Tiempo

Capítulo tres

Con los mellis subimos rápidamente las escaleras, ya que en el segundo piso había una baranda que daba directamente al recibidor, así veríamos en directo y sin saludar a nuestros invitados no deseados.

-Madam Pachske, ¿nos invita a pasar? Tengo entendido que es de mala educación dejar a las visitas esperando, ¿me equivoco?

-Maldito. -Dijo por lo bajo Alegría.

- ¿No sé qué hace este señor acá? -Le siguió Manolo.

-No es Bienvenido ni en la China. -Digamos que los Mundziak son de esa típica familia creída que piensan que Hitler estaba en lo correcto y la esclavitud aún es cool.

-No, no se equivoca, solo me reponía de tan terrible sorpresa.

- ¿Terrible?

-Según la RAE es " muy grande o desmesurado".

-Mamish 1, Mundiasco 0. -De verdad detestamos a esas personas.

-Al igual que también dice "que causa terror y difícil de tolerar". - Se metió a la conversación uno de los nietos de Bernabeus, Eliasak Mundziak. Tiene 20 años, y a pesar de mi aversión hacia él, es un Bombonazo, nadie lo puede negar; alto, castaño, esbelto, lo hace casi todo bien, solo tiene un defecto que puede hacerte olvidar todo lo anterior, su carácter. Desde los 10 a los 14 más o menos, fue mi amor platónico, hasta que gracias a unas amigas hable con él durante breves instantes, una conversación que incluyó la palabra Blandað y terminó con el fin de mi enamoramiento.

-Esperemos que ustedes puedan quedarse con la definición que ha dado mi madre, bienvenidos y pasen, el té está servido para todos, llegaron justo para cenar. -Tía Tanya entró en escena, tan cordial y amable como siempre, era la mayor de las cinco y una presencia conciliadora donde vaya.

Cuando la Abue y los invitados indeseados se marcharon al comedor tía miró hacia arriba. >Y ustedes arréglense y no espíen conversaciones ajenas, eso no se hace.

-Ella es demasiado impresionante. -Habló claramente Ale.

-Quiero ser como ella cuándo sea grande.

-Eres demasiado estúpida como para tanta grandeza. -En defensa Mano comenzó. Alegría se alejó por inercia.

-Estas muerto. -Antes que Manolo se lanzase hacia el primer piso lo agarre con galdur de los pies.

- ¡Ayuda! ¡Alegría! -Ella ya iba por la mitad de las escaleras.

-Tú entraste solito ahí.

- ¡Hermanaa! -Ale ya no lo escuchaba.

-Nada que hermana, ¡arrepiéntete!

- ¡Jamás!

Con una mano comencé a manipularlo y con la otra junte una pelota de Vant que acerque lentamente a su cara.

- ¿Ahora piensas lo mismo? -Vio con horror la bola de vant.

-Cathrina, aplácate. -Comencé a sumergir su cabeza.

- ¿Y?

-Cathrina Danara Rivadaneyra Pacshke, ¡aleja esta cosa de mí!

- ¿Mis disculpas?

-Perdonada, ¡ahora bájame! -Sumergí su cabeza durante unos pequeños segundos. Cuando deje la masa de vant solo en su cabello comenzó a boquear como un pez. -¡Cathrina demente, BÁJAME!

- ¿Chistosito?

-Carajo loca, ¡prometo comprarte mantequilla de mani! - Avancé un poco el agua dejándolo "ciego".- ¡Ayuda!, tres, tres potes grandes, pero por favor no más.

-Hecho. -Lo enderecé y comencé a bajarlo con cuidado. Igual no había porque ser tan mala.

- ¡Cathrina baja a tu primo ahora mismo! -Bueno mami. Lo solté de un sopetón junto con el agua quedando empapado en el piso. - ¡Cathrina! -Fue hacia Mano de inmediato.

-Tú dijiste que lo bajara ipso facto. -intenté sonar inocente, pero a millas se veía mi cola, cachos y tridente.

-Mira niñita...

-Déjala Ju, algo debió de hacer mi hijo, vamos a comer mejor será, saquemos la basura rápido.

Me encanta la tía Any, pero no le digan a tía Cassie.

**

Entré al comedor y afortunadamente no habían ocupado mi puesto aún, me senté contenta en medio de los mellis.

-Hola. -Dije feliz. Si la Styrkur nos acompaña tendríamos a los seis intrusos muy lejos de nosotros.

-Te odio.

-Holis.

-Juguemos a ¿quién de los Mundiazk intentará engatusar Talindiona? -Pregunté.

-Obvio que a Eliasak.

-No creo Ale, igual debe tener dignidad.

-Mano, lo ha intentado desde los 13, tiene 20, ¿crees que tiene algo de dignidad? -Lo increpé.

- ¿Hablan de Talionda, alias la sin dignidad? -Se integró Stefania y se sentó al frente para poder hablar. Tío Roro con su gente llego hace más o menos media hora. Más motivos para mi dicha; mentira, estoy así por mi futura mantequilla de maní.

-Aunque me han dicho que Jessica y Florence van tras sus pasos. -Copucheo Manolo, él es peor que vieja solterona.

-Están de novia con unos Töframaður de España, no me acuerdo de sus apellidos, pero los consigo y hablamos en la noche.

-Hecho. -Dijimos ambas.

- ¡No es justo! Ustedes siempre se dejan los mejores chismes para la habitación.




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