Tiempos de Guerra

Capítulo 5 ~ 2003

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¡FELIZ DÍA DEL ORGULLO, GENTE! Sólo quería recordarles que incluso si tienen que estar en el armario, incluso si no se sienten seguros de su identidad, incluso si aún no están listos para decírselo a nadie, son válidos y siempre van a ser válidos. 

El mundo puede ser un lugar muy confuso y hostil, pero ustedes no están rotos por no encajar en él. Enorgullézcanse de ser diferentes. :))

Y por este día especial, les regalo un capítulo super soft y cheesy. Espero que lo disfruten.

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2003

Los Ángeles, California

 

 

Cuando Chris entró a la casa, por un momento pensó que Toni ya se había acostado, pero luego vio el resplandor de la televisión en la sala de estar. Contuvo otro bostezo y se dirigió hacia allí escondiendo el pote de helado tras la espalda.

Toni estaba acostado en el sillón, abrazado a una almohada y con la pijama puesta. El cabello oscuro le caía sobre los ojos y le hacía sombras en las mejillas cuando las luces de la televisión se movían.

Al sentir a Chris entrar en la sala, se volvió hacia él con expresión adormilada y le sonrió. Llevaban saliendo juntos el tiempo suficiente para que Chris pudiera distinguir sus estados de ánimo sin mayor problema, y sintió un profundo alivio al comprobar que el mal humor se le había pasado.

Estaba bien, lo había estado esperando.

Chris se adelantó y sacó la mano con el helado de atrás de su espalda. Los ojos de Toni resplandecieron y su sonrisa se ensanchó. No dijo nada, tan sólo encogió el cuerpo y le hizo espacio en el sillón. Cuando Chris se sentó a su lado, Toni estiró las piernas sobre su regazo.

Unos sollozos resonaron en la pantalla y Chris miró la película alzando una ceja. Leonardo DiCaprio escapaba por una ventana mientras una chica pelirroja exigía saber su nombre con los ojos anegados en lágrimas. Se giró hacia Toni con gesto burlón.

–¿Qué estás mirando?

Toni se encogió de hombros, su sonrisa mudó en otra un poco irónica, y miró la televisión con ojo crítico.

Atrápame si puedes –respondió–. Necesitaba algo para distraerme mientras te esperaba, y Tim dijo que era muy buena.

–Ajá –repuso Chris, sonriendo–. Así que la pusiste. Sólo por la trama, obvio.

–Obviamente por la trama –aseguró Toni, riendo entre dientes–. Aunque hay que admitir que DiCaprio es un excelente actor. Pero eso es algo secundario.

Chris sacudió la cabeza, divertido.

–Sí, claro. –Le echó una mirada cómplice–. Es su talento como actor lo que te gusta. Nada más.

Chris abrió el pote de helado y le entregó a Toni una de las cucharitas plásticas. La mitad del contenido era chocolate, la otra era menta. Toni mezclaba ambos, pero Chris tenía sentido común, así que enterró su cuchara en el área de chocolate que estaba más alejada de la menta y se la llevó a la boca ante la mirada divertida de su novio.

Toni le arrebató el recipiente y hundió su cuchara justo en el punto en que los dos sabores se unían. Sonrió son sorna ante el gesto de desaprobación de Chris.

–No sabes lo que te pierdes.

–Eres un monstruo –replicó Chris. Toni soltó una carcajada. Ni siquiera cuando reía hacía demasiado ruido, era siempre tan secreto–. Deja de contaminar mi helado.

Toni se metió la cuchara en la boca y saboreó con énfasis.

–Es oficial. No planeo besarte en lo que queda de la noche –anunció Chris cruzándose de brazos.

Toni puso los ojos en blanco.

–Eres ridículo. Si me cepillara los dientes también tendría sabor a menta.

–¡Exacto! ¿Por qué comerías helado de pasta de dientes? –Se estremeció–. ¿Por qué lo mezclarías con chocolate? Es una abominación.

–Estás exagerando –rio Toni.

–Para nada. El hecho de que te acepte a pesar de tus gustos espantosos en materia de helado es la mayor prueba de amor que vas a tener jamás.

Toni se relamió los labios. Sus ojos seguían riendo, pero no dijo nada. Tan sólo giró en el sillón hasta que su cabeza quedó apoyada sobre el hombro de Chris.

Se quedaron así, en silencio, por varios minutos, mirando la película y pasándose el helado a oscuras, iluminados apenas por las luces de la televisión.

Hacía mucho que no tenían una noche como esa, para ellos solos, simplemente acurrucados el uno contra el otro y sintiendo sus respiraciones acompasadas al borde del sueño.

Era una de las últimas noches que tendrían la posibilidad de estar a solas, también, porque pronto saldrían de gira y compartirían el autobús con los demás chicos, dormirían en los asientos incómodos de avión, y tendrían atrás siempre a sus agentes recordándoles que no podían estar juntos. Era una de sus últimas noches fingiendo que eran libres.

–Tienes ojeras –le dijo Toni de repente, haciendo a Chris saltar por sorpresa. Llevaba tanto tiempo sin moverse que creía que se había dormido, pero los ojos negros de Toni lo veían fijamente desde su hombro, enormes y curiosos como siempre–. ¿Cómo fue la grabación?



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En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 18.04.2024

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