Thantia

XIII

Los Marci se miran un segundo antes de regresar su atención hacia Parris que luce incluso más inquieto que ellos.

  —La cabaña de la que hablas, ¿podrías llevarnos hasta ahí?

  —No lo creo, hay muchos hechizos para encubrir su localización activos a su alrededor—Parris se lo piensa unos segundos antes de seguir hablando—, me llevaría días dar con el lugar exacto y el margen de error sería bastante alto, no creo que valga la pena arriesgarnos de esa manera, si el abuelo nota que le mentí, podríamos ocasionar que sus planes se aceleren.

  —¿Y si rastreamos el sello de su magia?—dice Chelle de pronto.

  —Tendríamos que invertir meses para poder aislar solo la magia de la familia Eiran de la del resto de los habitantes de Thantia, y nos llevaría cerca de un año entero separar los hechizos realizados por cada miembro de la familia para encontrarlo—Woodrow masajea su cabeza —, para ese entonces ya podríamos haber perdido el control de Thantia o podríamos incluso estar...—no termina su oración, pero todos sabemos de lo que habla—, necesitamos hallar una forma de agilizar las cosas.

  —Tendremos que seguir su juego—los tres me miran como si no estuvieran preparados para oírlo—, es la única forma en la que podremos alargar la situación lo suficiente para mantener a todo mundo a salvo.

  —Jugar bajo sus reglas no va a garantizar nada para nadie, Skylar—la forma en la que el rostro de Woodrow permanece serio me dice que no le agradan para nada mis palabras.

  —Bueno, ahora mismo no hay ninguna idea mejor sobre la mesa, ¿no es así?—el tono desafiante en mi voz sale sin que tenga que poner algo de esfuerzo—, tenemos que hacerlo si queremos ganar tiempo, a menos que quieras que todo esto nos explote en la cara.

  —Creo que lo que necesitamos ahora mismo es calmarnos y pensarlo con la cabeza fría—interviene Chelle en tono conciliador—, ¿por qué no vas a casa Parris?—le sonríe con nerviosismo—, habla con tus padres, intenta averiguar si alguno sabe algo acerca de tu abuelo y sus planes, sugiereles que quieres ser parte de la venganza para ver qué sucede.

El mencionado asiente con seguridad mientras se levanta del sillón junto a mí, me dirige una última mirada antes de salir de la habitación.

  —Iré a mi recámara, necesito un momento a solas—murmuro levantándome también y subiendo la escalinata hasta el segundo piso.

Por alguna razón siento algo de impotencia correr por mi cuerpo, es como si mi conciencia me culpara por lo que está sucediendo. Creo que necesito pensar y calmarme un poco ahora que he recuperado el control de mi cerebro completamente.

Me dejo caer sobre el acolchado mientras pienso cómo fue que nunca noté algo raro en el señor Webber cuando trabajaba para él en la tienda, en mi defensa puedo decir que rara vez lo veía fuera de su oficina y que por lo general era bastante amable, excepto cuando me encontraba fumando fuera del local.

Necesito un cigarrillo.

Mi mirada se desvía hacia el gran librero que hay en uno de los extremos de la habitación. Como es de suponerse, está lleno de libros a los que ni siquiera les he prestado atención.

Puedo reconocer algunos porque son los mismos que necesito para mis clases en el Campus, pero otros son totalmente nuevos para mí.

Hay uno en especial que llama mi atención, es diferente a los demás porque es considerablemente más grueso y el lomo luce más gastado seguramente por un uso excesivo.

Me levanto sintiéndome atraída por él igual que una abeja a la miel.

Lo primero que noto al sacar el libro del estante es que es pesado, lo suficiente para que tenga que cargarlo con ambas manos. Lo llevo hasta mi escritorio y lo dejo caer provocando un gran estruendo que hace rebotar los pocos bolígrafos sobre la superficie.

La portada no tiene ningún nombre grabado que me de alguna pista de su contenido y la primera página solo tiene cuatro palabras escritas en perfecta caligrafía.

"Propiedad de Chelle Belloni"

La curiosidad en mi interior se incrementa con cada página que paso.  Puedo notar que no es un libro común ya que está escrito a mano y está lleno de hechizos y pociones que son totalmente diferentes a los que hay en mis libros.

  —Sabía que lo encontrarías eventualmente—Chelle entra en la habitación con su típica sonrisa—, lo escribí en mis días de estudiante después de notar que la información en los libros no ayudaba mucho a explotar mi potencial, mis profesores dijeron que estaba siendo demasiado ególatra y debía apegarme al programa del Campus, pero no les hice caso y al final logré mejorar  algunos hechizos para que se adaptaran a mi elemento.

  —¿Y cómo lo hiciste?—la veo sentarse en mi cama.

  —Ensayo y error—se encoge de hombros.

  —¿Así que probaste cada hechizo y pócima escrita en este libro?—asiente con orgullo.

  —Y además aprendí cada palabra de memoria, podría recitarlo incluso dormida—le sonrío regresando mi vista a las páginas.



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En el texto hay: elementos, academia, thantia

Editado: 11.10.2019

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