Verzeihung.
Mire la tina, solo tenía hielo dentro. Afuera había una temperatura de 15 grados, a esta hora, y Ares está dispuesto a meterme porque una enfermera me lo ordeno. Son solo unos golpes, no pasarán del viernes.
En casa nos dejaban con hematomas en todo el cuerpo y no nos “recetaron” tinas heladas.
- Entra. -dijo Ares.
- Son solo moretones. -dije viéndolo.
- Vamos Tess, entra. -dijo viéndome. Luego suspiro.- No solo es por los moretones, tuviste más de 10 peleas cuerpo a cuerpo, tus músculos están inflamados y tensos como piedra. Te puedes lastimar. Además ayudará a que los hematomas no duelan.
- Bien.
Me quité el albornoz y lo dejé en la silla de al lado, junto a la toalla, me quité las chanclas y metí un pie al hielo, rápidamente metí el otro y me senté de golpe. Eso hizo que unos cubitos de hielo salieran de la tina.
Solté mi pelo y lo volví a recoger en un chongo mal hecho sobre mi cabeza. Trataba de controlar mi respiración para así controlarme y soportar la temperatura. Cuando comencé a relajarme dejé caer mi cabeza hasta sentir la orilla de la tina. Cerré los ojos.
- Nena, iré a traer más hielo. -dijo Ares.- Está casi agua la tina y solo lleva 10 minutos.
- Sí.
Fue y trajo más hielo, por lo que se puso un poco helado. Ares estuvo en el celular todo el tiempo, por lo que me dediqué a descansar. Después de un rato, pude irme del cuarto de tinas. Ares y yo nos fuimos de esa área y regresamos a la general.
- Tengo algo que hacer, tienes el resto del día libre.
- Está bien.
- Retírate.
Le di un saludo y me fui directamente a la cafetería, donde comí. Después de comer fui al dormitorio, me bañe, me puse el pijama y me quedé plácidamente dormida a las 5 de la tarde.
☆☆☆
Por la mañana desperté y Ares estaba por salir. Sentí algo frío a la altura de mi costilla, mire y era una bolsa de gel frío. La quite dejándola en la mesita de noche, donde estaba el reloj despertador. 6:35.
- ¿Capitán?
- Scott, puedes descansar un poco más, ayer excedimos tu cuerpo. -dijo regresando.
- Estoy bien, señor.
- Aunque en realidad lo estes, tengo una reunión importante dentro de 25 minutos, tengo que preparar unas cosas para la misma y no me da tiempo. A las 8 te buscaré para empezar con tu prueba.
- Si señor.
El salió por lo que me levanté y me cambie por mi uniforme, coloque mi correa con el arma vacía y luego mi chaqueta. Recogí mi pelo en una coleta y salí a correr un poco.
Después de dormir toda la tarde y la noche, logré llenar mi batería, me sentía mucho mejor ahora con el aire frío entrando a mi cuerpo. Después de darle algunas vueltas siguiendo el recorrido de ayer paré y me ejercité un poco en la pista de entrenamiento.
- ¡Tess! -dijo alguien a mi espalda.- ¡Tess! ¡Por acá! -volvió a decir.
Volteé tratando de encontrar a la persona y a lo lejos encontré un camión blanco con una chica fuera mientras bajaban unas cosas. La chica movió la mano para llamar mi atención, al verla bien la reconocí. Hater.
- ¡Hater! -dije llegando a ella y abrazándola.
Éramos prácticamente de la misma estatura, ella tenía el pelo corto, a los hombros, su tono natural era oscuro pero traía un tinte plateado que la hacía ver hermosa. Su piel canela resaltaba. Tenía el cuerpo bien proporcionado, todo estaba en su lugar gracias a las horas de trabajo en el restaurante.
- ¡Oh por dios! ¿Que te paso? -dijo viendo algunas marcas de las peleas.
- No es nada.- dije sonriendo.- Ayer tuve una prueba de combate.
- ¿Dónde está Ares? Lo matare con mis manos.
- Está en una reunión. Estoy bien, debes ver a mis contrincantes. ¿Qué haces aquí?
- Atlas suministra distintos lugares, esta vez me tocó hacerlo.
Miré el interior del camión y había dos hombres separando suministros alimenticios de otros. Ya había varias cajas en el piso y otras que esperaban ser bajadas.
- Vaya, así que desde temprano estás trabajando. ¿Quién lo diría? -dije riendo.
- No te pases. -dijo Hater mirándome con reproche.- ¿Cómo te ha ido?
- No me quejo. Creo que bien. Ayer recibí una llamada, mis padres están enfermos, papá está en cama por unos golpes y mamá por dolores. No puedo salir, así que tengo que encontrar la manera de…
- ¿Qué necesitas? Puedo pedirle el día mañana a Atlas.
- ¿Harías eso?
- Claro, ¿por ti? Cariño, por ti voy a donde sea.
- Son unos medicamentos y los tienes que llevar a mi distrito, mi casa es la 45.
- Bien, ¿tienes los medicamentos?
- Sí.
- Escríbelos, aquí, los compraré al salir de trabajar y le pediré el día a Atlas.
- Espera… ¿No te restará el día de su sueldo?
- Es mi novio, no me resta nada. Además nunca le he pedido un día libre, no creo que se niegue.
- Está bien.
Use el camión para escribir la lista que la vecina me había dado. Cuando la termine se la di a Hater. Ella la leyó rápido y asintió. Un vehículo motorizado llegó y comenzó a subir las cosas a la plataforma, una persona firmó de recibido y me despedí de Hater.
Mirando la hora regresé al edificio, entré en la cafetería y tomé mi desayuno. La cafetería estaba algo sola, solo algunos soldados, un que otro sargento y un teniente.