ALRIK
Respondí a su bienvenida con una pequeña sonrisa.
- Entonces.
Puso su bolso sobre su hombro, - Que te convenció de unirte?
Mis labios se juntaron en una fina línea.
Debería quitarle el bolso? Se veía comoda llevandolo por sí misma, no quería darle la impresión de que no pensaba que ella era capaz de llevar sus cosas por cuenta propia.
- Puedes oler lo que esta dentro de mi bolso?
Parpadee y junte mis cejas,
- Disculpa?
Inclinó su cabeza, causando que su cabello cayera hacia un lado.
- Estas mirando mi bolso con mucha intensidad, no traje nada de lencería si es eso lo que esperas.
Acaso dijo lencería?
Mi lobo dejo salir un gruñido, de alguna manera una imagen de Jaslynn usando solo un conjunto de encaje rojo se empezo a formar en mi mente.
- Estas sudando?
Mis ojos apuntaron hacia Jaslynn, quién estaba atando su cabello en forma de moño sobre su cabeza con su varita mientras me miraba curiosamente.
Había un indicio de presunción en su tono de voz.
Mantuve mi fachada de calma a pesar de que mi interior estaba ardiendo con injustificadas emociones.
- Estoy bien, de hecho, hace algo frío afuera, así que deberías abrigarte y cubrir tanta piel como se te sea posible.
Afirmé haciendo una seña hacia su closet y esperando que ella no se pensara mucho mi pedido silencioso.
Alzó su ceja y tomo una chaqueta del perchero - Entonces, que te convenció de venir? No contestaste a mi pregunta.
Metí mis manos dentro de los bolsillos de mis jeans y apoyé mi hombro contra la pared, - Es una larga historia, no la explicaré.
En realidad, no quería decirle, había cosas que era mejor no decirlas, especialmente esto
FLASHBACK
Miré a Conrad una última vez mientras atendía su ojo morado antes de voltear hacia la puerta de la perdición.
Mi madre probablemente se hallaba detrás de esa puerta, esperando con un cuchillo o algo de ese estilo con lo cual podría despellejarme vivo.
Yo no exactamente le temina a mi madre, pero habían dias en los que era mejor mantenerse alejado de ella. Tenía un temperamento peor que el mio, y ya había creado problemas antes. Y conociendo a Reece, lo mas probable es que estuviera esperando junto a mi madre para participar en mi ejecución.
Si tan solo Conrad hubiese cerrado la boca y dejado que yo controlara a mi madre.
Saqué la llave de la cerradura y abrí la puerta lo mas silencioso que pude. Mi primer instinto fue poner un pié dentro primero para probar el terreno antes de entrar completamente.
Mi padre estaba parado en medio del vestíbulo con una ceja arqueada, como si esperase mi presencia.
- Ya era hora de que aparecieras, niño. Pensé que habías huido para escapar de tu mate.
Se rió, acercandose para cerrar la puerta detras de mí.
- Así que lo sabes.
Asintió con su cabeza. - Por supuesto que lo sé, tu madre también, y por increíble que suene, no ha explotado todavía, nisiquiera se le ve molesta.
- Creo que es mas preocupante si está tranquila. Dije caminando hacía la sala de donde podía escuchar sus voces.
Mi madre y comandante estaban sentadas en el sofá platicando con té como si nada pasara.
- Ah, Alrik, justo a tiempo para algo de té.
Exclamó mi madre, levantandose y acercandose para besar mis mejillas.
- Ven, toma asiento.
Giré mi cabeza un poco para intercambiar miradas con mi padre, quién mantenía la distancia y tomaba de su taza.
- No quiero té, mamá
Ella sonrió casi con mucha dulzura.
- Yo creo que sí, cariño.
Resistí ante la urgencia de huir mientras ponía una taza en mis manos. Reece me estudiaba cuidadosamente desde el sofá mientras revolvía su té.
Empezaba a sentirme como en el principio de una película de terror, y decidí no beber el té solo en caso que tuviera alguna especie de droga. Sabía que esta conversación iba a ser dolorosa.
- Ahora cariño, escuche que encontraste a tu mate no es así? Preguntó mi madre, inclinandose hacia adelante con interés como si no supiera ya toda la historia.
Me moví en mi asiento incómodo y asentí con mi cabeza - Así es.
- Y que es tu mate?
- Una bruja.
Arqueo una de sus cejas, - Una bruja? Me sorprende que no te haya convertido en un roedor por tu comportamiento.
Gruñi.
- No me gruñas, Alrik Kuznetsov, estoy al tanto de que la llamaste tu perra.
Al parecer Conrad no fue el único en ir de chismoso. El ministro también.
Mi padre casi escupe el té por la risa
- Lo encuentro divertido honestamente, dejaron de llamar a las mujeres lobo y mates 'perras' cuando yo era un niño, la única manera de hubieses adoptado esa palabra es de tu abuelo.
No quería admitirlo en voz alta pero tenía razon. Mi abuelo me había enseñado muchas cosas, desafortunadamente eso era una de esas cosas.
El rostro de mi madre se suavizo, y supe que se había dado cuenta que yo claramente era ignorante y no estaba al tanto de que hacer cuando se trataba de mujeres lobo o mates.
- Porque no me cuentas que fue lo que pasó con Jaslynn.
Exhale profundamente y empecé a recitar un breve y conciso resumen de lo que había sucedido. Y ya para el final, los tres estaban sumidos en sus pensamientos.
- Porqué no quieres ayudarla otra vez? Pregunto Reece, hablando por primera vez desde que llegué.
- La probabilidad de que Jaslynn o malcolm encuentren el libro es extremadamente baja, no quiero arriesgar la vida de los guerreros de la manada o los recursos que tenemos por algo como esto. Si es necesario, siempre puedo ayudarla a detener a malcolm pero no veo ningún beneficio en invertir mi tiempo en esta caza. Entiendo que es mi mate, pero mi manada es primero. Ellos confían en mí para tomar deciciones inteligentes y unirme a esta cacería no es una de ellas.
- Veo su punto. Dijo mi padre, asintiendo en aprobación.
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Editado: 07.04.2020