Horiamy dejo pasar el tiempo y al amacer del nuevo día fue a la recámara de su amiga, encontrandola solitaria en su balcón.
Se acercó hasta quedar al lado de ella observando el horizonte azulado del nuevo Día.
- Antes que digas algo, quiero que te quede muy claro que jamás aceptaré un ser como ese, en nuestro hogar. La joven miro las lejania de las tierras y el viento soplando sobre ambas.
-Jamás haría algo contra ti Cala se que lo sabes bien...pero esto es más grande que ambas, eh intentando evitar esto durante mucho tiempo pero ya no puedo, tengo que calmarlo y él muchacho es lo único que puede tranquilizarlo por ahora.
- NO, lo único que puedes alcanzar con esta acción será traer la desgracia sobre todos nosotros... es mejor que lo entiendas antes que pase algo grave, nada bueno hay en los humanos y menos en un cruzado. Horiamy cambió el semblante mirándola fijamente:
-Haz sido muchas cosas en tu vida Cala, pero jamás Cruel, te yenaste de rencor contra la humanidad y ni siquiera puedes ver los regalos que te dio o te olvidas que él...
-CÁLLATE, NO HABLES, TE PROHIBO QUE LO HAGAS. Su amiga se acercó a ella enfrentándose cara a cara.
-Y yo te prohibo olvidar...te prohibo que le faltes el respeto a su memoria y que me lo faltes a mí porque yo también pertenezco a esas criaturas y no lo olvidaré jamás. Ella respiró profundo antes de poder continuar.
-Cala bajo todo tu rencor aún se mantiene vivo el corazón noble que posees...te pido que comprendas que esto no es un capricho mío, esto es sólo para mantenerlo tranquilo y lo ocurrido por la noche no vuelva a suceder. Horiamy abandonó sus aposentos dejándola a solas pensativa y herida con los recuerdos del pasado.
Noah la espero detrás de la puerta hasta verla salir con un semblante distinto.
-¿Qué pasó? Vendrá con Nosotros.
- Lo único que sé..es que pronto tomará la decisión correcta.
-Segura, preferiría ir a hablar con ella.
-Dejala tranquila, precionarla más sería inprudente, mejor dime ¿las demás ya han llegado?
-Si, hace poco, pero ya se fueron a sus habitaciones, deje recién a Liria dormida en la sala logró conciliar el sueño gracias al cielo.
- Iré con ella. La muchacha se fue nuevamente al salón sentándose junto a Liria, la cual al sentir su perfume se abrazo a su cintura tomándola como almohadon, Horiamy acarició sus largos cabellos rubios brillantes para que su sueño fuera más placentero cuando las visiones invadieron su mente, notando cada detalle en él, su piel quemada por el sol, la sonrisa torcida la cual volvía más pequeños sus ojos marrones y tras él los sonidos de luchuzas cubiertas en la espesura de los árboles y a la distancia se vislumbraba la figura escultural de Poseidón reservada en un lugar central.
El día corrió tranquilo La Gruta se mantuvo serena, las jovencitas se dedicaron a sus que haceres, yendo y viniendo a lugares desconocidos, Millet práctico diversas melodías mientras Liria cantaba bajito cuidando del jardín, Horiamy miraba con detalle su tarea con la mano izquierda revisaba una por una las flores, sus hojas y el color que tenían mientras que la derecha parecía moverse al compás del viento levantando de la fuente poco a poco corrientes de agua que viajaban a su voluntad hasta caer en las raíces despertando los aromas propios de cada una, perfumando todo alrededor.
Al terminar Liria se sentó junto a ella en el borde de la fuente mirandola con sumo cuidado.
- Te sientes bien ¿Verdad? No volverá.
Ella negó con la cabeza tranquilizando su corazón.
- No te preocupes, él no volvera por ahora.
-Si no logramos traer a ese chico, ¿Qué te pasará?- Horiamy intentó mostrarse animada por ella.
- No hay nada que temer, Cronos no me ha daño hasta ahora y no creo que lo haga, sino ya no le serviría para sus planes.
-Pero sí puede generarte mucho dolor. Cala se acercaba a ambas cuando escuchó sus palabras, sin poder mantenerse indiferente a lo que estaba diciendo, se puso delante de las dos quedándose en silencio.
-¿Pasó algo Cala?- La joven le entregó a Horiamy un rollo de cuerda gastada.
-¿Y esto? ¿Para qué es?- Ella miró de mala ganá a su amiga.
- Es de Noah se la pedí, ya que si vas a traer a una criatura salvaje y fea como esa, la mantengas controlada.
-Eso quiere decir. Cala se hizo hacia atrás escudándose con las manos.
- No, no, no, ni se crean que cambié de idea, son seres que no nos merecen pero si ese mortal tiene que venir a cambio de que estés bien...aceptó su estadía aquí. Liria saltó de la fuente abrazandola con fuerza.
-Liria ¡Sueltame! Me asfixias ¡Qué horror!- La muchacha se reuso a dejarla expresandole todo su amor.
-Sabia que lo harías, eres tan linda y buena...nunca dejarías que nos pase nada malo. Cala ahogada de su cariño logró liberarse de un pequeño empujón.
-Ah! Ya hice lo que querían ¿por qué me hacen pasar por esto también? Por los Cielos que bonito es el espacio personal.
-Bueno entonces ¿Qué estamos esperando? Vamos a ir o no. Horiamy calmo su euforia diciéndole:
-Aún no, esta noche iremos a buscarlo se donde estará al ocultarse la luna, tenemos tiempo para prepararnos.
Al ocultarse el sol, las luces de la Ciudad se alzaron iluminando los caminos de Corinto.
La música se colaba entre las calles hasta que de pronto la paz en la cantina terminó, un grupo de hombres lanzó hacia el corral de los cerdos a un muchacho.
-¡OJALÁ! EL MISMO ZEUS TE FULMINARA CON UN RAYO.
-¡ Ya callese viejo Horrible! Porque mejor no me sirve otro trago, tengo monedas con que pagar. La puerta se cerró dejándolo afuera, se levantó del chiquero quitándose poco a poco la suciedad de sus ropas.