Reizer.
Ares y yo íbamos llegando a la casa de Atlas, ahí decidieron juntarnos para cenar y celebrar un poco más antes de estar encerrada 5 días. Hater y yo fuimos a hablar al cuarto de Atlas, mientras los chicos preparaban la cena.
- ¿Cómo te sientes?
- Calmada. Serena. Emocionada.
- Algo me comentó Ares.
- Él está más nervioso que yo. No lo entiendo.
- ¿Nunca tuviste a alguien que estuviera nervioso por ti?
- Claro… A mis padres.
- ¡No! -dijo exasperada.- Hablo de un chico que le gustas o te gusta.
- No. No tenía tiempo para eso en mi distrito.
- ¿Qué tan dura fue tu vida en tu distrito?
- Mucho. Dormía poco, comía menos, trabajaba siempre.
- No fui la única que la pasó mal mientras crecía. -dijo ella abrazándome.
Entonces tratando de no llorar le conté lo que viví desde los 8 años. Ella me escuchó atentamente. Ella no me juzgó cuando le conté lo que tenía que hacer para conseguir las 2 o 3 porciones de comida.
- A pesar de que estabas en un mejor distrito que yo, tu vida fue peor que la mía. Viví en el distrito 8 hasta los 14. Hacía lo que quería cuando quería. Hasta que me llevaron al distrito 4 para satisfacer a los hombres. Escape a los 16 y llegué aquí.
- Nadie tiene una mejor o peor vida en los distritos, todos cargamos nuestra piedra.
- Estas en lo correcto Tess.
- ¡Chicas, ya está la cena!
Limpiando las lágrimas Hater y yo fuimos a la mesa con los chicos. Ares me sobo la espalda cuando me vio. Me pregunto si estaba bien a lo que le sonreí y asentí. Todos nos sentamos en la mesa y cenamos mientras Eytam nos contaba las historias de la escuela.
Volví a encontrar la felicidad que Raquel y Mauricio me daban.
☆☆☆
Por la mañana desperté gracias a la llamada de Ares. Él se quería asegurar de que despertara a tiempo. En las especificaciones venía que no debía desayunar ya que se me harán exámenes para descartar varias cosas. Por lo que me levanté y me bañé. Me puse unos pantalones que me quedaban pegados, porque hace mucho no consigo ropa de mi talla, una blusa de manga corta, una sudadera y calcetines. Arreglo mi pelo en dos trenzas y las amarro a mi nuca, me maquillo muy poco y guardo lo que falta en la maleta, algunos conjuntos de lycra, cosas de aseo personal. Me pongo los tenis, agarro mi celular, unos lentes y salgo del departamento asegurándome de cerrarlo bien.
Bajo al piso de Ares y lo encuentro saliendo de su departamento, se sube al elevador y nos deja en el estacionamiento, nos subimos a su carro y él se encarga de llevarnos.
Iba con el uniforme de camuflaje. Muy parecido al que usaba en casa, pero el mío era gris. Estaba bien peinado y su cicatriz a la luz. Llevaba unos lentes colgados en sus cadenas de identificación, su reloj en la muñeca y una mochila en la parte de atrás.
- Tienes que tener cuidado, te va a recibir un sargento. No se quien se vaya a hacer cargo, pero pasando esas rejas, tienes que tratar a todos con respeto. -dijo cuando estábamos por entrar a la central.
- Lo sé.
- Bien, después de los exámenes te llevarán a desayunar y te darán la habitación que ocuparas con tus uniformes y otras cosas. ¿Llevas el reloj?
- Sí.
- Bien, todo es cronometrado, tienes que ser exacta con los tiempos.
Estaciono el carro y me miró.
- Mucha suerte nena, te veré cuando pueda.
- Gracias, está bien.
Me bajé del carro y caminé hasta donde estaba el único sargento fuera de las oficinas. Me quite los lentes guardandolos en la mochila y está dejándola en mi espalda.
- Buenos días sargento.
- Buenos días, soldado, usted debe ser Scott. La nueva recluta recomendada por el capitán Pierre.
- Si señor. -dije segura.
- Mucho gusto, soy el sargento Cressida. Septhis Cressida.
- Tessa Scott.
- Muy bien, Scott, vamos a mi oficina.
Mire a Ares entrar delante de nosotros, puso su dedo en un aparato y una voz dijo su nombre. El sargento Cressida paró su caminar haciendo que yo también lo haga.
- Capitán Pierre, buenos días. -dijo el sargento haciendo un saludo, hice lo mismo recordando lo que el mismo capitán Pierre me había dicho minutos antes.
- Descansa. Buenos días Cressida, ¿tú te encargas de Scott?
- Por el momento si señor.
- Bien, me disculpan tengo una reunión con el general. -dijo para Cressida, luego me miró.- Bienvenida soldado Scott.
- Gracias, Capitán Pierre.
- No tienes que saludar al Capitán, tus datos aún no están en el sistema oficialmente. -dijo cuando Ares se había ido.
- Lo sé, pero también sé cual es mi puesto aquí señor. No soy nueva en la materia, se a quien deberles el debido respeto.
- Me impresionas Scott. -dijo abriendo una puerta.- Siéntate.
- Gracias, sargento.
- Según tu expediente estás en el sistema de guardia de distrito oficialmente desde los 15 años, siendo tu primer entrenamiento a los 8. Se que los guardias de distrito tienen más años de experiencia que el personal de las ciudadelas, pero nunca me había tocado conocer a una que haya entrado tan joven al sistema.
- En los distritos así se hace, muy pocos podemos salir del mismos y llegar a las ciudadelas y de esos pocos que salimos casi ninguno quiere seguir trabajando en el área, señor.
- Entonces es un honor conocer y tener en nuestras instalaciones a una mujer con la experiencia que tú tienes, Scott.