Titanes-La destrucción de un Imperio.

Capítulo 1- Amanecer

El sol se alzaba por el este sin una sola nube a su alrededor, poco a poco las aves iniciaban su vuelo en lo alto de las montañas siendo dignas de admiración en aquellas alturas.

Zeus contempló la belleza de la mañana desde su balcón siendo su única compañía el profundo silencio. Recordaba con calma los hechos vividos sin comprender como había todo llegado hasta este punto cuando una serena voz lo apartó del trance.

- Mi señor, todo está listo como lo ordenó. La muchacha bajo su rostro permitiéndole pasar cuando él detuvo su andar para preguntarle una última vez.

-¿Estas completamente segura que se trata de ellos?- El Dios ni siquiera volteó a verla cuando oyó decirle.

-Completamente mi señor, la profecía habla de ellos, la niña a nacido bajo el nuevo ciclo de la Luna. Zeus no respondió y continuó su camino dejándola atrás.

Poco a poco los corredores comenzaron a inundarse de aquel notorio y único sonido llevándolo naturalmente hacia su origen. Abrió lentamente las puertas notando la euforia en los corazones de las ninfas quienes se mostraban encantadas diabulando de cesto en cesto contemplando con suma ternura los detalles en sus frágiles rostros.

- Ya, no llores más mi lindo niño. Escuchó decir a una de las jóvenes quien sostenía entre sus brazos al pequeño y frágil bebé.

Zeus aclaró su voz alertando a todas sobre su presencia en la habitación, las ninfas dejaron a los infantes en sus canastos y dieron un paso atrás reverenciandose ante su señor.

El observó con venebolencia a cada una de ellas, dando una vista fugas por la recámara notando la presencia de los ocho pequeños frente a él.

-Antes que cualquier otra cosa, agradezco a cada una su presencia aquí... han abandonado sus bosques, ríos y montañas para cumplir esta tarea.  Una de las ninfas respondió con alegría.

-Es un gran placer poder servir al Padre. Zeus detuvo su vista nuevamente en los cestos diciendo:

-¿Cuál de ellos es el mayor?- Una de ellas avanzó hasta la tercera cuna inundando en sus ojos el amor que ya tenía por el niño.

-Es él mi señor fue el primero en llegar de todos ellos...es hijo de Dionisio y su querida esposa, su padre le ha el nombre de Noah, es muy tranquilo, un bebé realmente adorable. 

-¿Es el único varón?- La ninfa acento mostrando realmente su asombro, camino viendo lo pequeño que eran, brotando en su pecho el impulso de querer tomarlos y refugiarlos entre sus brazos, pero su mente se resistía permitiéndole no olvidar quienes eran y el peligro que representaban.

-¿Cuál de todas ellas es la hija de Atenea?-La ninfa le señaló la primera cuna a la derecha.

-Ella fue la última en nacer. Júpiter se acercó hasta la pequeña mirándola lleno de odio de su sola presencia trayendo la repulsión a cada parte de su ser.

-¿Por qué nació así? Debería ser una cruzada no una Altiva. La mujer observó con un poco de miedo la forma en la cual el rey miraba a la pequeña.

-Mi señor, hay veces que en los cruzados  la sangre de uno de sus padres supera al otro, lo más probable es que sea el caso de esta niña. 

Zeus intentó apartar de su cabeza los malos pensamientos y busco calmarse para no cometer un error fatal.

-Hijas mías, cada uno  de ellos esta bajo mi tutela hasta que alcancen la madurez, pero hasta que eso pasé, necesito de su ayuda...cada una tomará un niño como suyo y lo cuidara durante 2365 días en el lugar que yo les indicare, será el tiempo suficiente para que no mueran y aprenda a sobrevivir por su propia cuenta, ni un día más ni un día menos ¿Lo han entendido?-Ellas acentaron cuando el Olimpico les ordenó tomar al pequeño a su cargo y acercarse hasta él.

Una fila extensa se creó rápidamente delante de él, estiró su mano sobre la corona de cada una haciéndolas desaparecer de la habitación una por una. Al llegar el turno de la última la bella ninfa miro con algo de temor al Rey preguntándole:

-¿A dónde me envíaras padre? -Notando la preocupación en sus ojos de ámbar, la tranquilizó regalandole una amable sonrisa.

- No tienes nada que temer hija querida, La gruta te encantará. Él apoyo las manos sobre ella viendo como su cuerpo se aclaraba hasta desaparecer en el aire. 

Giro hacia la puerta viendo nuevamente el rostro de la muchacha sobre él.

- ¿Qué pasará ahora mi señor?- Zeus clavo su mirada calmada sobre ella.

-La vida Serit, es tiempo de continúar con nuestras vidas y dejar de darle vueltas al asunto. 

Júpiter salió de la habitación queriendo dejar atrás todo lo referido a la profecía y esos lactantes, si un peligro había de amezarlo no serían esos recién nacidos, si el destino los forjaba con la intención de derrocarlo demostraría su poderío hasta verlos en el suelo...pero mientras tanto les brindaria  el regalo de la vida.

 




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