donde carajos hay un cuchillo, tijeras o sierra cuando uno lo necesita? – Ah por cierto... Esa camiseta se te ve mejor mojada_ Automáticamente me sonrojo y llevo mis manos a mis pechos para así cubrirlos, se muerde el labio inferior, cosa que hace que me avergüence y excite a la vez, da media vuelta y se va.
***
Llegamos al instituto, al bajarme del auto Samantha se me abalanza y me abrazo.
– Y ¿ese auto?
– De un amigo.
– Esta muy lindo
– El dueño más_ Digo como si fuese un secreto. En ese momento baja mi acompañante de la noche.
– Ese es... ¿Diago?_ Lo mira entrecerrando los ojos
– El mismo que viste y calza.
– Peque me voy, cuidate_ Diago se acerca por la espalda y me da un beso en la mejilla para segundos después irse donde se encontraban Cárter y Ryan.
– ¿Peque?_ Me pregunta Samantha colocando las manos en jarra y levantando una ceja.
– Si, ¿hay algo de malo?
– No, solo... Se me hace muy cursi para ti.
– La gente cambia
– ¿Que era lo que me dijiste hace un tiempo?_ Nos quedamos calladas un momento, como no articulé palabra alguna continuó – Que tu no te enamorarías y mucho menos cambiar debido a ello_ Se respondió solita.
– Pff, Jesús! no estoy enamorada, llevamos hablando ¿una semana? _ Tomo una bocanada de aire y lo suelto despacio – Le permití que me dijera así porque me transmite confianza.
– Ajá_ Rueda los ojos, entramos al instituto, a el aula de matemáticas para ser exactos, entra el profesor, nos saluda y empieza a explicar el tema del día.
Al poco tiempo entra una chica morena, de cabello lacio y negro, saluda al profesor y le da un papel donde imagino el director le da su firma dando a entender que es nueva, el profesor mira a la chica y le indica que se siente frente a mi, ella obedece, la clase sigue, cuando la campana suena, nos levantamos y guardamos todo, salimos y Samantha se va para español y yo me dirijo al campus para encontrarme con Nicolás.
Faltan dos bloques para llegar a mi destino pero me encuentro con la chica nueva.
– Hola... mucho gusto, soy Gabriela.
– Hola... soy Laureen_ Ella estira su mano y yo la estrecho.
– ¿Te puedo ayudar en algo?.
– Si, es que soy nueva y por donde le mire a este mapa no encuentro el aula de geografía.
– Tranquila, vamos y te muestro
Caminamos hasta su jaula, por el camino le voy enseñando lo que probablemente le ayude en un futuro, al llegar, nos despedimos y acordamos encontrarnos en la cafetería para el almuerzo, retomo mi camino para donde Nicolás, a lo lejos lo veo acostado en el césped, mirando el cielo y con los brazos detrás de la cabeza, me acerco y me siento a su lado.
– Por fin llegas.
– Me ocupe camino acá, ¿qué hacías mientras me esperabas?.
– Encontrando figuras en las nubes.
– Te ayudo_ Me acuesto a su lado de la misma forma en la que él está, duramos jugando, alrededor de quince minutos.
– Me tienes olvidado.
– ¿Porqué lo dices?
– Ya no me cuentas nada.
– He estado ocupada.
– En que ¿?_ Me quedo en silencio. – ¿Es mejor que yo?
– ¿Que? ¿de qué hablas?
– De que, no, de quien... Y no te hagas la tonta que sabes de quien hablo.
– Cualquiera es mejor que tú_ Hace con su boca un perfecto círculo y pone su mano en el pecho, fingiendo estar ofendido, al ver su reacción le doy un abrazo – Sabes que no es cierto.
– Te quiero fea, y si ese cabrón te llega a lastimar lo hago trizas.
– Gracias idiota.
– Pero antes que nada... es el de la fiesta ¿no?_ Elevó una de sus cejas.
– ¿Como lo sabes?
– Te conozco_ Se levanto y me ayudó a levantarme a mi también – Además... he visto como lo miras desde esa noche y él... ¡Te come con la mirada!