XVIII

Me sorprende que el Campus luzca exactamente igual a antes del ataque. Los edificios que hace unos días estaban en completas ruinas ahora están igual de estoicos que la primera vez que los vi.

Mientras estoy sentada a la orilla del lago, me pregunto cómo hicieron para quitarle el tinte rojo del agua y dejarla totalmente cristalina.

Hay personas caminando por todos lados, animados por estar de vuelta. Me gustaría poder sentirme igual que ellos, pero estoy demasiado preocupada por mis padres y porque alguien decida atacarlos de nuevo.

  —¡Skylar!—Danya se acerca a mí con una gran sonrisa en los labios que me cuesta bastante corresponder—, es bueno estar de vuelta, ¿verdad?—asiento ligeramente mientras se sienta junto a mí—, estaba comenzando a aburrirme de leer los mismos libros en casa, ¿puedes creer que tuve que conformarme con "Historia de Thantia" durante estos días? y ni siquiera era la versión actualizada.

Tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no mirarla de forma extraña.

  —Debiste haber venido a casa—suspiro—, hay muchos libros que podrían resultarte interesantes.

Ella hace una mueca como respuesta y enarco una ceja en su dirección cuestionando su gesto.

  —Intenté hacerlo, pero después del ataque a tu casa... a mis padres no les pareció una buena idea.

Suspiro pesadamente

  —Si, supongo que no puedes culparlos—mis ojos se clavan en el agua—, ¿cómo está Denver?

  —Bien, al menos eso creo—Danya se abraza a sí misma—, hemos pasado mucho tiempo juntos, pero no creo que su mente haya estado en el mismo lugar, ¿sabes?

  —¿Se lo preguntaste?

  —Lo hice pero evadió la pregunta—se ríe amargamente—, quizá nosotros no funcionamos juntos, tal vez debería alejarme de él ahora que puedo.

  —O quizá estás exagerando las cosas—ella me mira de mala manera y me apresuro a aclarar mi punto—, es que todos tenemos cosas atoradas en la cabeza de vez en cuando.

  —Lo sé, pero debería confiar en mí, si me lo contara...

  —Será que no quiere agobiarte con sus problemas, D—la miro con una media sonrisa en el rostro—, habla de nuevo con él, dile cómo te sientes y que quieres ayudarle, si después de eso Denver no se sincera contigo, estarás en todo tu derecho de hacerte películas en la cabeza.

Danya asiente y se levanta como si un resorte la hubiera impulsado. No se despide de mí, parece demasiado ocupada en sus pensamientos mientras se aleja directo hacia uno de lo edificios de dormitorios.

Mi atención se dirige hacia el frente dónde puedo visualizar algunos árboles que me recuerdan vagamente a los del bosque. Mi cuerpo se estremece mientras mi cabeza reproduce el rostro de Parris decidido a atacarme.

Estaba fingiendo—me recuerdo mentalmente a mí misma con un nudo en la garganta—, necesitaba hacerlo para que su abuelo confiara en él.

Escucho pasos ligeramente más ruidosos de lo normal venir hacia mí y giro mi cabeza hacia atrás para poder observar a la persona que se acerca.

  —Señorita Marci, tenía la esperanza de hallarla sola—la directora sonríe con formalidad como de costumbre mientras termina de recorrer los últimos metros hasta dónde me encuentro.

  —Pues supongo que debe estar muy feliz de que sus deseos se hayan vuelto realidad—me levanto sacudiendo con algo de delicadeza la falda azul marino que llevo puesta—, ¿puedo ayudarla en algo?

  —Debido a que el tema sobre el que debemos conversar es delicado, ¿podríamos continuar este encuentro en mi oficina?

Mi ceño se frunce en señal de desconcierto, pero aún así asiento y la sigo hasta el edificio principal. Las personas en el pasillo se quedan en silencio mientras pasamos por allí, sin embargo, no sabría decir si es por mí o por ella.

La directora me deja entrar primero en la oficina y no habla hasta que ambas estamos sentadas en nuestros respectivos lados del escritorio.

  —Lamento mucho lo que sucedió en su casa, espero que el señor Marci esté recuperándose exitosamente—entrelaza sus manos sobre el escritorio, otro gesto que me indica que sus palabras son más por educación que por cualquier otro motivo—, verá, señorita Marci, la razón por la que quiero hablar con usted es que sus padres están... preocupados de que las protecciones del Campus no sean suficientes para mantenerla segura.

  —Estoy segura de que mis padres están exagerando—ella parece satisfecha con mis palabras porque una media sonrisa que, bajo mi ojo experto, luce genuina se dibuja en su rostro—, y veo que usted no difiere de mi punto de vista, entonces, ¿cuál es el punto de esta reunión?

  —Sus padres me han pedido que la mantenga segura implementando ciertas medidas que ellos mismos idearon—toma una de las hojas en su escritorio y comienza a leer—, por las mañanas, Parris irá a tu habitación para acompañarte hasta el comedor y luego Denver y Danya se turnarán para conducirte a tus clases. Parris te escoltará el resto del día hasta que pueda llevarte a tu habitación después de la cena.