Capítulo 2
“Tlazohtzin Itzamna”
Xochimilco igualmente la cuidad se construyó sobre el agua pero la diferencia es que en esta se encontraban dos grandes islas que sobre volaban en el aire lo que más destacaba eran los dos grandes árboles que pareciera que sostenían el cielo de acuerdo a una leyenda antigua esos gigantes fueron humanas ya que una de las humanidades creadas anteriormente por los dioses llovió por años causando que se deformara el cielo en un solo día, todo monte pereció, las deidades al ver que la humanidad sufría los convirtió en peces y procedieron a crear a cuatro hombres que llamaron Atemoc, Itzacoatl, Itzamaliza y Tenoch.
Los emergieron hacia la tierra en cuatro puntos cardinales sacando grandes montañas del agua, y los hombres se convirtieron en árboles diferentes expandiendo sus ramas por los cielos y Tezcatlipoca junto con Quetzalcoatl igualmente ayudaron a empujar el cielo, así dioses y hombres pusieron las estrellas en su lugar al final, los que eran hombres surgieron entre sus hojas aves preciosas de color verde iridiscente, pecho rojo intenso y una larga cola poniéndoles el nombre de quetzal, al tener una vida tan corta y su valentía en su sacrificio Quetzalcoatl les permitió reencarnar surgiendo así la tribu Itzamna y Kan también se aseguró que ningún humano se atreviera a profanar sus antiguos cuerpos pidiéndole a sus hijo Ehecatl que elevará los arboles sobre la tierra.
La dama águila paso la ciudad hacia los conductos donde se subió a una trajinera le tomo tiempo en cruzar los canales de Xochimilco ya más adentro del lago se encontró con la tribu Itzamna quienes habitaban sobre los bordes de las dos islas ellos tenían la habilidad de sobre volar en los vientos ya que eran ligeros teniendo en sus brazos un planeador se requería cierta experiencia para hacerlo es por eso que a sus hijos los entrenaban a la edad de cinco años haciendo así que no tuvieran miedo hacia las grandes alturas.
Después de que ellos alcanzaran la madures a la edad de los trece se les encellaba a crear grandes ráfagas de aire al soplar, Izel veía como unos hombres iban y venían sobre de ella su vestimenta era muy colorida representado aves. Encima de la montaña bajaron los guerreros Itzcuintli quienes poseían pieles y cascos de lobos encargados de la protección de los calpullec y de esa tribu, al llegar a ese cargo quería decir que ya dominaban el arco y servían a un calpullec para aprender estrategias básicas.
Inmediatamente fueron a recibirla haciendo mover la trajinera en la cual aterrizaron, tenían en la cintura un lazo con la que estaban amarrados fuertemente ya que algunos no pertenecían a esa tribu-Señora ¿Que es lo que la ha atraído hacia la cuidad de Xochimilco?-el encargado de los demás Itzcuintli.
Ella busco en sus largas mangas sacando el decreto del gran tlatocan para reclutar al hombre de nombre Tlazohtzin el encargado leía cuidadosamente el papel-¿Viene por el señor Tlazohtzin?-arqueo sus cejas algo confundido mientras que la dama águila asentía con la cabeza pasando firmemente hacia los soldados.
-¿Hay algún problema?-pregunto y miraban entre ellos algo extrañados ya que se iban a llevar al hijo de su señor pero no les había mencionado que se había ofrecido para ser reclutado.
-¿Es una clase broma? El hijo de mi señor es muy torpe para ser un soldado-reían leyendo nuevamente la petición y al alzar su mirada hacia su superior se les erizo la piel ya que ella los veía sin ninguna gracia, sus ojos ensombrecieron expresivamente mostrando su molestia.
-Eso lo juzgare yo, será mejor que no me hagan perder más mi tiempo con sus ofensas hacia el hijo de su señor-tenía un tono serio en su voz poniendo en vergüenza a los guerreros, entregándole nuevamente su papel mientras que uno de sus soldados la amarraba fuertemente por la cintura al terminar jalaban sus sogas dando a entender que los ascendieran hacia arriba pero en ella se tardaron aparentemente era muy pesada después de un rato se había elevado de poco a poco fue hacia arriba y al ir subiendo pudo ver el panorama mejor un gran lago y las chinampas que se movían entre las grandes ciudades.
La dama águila se quitó la soga noto como varios hombres jalaban aire del esfuerzo que habían hecho para subirla-Mi señora no se le nota su exceso de peso-dio una pequeña risita viendo como los hombres se recuperaban para que la guiaran con el quien se había reclutado pasaron por las calles que estaban construidas entre las montañas con grandes ventanales que daban una gran vista y también servían para que se emprendieran su vuelo podía también ver varias secciones de vegetación que estaban sembrados por las paredes mientras que los granjeros le daban cuidados especiales y procuraban que les diera algo de sol encargándose de los sembradíos absolvieran bien el agua.
Los guardias le cedían el paso haciendo que los habitantes se hicieran a un lado llevaron un tiempo así ya que la llevaron a la cima de la isla donde habitaba el árbol y donde ningún macehualtin podía pisar ya que era un lugar sagrado, al ir avanzando las aves de quetzal se veía a por montón posándose sobre los soldados e Izel quien inútilmente trataba de ahuyentar-Realmente les agrada mi señora le están dando su consentimiento de que puede estar aquí-.
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Editado: 09.02.2019