The Vampire Diaries: Love Sucks [2]

CAPÍTULO 33

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 33:

Niklaus

 

 

 

 

 

 

 

STEPHANIE

 

Tengo el sentimiento de que esto es lo correcto, lo siento en mi interior. Es algo difícil de explicar y que nace de lo más interno de mí. No entiendo la razón, pero me siento obligada a hacerlo. Debo saber dónde está Enzo.

Bajo los escalones del sótano en silencio para que nadie me escuche. Camino por el corredor hasta donde Rebekah pusó el cuerpo de Elijah. Abro la puerta con cuidado y lo encuentro en su ataúd aún con la daga que mamá le encajo en su pecho. Algo dentro de mí se quiebra porque sé que todos ellos han pasado siglos en esas cajas de madera. Camino hacia él y me arrodillo para poder sacar la daga con cuidado porque es la única persona que puede ayudarme a matar a Klaus sin tener que poner la vida de Micaela y otros en peligro. Cuando termino de sacarla, él sigue igual. No se mueve, no abre sus ojos o me da alguna señal de que ha despertado, es por eso que termino sentándome en el suelo mientras espero a que resucite.

Comienzo a preocuparme cuando los minutos pasan y él sigue igual... No quiero apresurarlo, pero si Rebekah o Kol bajan y me encuentran aquí, estoy segura de que me obligaran a volver a encajar la daga en su lugar. De repente, Elijah, abre sus ojos y empieza a quejarse mientras sus huesos se quiebran y vuelven a acomodarse en su lugar.

—Shh —le suplico que se calle mientras me acerco a él.

No quiero que nadie nos escuche. Me mira fijamente por largos segundos antes de tomar mi mano con fuerza y acercarme todo lo que puede hacia él.

—Katerina...

"Buenas noches, Trevor. Elijah lo saluda cuando llega hasta él. Me alegra que hayas venido.

No podía perderme la celebración de cumpleaños.

No considerando el regalo que dices traer. Lo mira fijamente. ¿Dónde está esta chica misteriosa de la que hablas?

Justo aquí. Trevor camina entre los invitados y Elijah lo sigue.

Camina hacia una chica y ella voltea lentamente.

Oh, por Dios murmura Elijah y ella lo mira muy confundida por su reacción. Perdóname... Me recuerdas a alguien.

Katerina, permíteme presentarte a Lord Elijah dice Trevor antes de que Elijah tome su mano y ella se arrodille cortésmente en forma de respeto.

Un placer, mi Lord.

El placer es mío… Katerina".

Suelta mi mano mientras murmura cosas inaudibles y confusas. No entiendo lo que está haciendo. ¿Cómo hizo eso? Cómo logre ver cómo conoció a Katherine? ¿Acaso me dejó entrar en su mente?

Me asusto cuando se levanta de golpe y empieza a mirar a su alrededor confundido y desesperado.

—No puedo respirar... —susurra antes de salir a tropezones del sótano.

Lo sigo mientras pido que nadie en la casa lo escuche. Estoy a punto de salir fuera de la casa con él, pero me detengo en seco. No es seguro para mí. Él trata de entrar de nuevo, pero no puede por la barrera invisible.

—¿Qué sucedió? —pregunta confundido.

Esta es su casa y no puede ingresar.

—Shh —le pido que baje la voz—. Te lo diré, pero no aquí. —Señalo arriba donde Rebekah y Kol están durmiendo—. ¿Puedo confiar en ti? Algo dentro de mí me dice que sí, pero… dímelo tú, ¿puedo confiar en ti?

—¿Puedo confiar yo en ti? —gruñe despacio.

Miro la daga en mi mano y sé que es la única forma en la que creerá en mí por lo que se la ofrezco y él la acepta. Me mira fijamente y asiente. Voy a la sala por mis cosas y salgo con él.

—Hablemos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Detengo mi camioneta frente a la casa Larreta todavía sin entender porque me pidió que lo trajera específicamente aquí.

—Te ves mejor —digo cuando termina con la última bolsa de sangre que traje para él.

—¿Dónde conseguiste la daga? —pregunta directamente y sin rodeos.

—Te lo diré todo, pero tenemos que trabajar juntos, Elijah —le pido mirándolo fijamente—. Necesito tu palabra.

—Tu habilidad para hacer pedidos ha terminado hace mucho —murmura seriamente.

—Nada de pedidos —le aseguro—. Te estoy ofreciendo mi ayuda y a cambio, quiero la tuya.

—¿Y por qué debería si quiera considerarlo?

—Por la misma razón por la que no me has matado —le recuerdo con una sonrisa amplia sobre mis labios—. Me necesitas para matar a Klaus y yo te necesito a ti.

Antes de que pueda responder, mi teléfono empieza a sonar y lo tomo al ver que es mamá.

—Hola —contesto con seriedad.

—¿Dónde estás? —me pregunta preocupada—. Dime que no has sido tú quien liberó a Elijah.

—¡Claro que fue ella! —Escucho a Kol gruñir bastante molesto.

—¿Hija? —insiste mamá.

—Sí, fui yo —respondo firmemente.

—Si a esto te referías con encontrar otra forma para matar a Klaus, déjame decirte que es lo más estúpido que se te pudo ocurrir —gruñe papá con fuerza.



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En el texto hay: vampiros, hombres lobo, dolor

Editado: 26.02.2022

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