Aun desaparecido

Miedo, sorpresa, angustia y confusión, esas eran algunas de las emociones que podían sentirse en el aire, después de la desaparición de Bryce, la gente hablaba, un grupo de personas creía que tal vez había huido con algún chico, otra parte del pueblo pensaba que había un secuestrador, por lo que metían a sus hijos incluso antes de que anocheciera. Pero yo no creía ninguna de esas teorías, Bryce era coqueto por naturaleza y como no serlo, el era la definición de belleza, en todo su esplendor, tenía los ojos color verde claro, su cabello tan negro como la noche perfectamente despeinado caía sobre su frente, tenía la piel pálida, los pómulos bien pronunciados, labios carnosos de color rosado y un trasero de impacto. Como si eso no bastará, su caminar siempre era elegante y decidido, jamás lo ví agachar la cabeza cuando caminábamos juntos por la calle o los pasillos de la escuela. Tampoco creía en que fuese un secuestro, llevaba casi un mes desaparecido y no habían pedido un rescate. Si hubiera sabido que el día en el que regresamos del viaje escolar a la playa, sería el último que lo vería, hubiera detenido el coche o tan solo le habría confesado lo que me guarde por años, aún que jamás sería fácil decirle a tu mejor amigo, que te gustaba su novio desde primero de secundaria y como lo odiabas por qué a pesar de decirle "Creo que me gusta Josh Miller" El, le dijera que si frente a todo el campo de fútbolm cuando este le pregunto si queria ser su novio. Eso no era fácil de confesar.

— Nathan — llamo mi madre la puerta — El desayuno está listo.

— Voy — respondí, me puse perfume y me levanté del tocador.

Baje corriendo las escaleras, saludé a mi mamá con un beso en la mejilla y un "Buenos días" puso delante de mi el tazón de fruta y jugo de naranja, comencé a llevarme las fresas y zarzamoras a la boca lentamente, un hábito que compartía con Bryce, era que ambos dejábamos el kiwi para el final. Mi madre encendió el televisor y puso las noticias, odiaba las noticias, solamente hablaban de política y el conductor siempre parecía amargado.

— En otras noticias, el menor Bryce MacKenzie sigue desaparecido — anuncio el conductor y una foto de mi mejor amigo apareció en la izquierda — Su familia ofrece una recompensa a quien les de informes del paradero de su hijo.

— Bryce odiaría esa foto — hablé en voz baja.

— Seguramente habría arrojado un vaso a la televisión — Me siguió el juego mamá.

— Le habría gustado que pusieran la foto en su jardín con el recostado sobre las flores — sugerí.

Bryce tenía increíbles fotos en su perfil de Instagram, pero su familia optó por la foto de su licencia de conducir, en dónde salía serio, casi perdido. Aún se veía increíble, pero junto con las fotos escolares del anuario eran las menos producidas que tenía y por eso las odiaba.

— ¿Quieres ir de compras después de clases?, Puedo pasar por ti y pasar un rato juntos — mi madre había estado más pendiente de mi después de la desaparición de Bryce.

— Mejor vallamos mañana, hoy es viernes y el señor Mendez abusa de la tarea.

— Mañana será.

Terminamos de desayunar y salí de casa, el instituto no estaba tan lejos y me gustaba caminar, en el transcurso vi unos cuantos anuncios de Bryce con la misma foto de las noticias y en letras rojas "Se busca", pase por la casa de Josh, desde hace una semana no iba a clases, esto hizo que me preocupara y no ayudo el echo que que su madre me dijera que no había querido salir de su habitación. Me sorprendió cuando llegue a la casa y el auto de Josh no estaba en la entrada.

— Hoy fue a clases — me sorprendió la voz del vecino de Josh, al cual Bryce llamaba el lunático del hacha.

— Muchas gracias, ten un lindo día — lo rodee y comencé a caminar mas rápido.

Ese chico daba miedo, su padre tenía una colección de hachas colgada en el recibidor y las presumía abriendo las cortinas para dejarlas a la vista, por eso Bryce lo llamaba el lunático del hacha, siempre traía la mirada hacia bajo,  sus ojeras estaban bien marcadas y estaba pálido, por eso daba la impresión de que consumía drogas, Bryce aseguraba que lo hacia, pero al menos yo jamás lo e visto consumir alguna sustancia. Llegue al colegio y cerca de la entrada estaba el auto de Josh, entre rápidamente y fui a dejar unas cosas al locker, los alumnos me ofrecían miradas de lastima, incluso chicos mas jovenes que se habían enterado que yo era amigo del desaparecido.

— Hola, ¿Eres Nathan Monroy? — pregunto una chica de primer año, asentí con la cabeza y me dio un papel casi a escondidas - Me dijeron que era urgente.

Se fue casi corriendo, me quede mirando su espalda hasta que desapareció en el pasillo, desdoble la hoja de color morado y había solo una oración, que desperdicio de papel para escribir "Al fondo del estacionamiento 10:00 AM", guarde la nota en el bolsillo de mi chaqueta y comencé a andar, faltaban cinco minutos para que iniciara la clase, la hora en la que me citaba era la misma hora del descanso, quien quiera que fuese la persona que queria verme, no sabia que debía comer a las 10:00 o comenzaba a ponerme irritable. En cuanto llegue al salón de clases observe que Josh se había sentado hasta el fondo de la clase, estaba metido en un pants color negro con una sudadera a juego y tenía el gorro arriba, cubriendo su cabello color azabache, decidí acercarme y sentarme a su lado.

— Hola — lo salude y el alzo la mirada.

Tenía ojeras y los ojos rojos, supongo que vino mas por obligación que por gusto.

— Hola — respondió con la voz rasposa.

Este era el efecto Bryce, lo mismo le sucedió a  Alex Mendoza, cuando Bryce lo voto por Josh, eso duro aproximadamente dos meses de pañuelos y sollozos en los baños de hombres, además de enormes sudaderas para cubrir su rostro, ahora Josh era quien estaba sufriendo, solo que Bryce no lo había botado, estaba desaparecido y le había dejado un gran vacío a Josh, así como a todos.